Pregunta: ¿quién tiene prisa por investir un presidente para nuestro país? Respuesta: todos los españoles, porque llevamos un montón de tiempo con gobiernos provisionales incapaces de elaborar presupuestos y hay muchas cosas urgentes que necesitan que los tengamos.

¿Quién no tiene ahora tanta prisa para que esa investidura salga? Pues ERC, porque ellos se hallan ya en una campaña electoral encubierta para las próximas regionales catalanas. Cuanto más tarde culminen su acuerdo para la investidura, creen que podrán fingir mejor que el retraso se ha debido a su dura negociación sin apartarse ni un ápice del decálogo catalanista. Por tanto, para quedar lo mejor posible ante su público, a ERC le interesa alargar al máximo los plazos antes del acuerdo. Su interés es que salga, pero que tarde todo lo posible.

¿Hay alguien más que no tenga prisa? Pues, llegados a estas alturas de las conversaciones, tampoco va a tenerla el propio Sánchez. A los socialistas les convenía o bien una investidura muy rápida (salieron de estampida a abrazar a Podemos cuando aún estaba cayendo en la urna el último voto de las pasadas elecciones) o, si todo se dilataba, una muy lenta. El objetivo era no darles tiempo a su propia militancia a visualizar las discrepancias que hay en la propia izquierda sobre el proyecto; por el camino de la sorpresa, aspiraban a simular una apariencia de unidad. Pero, fracasada la inseminación precoz, ya han aparecido voces de viejos socialistas criticando ese acuerdo contra natura y recordando la triste situación de su comité federal desde que llegó el césar Sánchez.

Puestas así las cosas, para Pedro Sánchez todo cambia y se encuentra de golpe en una situación parecida a la de ERC. Le conviene alargar todo lo posible el plazo de las conversaciones para intentar apagar esos fuegos en su propio campamento y hacer ver que todo está tardando tanto porque él no cede ante las delirantes demandas de los separatistas. A la vez, gana tiempo para intentar difuminar esa sensación que, este último mes, ha quedado muy marcada entre los españoles de que bajo su apostura se encumbre una ambición personal desmedida dispuesta a cualquier estropicio institucional con tal de ser presidente de gobierno. El acuerdo interesa a todos ellos, pero para quedar bien estirarán el tiempo y hasta podría estropearse. ¡Con la oportunidad tan simbólica que tendrían precisamente este sábado, día de los inocentes!