Encuesta NC Report
Sánchez y Feijóo se disputan el voto del 4,3% de los indecisos
El 40,3% considera que la campaña es determinante para su decisión y el 65% de los votantes del PP está a favor de los pactos con Vox
La campaña electoral encara su recta final con una tendencia muy asentada en las encuestas, que prevén un reforzamiento del bipartidismo y dibujan un PP a la cabeza, que ha cogido impulso tras el «cara a cara» entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo tras acusar los pactos con Vox, en diferentes comunidades y ayuntamientos. El debate de Atresmedia tuvo un impacto decisivo porque ambos contendientes acudían a la cita con un objetivo muy marcado: hacerse con el disputado voto de los indecisos. Aunque la mayoría de los votantes ya tiene decidido su voto, todavía queda un porcentaje residual que apura la decisión hasta el último minuto y el desarrollo de la campaña se torna determinante para decantarse por una u otra opción política.
Así lo señala la última encuesta de NC Report para LA RAZÓN, según la cual el 82,6% de los encuestados tiene ya claro por qué partido apostará el próximo 23 de julio. Sin embargo, existe todavía un 14,7 por ciento que duda. El grueso de estos votantes dubitativos se concentra en las generaciones más jóvenes, mientras que los mayores de 55 años se muestran convencidos. Por electorados, el mayor grado de indecisión se encuentra entre las formaciones de izquierda: el 15,3% de los votantes socialistas y el 16,7% de quienes optaron por Unidas Podemos en 2019 no están seguros de su voto, mientras que estos porcentajes se reducen hasta el 5% y 7,1% en los electorados de PP y Vox, respectivamente.
De este 14,7 por ciento que todavía no ha decidido su voto, el 34,1% –esto es, un 5% del total del censo– tiene dudas entre votar al PP o a Vox. De ahí que Feijóo esté centrando sus mensajes centrales de campaña en hacer apelaciones al voto útil. En gran medida hace guiños a los votantes a su derecha, pero también los hace a su izquierda. No en vano, hay un 29,6% –un 4,3% de indecisos– que se debaten entre apostar por los populares o hacerlo por los socialistas. En el espectro de la izquierda, son un 22,4% –el 3,2% del total– los que dudan entre el PSOE o Sumar. Por electorados, los socialistas tienen más dudas entre el PSOE y el PP (52,5%) que entre el PSOE y Sumar (35,6%), mientras que en la derecha la indecisión se centra entre PP y Vox y en Sumar con los socialistas.
Para este colectivo dubitativo, la campaña tiene un peso relativo. Mientras que el 54% no cree que tenga apenas impacto, un 40,3% sí reconoce que resulta determinante para la decisión que acaben tomando. Los electorados más pendientes de las últimas semanas antes de las urnas son los de izquierdas, mientras que en la derecha obedecen a otros criterios menos volátiles que el devenir de la campaña. Entre estos criterios se ubica mayoritariamente la economía. Así lo aseguran el 68,7% de los encuestados, mientras que el 29,4% no lo encuentra decisivo para el destino final de su voto. El componente económico es unánime en todos los rangos de edad y por distintas sensibilidades políticas.
Mala gestión económica
Tratándose de una cuestión tan decisiva, cabe preguntarse la valoración que hacen los entrevistados de la gestión económica que ha hecho el Gobierno de coalición. Durante la campaña, Sánchez ha presumido de ella, exhibiendo los datos macroeconómicos como una garantía de buena acción ejecutiva y colocando a su vicepresidenta económica, Nadia Calviño, como puntal de la presencia mediática. Sin embargo, estos buenos datos macro parecen no llegar a las realidades micro de las familias, si nos atenemos a la valoración «mala o muy mala» que hacen el 47,2% de los encuestados. Un 37,2% considera que la gestión económica del Gobierno ha sido «regular» y solo un 15,1% la califica de «buena o muy buena». Por rangos generacionales se impone la valoración negativa y si nos centramos en los electorados, ni siquiera entre los de PSOE y Sumar se impone un criterio positivo, ya que la opción mayoritaria es valorarla como «regular».
Además de su acción ejecutiva, los encuestados también censuran a Sánchez por su falta de credibilidad. El 73% cree que el presidente del Gobierno ha mentido durante su mandato, mientras que el 12,4% compra el argumento de las «rectificaciones» que ha utilizado el propio candidato socialista para justificar sus «cambios de opinión». Tanto por rangos de edad como por ideología, incluso entre los electores de PSOE y Sumar, se impone la tesis de que Sánchez no ha dicho la verdad. Pero, ¿plantea Feijóo una alternativa más creíble? Para el 51,9% de los entrevistados sí lo es, mientras que un 39,7 por ciento no aprecia diferencia alguna. Por electorados, los de izquierda censuran la credibilidad del líder del PP, mientras que los de derecha la avalan.
Dentro de las contradicciones a las que Sánchez tiene que hacer frente de cara al electorado es a su política de pactos. Cuando era líder de la oposición, el candidato socialista se prodigó por entrevistas asegurando que no pactaría, entre otros partidos, con EH Bildu. «¿Cuántas veces hace falta que se lo repita?», le dijo al entrevistador para asegurar hasta en tres ocasiones que no llegaría a alianzas con los abertzales. Sin embargo, la pírrica mayoría parlamentaria ha hecho que estas convicciones tan férreas en un inicio se fueran modulando para poder sacar adelante la agenda legislativa. Además, parte de esa agenda, la catalana, se ha orientado a favorecer con nombres y apellidos a algunos cargos políticos. Desde la concesión de los indultos hasta la reforma del Código Penal que prevé la derogación de la sedición y el abaratamiento de la malversación. Esta relación preferente con ERC y Bildu la censuran el 73,1% de los encuestados, mientras que para el 16,2% no supone un problema. Tanto por rangos de edad como por sensibilidad ideológica -incluso entre los votantes de PSOE y Sumar- existe unanimidad sobre la crítica a estos pactos.
Tampoco gustan las alianzas con Vox. Pese a que estas se han normalizado tras las elecciones del 28M en varias comunidades y ayuntamientos, el 55,9% no está a favor del pacto con la formación de Santiago Abascal, mientras que el 32,2% no aprecia problema alguno. Por edades existe unanimidad en la censura a estas alianzas, mientras que por perfiles ideológicos tanto los votantes del PP (65%) como los del Vox (92,9%) las avalan. Y es que la mayoría de los encuestados recela de armar mayorías por los extremos y apuesta por lo que hasta ahora se antoja una quimera: los pactos de Estado. El 54,3% de los entrevistados los considera necesarios, mientras que el 34,9 por ciento recela de cualquier alianza entre PP y PSOE. Estos recelos se concentran, en su mayoría, en los votantes más jóvenes, y –por electorados– en los de Vox (100%) y Sumar (83,3%). Por su parte, tanto los mayores de 35 años como los electores de PP y PSOE se muestran favorables a un entendimiento entre sus formaciones. Un entendimiento al que son más proclives los populares (68,3%) que los socialistas (62,7%).
El hecho de que las elecciones se produzcan en el mes de julio no ha supuesto un elemento disruptivo para la mayoría de los entrevistados, dado que el 90,9 por ciento reconoce que no ha cambiado sus vacaciones para ir a votar. Solo un 9,1% asegura haber cambiado sus planes para acudir a las urnas. En plena polémica por el retraso en la recepción del voto por correo y con unas cifras récord de solicitudes, también hay una mayoría de encuestados que aseguran que no han pedido este tipo de sufragio (84,2%), sino que optarán por el formato tradicional, desplazándose al colegio electoral. Un 13,9 por ciento sí reconoce haber tenido que recurrir a esta fórmula por la especificidad de las fechas.
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