Sostenibilidad

En las entrañas de la fábrica de donde salió MareNostrum5

Construida en apenas 10 meses después de la pandemia, la instalación de Lenovo en Budapest (Hungría) fabrica casi a mano dispositivos de alta tecnología para sus clientes, como el super ordenador español

Fábrica de Lenovo en Budapest
Fábrica de Lenovo en BudapestCedida

En tiempos de robotización, automatización y reemplazo de personas por máquinas, La Razón visita, junto a un grupo de periodistas europeos, la fábrica que Lenovo tiene muy cerca del aeropuerto de Budapest (Hungría). Una situación geográfica que le permite, según sus responsables, servir sus productos a cualquier país europeo en menos de 24 horas (excepto a Portugal y Reino Unido).

La fábrica se levantó en apenas 10 meses (aunque completar su operativa e interior requirió de otros 6 meses más). Las obras arrancaron en agosto de 2020, poco después de que la pandemia irrumpiera en nuestras vidas y de que se produjera un colapso en el suministro de tecnología en todo el mundo, por esa gran dependencia del sudeste asiático.

Los responsables de Lenovo aseguran que con esta instalación se logra, precisamente, tener una mayor autonomía en el suministro de los productos tecnológicos y, además, lograr un mayor medioambiental. «En lugar de transportar el producto final por avión desde Asia, ahora traemos en barcos los componentes electrónicos y lo ensamblamos todo aquí, lo que nos permite entregar el producto en menos de 24 horas y reducir en un 90% las emisiones de CO2», asegura Szabolcs Zolyomi, responsable de la cadena de suministro en esta instalación.

Desde esta fábrica Lenovo envía productos como servidores y estaciones de trabajo a clientes de 70 países diferentes, principalmente en EMEA (Europa, Oriente Medio y África).

MareNostrum5 salió de aquí

La instalación fabrica sobre todo servidores, estaciones de trabajo y superordenadores. Son, en muchos casos, productos hechos a medida de cada cliente, por lo que la operativa sigue siendo muy manual.

«No tendría sentido incorporar determinados procesos robóticos en algunas partes del ensamblaje, puesto que muchos productos son únicos y habría que cambiar la configuración de los robots en cada caso», explicaba Zolyomi durante la visita.

De hecho, de esta fábrica salió el superordenador más grande de nuestro país, el MareNostrum5. Fuentes de Lenovo aseguran que no es el único super ordenador que han fabricado en estas instalaciones, pero sí es el único del que pueden hablar abiertamente. Tanto que incluso hay alguna foto del centro cerca de las líneas de ensamblaje de los trabajadores. «Para todos ellos es un orgullo haber podido contribuir a la construcción de MareNostrum5», declara Szabolcs Zolyomi, quien asegura que estas fotos les permiten recordar ese sentimiento de orgullo, pertenencia y responsabilidad.

El trabajo en estos casos es muy manual. Los operarios se encargan de colocar cada pieza donde corresponde (desde una placa base a unos conectores o los cables y los circuitos). Gran parte de este personal son mujeres y asiáticos. «Somos un equipo muy diverso aquí en Budapest, tenemos 15 naciones trabajando en este edificio», señalaba a esta redacción Szabolcs con orgullo, asegurando que desde que la instalación abrió sus puertas se han creado más de 1000 empleos en la región y aumentado su fuerza laboral en otro 20%. Una diversidad que, asegura, «es parte de nuestro éxito. Es una parte diferencial».

Además de refrendar que «contratamos a las mejores personas para hacer determinados trabajos, especialmente cuando son tan específicos como estos», Szabolcs explicaba la importancia de la responsabilidad social corporativa más allá de la eficiencia energética. Así, cuando abrieron la fábrica, y teniendo la sostenibilidad como uno de sus principales objetivos, «inmediatamente contactamos con el gobierno local y nos ofrecimos como voluntarios para renovar el laboratorio de IT de una escuela local». La empresa no solo donó su tiempo sino también su tecnología para facilitar el aprendizaje remoto durante la pandemia.

La automatización, en camino

No obstante, este mismo directivo asegura que en esos planes de crecimiento y expansión que Lenovo tiene para esta instalación (y de los que, sin embargo, no se facilitan datos económicos), la automatización y robotización de determinadas tareas está contemplada.

Algunas de esas áreas tienen que ver con el etiquetado y empaquetado de productos. «Toda aquella actividad que sea automatizable y repetitiva está contemplada en nuestros planes de digitalización», detalla. «Estamos añadiendo mucha automatización… ya estamos utilizando IA para tomar decisiones basadas en datos». Para Szabolcs y su equipo, cada paso adelante es una oportunidad para mejorar, crecer y hacer una diferencia positiva tanto dentro como fuera del lugar de trabajo.

Economía circular

Lenovo aseguraba durante esta visita que ser una fábrica sostenible estaba entre los objetivos de esta instalación. Con paneles solares en el tejado y con un panel interactivo que muestra a los trabajadores los datos de rendimiento y mejora de los aspectos que se mide en la sostenibilidad de la planta, la economía circular también es otro de los retos para este fabricante.

«En nuestra estrategia, queremos ayudar aún más a nuestros clientes dentro del área de sostenibilidad», aseguraba Stefan Brechling Larsen, responsable de compromiso con los servicios mundiales de sostenibilidad.

Una iniciativa clave en este frente es el servicio de recuperación de activos. Brechling Larsen explicaba que este servicio trata de «cómo manejar todas las unidades; cómo dar a las unidades antiguas una segunda o incluso tercera vida útil». La empresa se asegura meticulosamente que los datos se borren adecuadamente y que las unidades no solo se desglosen en componentes, sino que estos se utilicen por separado.

«Nos enfocamos en una economía circular donde la unidad puede ser utilizada una y otra vez», afirmaba este responsable. La compañía también está explorando un nuevo terreno alrededor de la circularidad con unidades certificadas reacondicionadas. «La calidad del equipo es tan buena que podemos operarlo por segunda o tercera vez». Stefan subrayó que existe un interés masivo mostrado por los clientes en esta iniciativa. «Ven el beneficio desde un punto de vista sostenible» y asegura que «es genial que como proveedor hagamos mucho en la última fase del ciclo vital».

Placas solares en la fábrica de Lenovo de Budapest
Placas solares en la fábrica de Lenovo de BudapestCedida

Más de 5.000 paneles solares para una fábrica levantada para ser sostenible

Los dos edificios están tan próximos al aeropuerto de la capital húngara que cuando los aviones se aproximan a tierra se puede ver cómo todo el tejado de esta fábrica y del Centro de Innovación Mundial que Lenovo tiene en Budapest desde 2020 están repletos de paneles solares. Más concretamente, son 5.072 los paneles solares encargados de suministrar energía a ambas instalaciones.

Son, según Lenovo, el mejor exponente de su plan de reducir sus emisiones globales y de cómo trasladan este beneficio al cliente, que puede probar el rendimiento de los equipos de alta computación que allí se fabrican utilizando únicamente energías limpias.

La instalación ya se levantó con esta sostenibilidad en mente. Estos paneles solares permiten que la fábrica funcione con 3MW de potencia. Además, las instalaciones tienen refrigeración gratuita por aire y utilizan el calor residual en todo el edificio. También tienen proceso de soldadura a baja temperatura, mayor aislamiento térmico en la calefacción del edificio y un sistema de iluminación inteligente.