Vox

Objetivo: no desaparecer del Parlamento Vasco

Pese a que muchos sondeos vaticinan que no lograrán ningún escaño, tratarán de salvar

el único que tienen

21A.- Abascal desconfía de los sondeos y defiende que Vox va a tener representación en el Parlamento Vasco
Abascal junto a su candidata a la presidencia del País Vasco, Amaia MartínezEuropa Press

En julio de 2020, en plena pandemia del coronavirus, Vox se estrenó en el ruedo electoral vasco. Su resultado: 17.569 votos, el 1,96%, lo que se tradujo en un escaño para Amaia Martínez. Hoy, cuatro años después, Martínez repite con un claro objetivo que, al mismo tiempo, se ha convertido en una difícil empresa: mantener como sea ese asiento que les permite tener voz en el Parlamento vasco.

Y se enfrenta a ello con la mayoría de las encuestas en contra. Si bien en algunas la formación liderada por Santiago Abascal conseguiría mantener ese escaño por la mínima, son más las que vaticinan su desaparición de la Cámara vasca. Un resultado este último que, de confirmarse, acrecentaría aún más una crisis que quedó demostrada en las pasadas elecciones gallegas de febrero, cuando volvieron a quedarse fuera del Parlamento.

Por este motivo, Abascal se ha volcado en la campaña en una comunidad que se ha demostrado hostil con ellos y en la que han sufrido numerosos incidentes en sus mítines y actos. Pese a ello, los candidatos de Vox han tratado de mantener el tipo y no han dudado en llevar a cabo duras intervenciones y acciones que muchos han tachado de provocaciones. Los últimos ejemplos, esta semana, a las puertas del cierre de campaña, con un Abascal envalentonado cargando contra el PP al señalar que votar a Javier de Andrés es «votar a Bildu en diferido» o insultando a los miembros de Bildu, a los que no dudó en mandar «a la mierda» el jueves.

Tampoco han tenido problema en desplegar una bandera de España de 50 metros en la playa de La Concha de San Sebastián en respuesta a un reto planteado en redes sociales.

Erigidos, como es ya habitual, como la única fuerza capaz de frenar al nacionalismo o a los abertzales, llega a estas elecciones, sin embargo, como una fuerza prácticamente irrelevante cuyo único escaño –de mantenerlo– no le serviría para exigir nada ante un escenario de hipotéticos pactos. Y ese escaso apoyo se ha podido ver en la escasa afluencia de público a sus mítines.

Pese a ello, Abascal y sus tres candidatos (Amaia Martínez, María Pérez y Andrés Paramio) cerraron anoche la campaña en Vitoria con un «gran acto» en el que, apelando por un lado a la sensibilidad y por otro, a la épica, denunciaron la dificultad de hacer campaña debido a la «violencia» sufrida en algunos actos y especialmente en las carpas informativas.

Así llega Vox al 21A, sintiéndose relevante pese al riesgo real de caer en la irrelevancia, ya sea conservando el escaño o, como todo parece indicar, desapareciendo.