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Feijóo aparca las siglas para disparar el voto útil

Los tracking abren la puerta a que el PP consiga más apoyos que PSOE, Sumar, ERC y Bildu juntos

Cartel electoral de Feijóo en el Paseo de la Castellana @Gonzalo Pérez Mata
Cartel electoral en el Paseo de la Castellana en el que el PP apela al voto útil a su candidato, Alberto Núñez FeijóoGonzalo Pérez Mata Fotógrafos

Alberto Núñez Feijóo aparca en esta recta final de la campaña las siglas del PP para situar en primer plano su llamada a un Gobierno en solitario, transversal y de mayorías, sin siglas, abierto a los votantes de todos los partidos que quieran pasar página de la división y de la injerencia de los «populismos» en Moncloa.

Este último movimiento discursivo se sostiene en los tracking que llegan a la cocina electoral del PP y a las expectativas de sus gurús demoscópicos de referencia. Trabajan con GAD3, que dirige Narciso Michavila, y también con el grupo de expertos en el que se apoyaron en las elecciones andaluzas, una comicios en los que el PP consiguió la hazaña histórica de hacerse con una mayoría absoluta al frente de la Junta.

Según estos datos internos del movimiento de voto, el PP estaría en condiciones de alcanzar los 160 escaños, y esto, si se atiende al consenso demoscópico, supone ganar en diputados a la alianza de PSOE, Sumar, ERC y Bildu, incluso en la mejor de las horquillas que les conceden los sondeos.

Por eso Génova ha empezado a ejecutar la fase final de su campaña, en la que Feijóo prima sobre las siglas del partido. Una apuesta que se traduce en recursos efectistas como el de ayer, desde el madrileño Faro de Moncloa, con las vistas del Palacio de la Moncloa al fondo, y usando como mantra el compromiso de promover unos nuevos pactos de la Moncloa. Esto es ningunear a Vox, esquinar a las minorías, para señalar como principal interlocutor de Estado al PSOE que salga de estas elecciones, presumiblemente sin Pedro Sánchez.

Aunque el diálogo con Santiago Abascal no se haya roto, el equipo de Feijóo está más pendiente de preparar los puentes a la intervención de otras fuerzas minoritarias en la investidura, si no es ya para dar el «sí» a Feijóo, al menos para que no ayuden a Vox a condicionar la gobernabilidad.

Mientras, las salidas de tono de Vox, como la que protagonizó el secretario general del partido, Ignacio Garriga, en Barcelona, interrumpiendo su mitin para, con violentas maneras, retirar una bandera del movimiento LGTBI, suman, o así lo creen en Génova, a favor de la inercia en la que el PP quiere seguir moviéndose de aquí al domingo electoral.

El PP tiene colocadas muchas esperanzas en el voto por correo, y esto explica la campaña de presión que ha dirigido contra Correos para que habilite los medios necesarios para que nadie se quede sin ejercer su derecho al voto. También estiman que, pese a las fechas, verano y calor, habrá una participación muy alta el domingo, con la ola que se mueve a favor de pasar página de la etapa de Pedro Sánchez como inductor principal de esta movilización.

Por cierto, en esta estrategia de dejar en un segundo plano las siglas, y subrayar el liderazgo de Feijóo, pesa también el mensaje que el PP está ya preparando para la noche electoral. Si se cumplen sus pronósticos en cuanto a escaños, superar los 150, el PP dejará el domingo una mano tendida al PSOE para reconstruir los puentes en materia de políticas de Estado. Están convencidos de que esa cifra de escaños les abre la puerta del Gobierno en solitario y coloca, al mismo tiempo, a Sánchez fuera de la Secretaría General.

La gestión de las expectativas por parte de la dirección popular está sorprendiendo en el partido por miedo a que la mayoría holgada, que en todo caso dan por hecho que está asegurada, quede deslucida de no llegar a superarse la barrera de los 160 diputados. En la campaña de las elecciones del 28M la situación fue parecida, y los temores internos también, pero, al final, el clima de opinión confirmó las expectativas sembradas por la cúpula del partido.

«Después de los pactos que sirvieron para consolidar la democracia tras la dictadura, ahora es el momento de los pactos para revitalizarla tras el quinquenio socialista. Quedan cinco días para acabar con cinco años de Sánchez», comentan en Génova.

Ahora Feijóo tiene un calendario de cierre de campaña de mayorías absolutas. Primero Palma, «ejerciendo», dicen, «ya de presidente», y acabará con una gira por todos los territorios donde el PP ya gobierna con absoluta: Madrid, Andalucía y Galicia. Isabel Díaz Ayuso y Juan Manuel Moreno están teniendo un importante papel en esta campaña para arrastrar voto a favor del PP nacional. Pero detrás no se quedan otros barones como Alfonso Fernández Mañueco, en Castilla y León: todas las organizaciones autonómicas se han movilizado al máximo en una competencia clara por ver quién aporta más a la victoria nacional.