Tribunal Constitucional

«Haber militado en un partido no es causa de recusación»

El TC rechaza por unanimidad retirar al juez Ollero La Generalitat había pedido apartarle de todas las causas de Cataluña

El magistrado del Tribunal Constitucional Andrés Ollero
El magistrado del Tribunal Constitucional Andrés OlleroJ. Fdez. - LargoLa Razón

El Tribunal Constitucional ha rechazado por unanimidad la recusación presentada por el Govern contra el magistrado Andrés Ollero para que no interviniese en ninguno de los procedimientos en los que intervenga el Ejecutivo catalán. La recusación se basaba en una supuesta animadversión de Ollero hacia Cataluña y los catalanes, por el contenido de su voto particular a la sentencia sobre el Código Civil catalán.

El TC parte de la tesis de que presentar una recusación por el contenido de las opiniones de un magistrado en un voto particular «resulta, en principio, improcedente» como argumento para avalar que ello supone vulnerar la imparcialidad del mismo.

Así, señala que «no puede admitirse que la opinión vertida en el ejercicio de las funciones que constitucionalmente corresponden a un magistrado constitucional en un asunto ya resuelto pueda revelar un interés en el sentido de esta causa de recusación».

Pero, sobre todo, y en lo que afecta a la aludida enemistad de Ollero con «los catalanes, la Generalitat, su Gobierno o Parlamento», el Alto Tribunal es tajante cuando afirma que no se incurre en esa causa por «los meros sentimientos» de rechazo «deducidos del hecho de la pertenencia a partidos políticos, asociaciones», así como en relación a la «asunción de creencias religiosas e ideológicas de signo diverso». Y ello, especifica la resolución, «mientras no se hayan traducido en actos individualizados» que lo avalen.

De esta forma, el Alto Tribunal concluye que dado el carácter personalísimo de la causa de recusación analizada, no es posible admitir, «ni lógica ni jurídicamente», que el magistrado recusado Andrés Ollero «mantenga, como así lo afirma la entidad que plantea la recusación, una relación de enemistad» con los catalanes o la Generalitat.

El propio Andrés Ollero había rechazado tal acusación y, en cambio, sostenía que sí siente una especial «admiración» y «afecto» por todo lo relacionado con «lo catalán».