El apunte de Francisco Marhuenda: “Las voces de un Gobierno organizado por compartimentos estancos”

Hay que ver cómo evoluciona el nuevo gobierno, pero los primeros indicios son preocupantes. No es porque se trate de un gobierno de izquierdas, lo cual es irrelevante, sino por la fragilidad de sus apoyos parlamentarios. La propia coalición refleja fielmente la desconfianza entre los socios.

Ha sido tan pintoresco como sintomático que nombrara una vicepresidencia para eclipsar a Pablo Iglesias. Es cierto que Sánchez ha abrazado con enorme fervor la nueva religión del ecologismo, pero está no es la razón del ascenso de Teresa Ribera sino el deseo de quitar protagonismo a su socio.

Al líder socialista no le gusta que se haya consagrado esa idea del gobierno Sánchez&Iglesias. El alumbramiento de este acontecimiento histórico-galáctico de un gobierno hiperprogre, no puede ser más progre, bueno es todo tan progre que los ministros tendrán que decir esta palabra en todas sus frases. Más allá de la fanfarria de las etiquetas de autopromoción sanchista que escuchamos el domingo en la presentación del nuevo gobierno, la realidad es que es un despropósito que sean 23 miembros.

Es cierto que el fervor de los periodistas de izquierdas hará muy llevadera la vida de este gobierno progre. No hay más que ver la obsesión por el plasma de Sánchez y sus comparecencias sin preguntas. No sé qué dirán los comisarios de la verdad que nombrarán para limitar la libertad de expresión con la excusa de controlar las fake news. Y me muero de ganas de ver como actúa el gobierno de Sánchez y el MiniGob de Iglesias en su organización por compartimentos estancos y con los “tutores” nombrados para marginar a los representantes de Unidad Podemos. Pero estemos tranquilos que Sánchez aseguró que “hablará con varias voces, pero siempre con una misma palabra”. Jajajaja