Insectos al rescate del planeta

La industria de los insectos espera alcanzar una producción global de 870.000 toneladas y generar más de 30.000 empleos, directos e indirectos, en 2030. Son los datos de la Plataforma Internacional de Insectos para Alimentación Animal y Humana que ha ofrecido la Asociación Española de Bioempresas (Asebio) con motivo del Día Mundial del Hambre, este 28 de mayo.

Los múltiples usos de esta cría van desde piensos para animales hasta los bioindustriales o la alimentación humana. Hablaríamos de una producción con potencial económico (en 2022 se cuantificaba en cerca de 500 millones de euros anuales en la UE) y también ambiental, como señalan desde Tebrio. Esta empresa biotecnológica se dedica a la producción del Tenebrio Molitor, o gusano de la harina, cuya utilización en alimentación humana fue autorizada por la Comisión

Europea en 2021, tras un dictamen de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria que concluía que era un alimento muy nutritivo y seguro.

De momento, la biotecnológica salmantina ha puesto el foco en la alimentación animal, convencida de que, con un 40% de la tierra actualmente cultivable en el planeta destinada en exclusiva a dar de comer al ganado, introducir insectos en su dieta permitirá recuperar millones de hectáreas de cultivo para consumo humano o para generar

biodiversidad.

En su estado larvario, Tebrio obtiene de estos gusanos proteína de alta calidad similar a la de la carne de pescado blanco, y grasa con un perfil oleico y linoleico a medio camino entre el aceite de oliva y el de girasol. Cuando se transforman en escarabajos se aprovechan para producir quitosano, con el que se pueden fabricar plásticos 100%

biodegradables o tratar aguas residuales contaminadas con metales pesados. Tienen también propiedades antimicrobianas y antifúngicas; se pueden usar como aditivos, encapsulantes, en cosméticos… Toda una fuente de recursos.