Un polizón a la Antártida
Un polizón a la Antártida (Crónicas desde el Hespérides): Feliz Año Nuevo… 4 horas más tarde
Rematábamos esta sección la semana pasada con proa a nuestro próximo puerto, Ushuaia (Argentina), y con el barco sufriendo los característicos vientos intensos del Mar de Hoces.
Y es que en esos momentos, aunque no lo pareciese, el Hespérides se encontraba en una carrera contrarreloj por cruzar este mar que separa Sudamérica del continente helado lo antes posible. Gracias a las avanzadas técnicas de predicción de datos meteorológicos y las predicciones a demanda que nos facilitan nuestros compañeros de la Agencia Estatal de Meteorología, sabíamos que una profunda borrasca se estaba abriendo paso de oeste a este y que si no nos dábamos prisa nos alcanzaría con nada más que gris infinito a nuestro alrededor, y sin poder buscar cobijo donde capear el temporal.
Ya con más de mitad del cruce recorrido, y aprovechando algunas horas de adelanto sobre nuestro programa, decidimos ajustar ligeramente nuestra derrota para doblar Cabo de Hornos. Este cabo, que une los océanos Pacífico y Atlántico, es conocido tradicionalmente como el punto más austral de América (y en su día del mundo) aunque en realidad no lo es, el título corresponde al islote Águila en el archipiélago de las islas Diego Ramírez. Corren numerosas leyendas acerca de Cabo de Hornos, y durante muchos años ha sido un hito en las rutas comerciales de navegación a vela ya, que sus aguas circundantes son especialmente peligrosas debido a los fuertes vientos, oleaje, e incluso la posible presencia de icebergs.
Tras este breve pero interesante periplo nos adentramos en el Canal de Beagle, como ya hicimos en nuestro primer tránsito a la Antártida, pero esta vez en sentido ascendente. Debido a falta de espacio en el muelle, nos tuvimos que quedar fondeados en la rada de Ushuaia hasta que tuvimos la posibilidad de atracar.
Ya en puerto, y tras una merecida noche de descanso, la dotación pudo celebrar el inicio del año 2020 dos veces. Primero, con horario peninsular y conexión a las tradicionales campanadas desde la Puerta del Sol y sus uvas, y cuatro horas más tarde con el horario local.
Esta recalada en puerto no ha servido sólo para recargar las pilas de las mujeres y hombres que componen la dotación del Hespérides, sino que también el barco sale cargado con otras 30 toneladas de material (principalmente víveres) con destino a las Bases Antárticas Españolas “Gabriel de Castilla” y “Juan Carlos I”; y la Base Antártica Búlgara “St. Kliment Ohridski”.
Asimismo, a lo largo de la estancia en puerto han embarcado 37 técnicos y científicos. De ellos 22 investigadores y 10 técnicos de la Unidad de Tecnología Marina desarrollarán el proyecto español POWELL, que tendrá lugar a lo largo del mes de enero en el mar de Weddell, y en el que se realizará un estudio de los principales eventos y procesos tectónicos, oceanográficos y climáticos que conducen al desarrollo y evolución de la Corriente Circumpolar Antártica. Este proyecto pertenece al Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y al Instituto Geológico y Minero de España (IGME), e incluye a personal de Instituto Hidrográfico de la Marina (IHM) e investigadores de cinco nacionalidades (Canadá, España, EE.UU., Francia y Grecia).
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