Canarias

La Gomera: De zona cero a isla “free” de Covid-19

Laboratorio de desescalada. El 31 de enero se detectó el primer caso de coronavirus, un turista alemán infectado en su país

Labores de desinfección en Valle Gran Rey
Un operario municipal realiza labores de desinfección en la avenida central de Valle gran Rey para combatir en coronavirusVioleta MesaEFE

La Gomera fue el lugar de España donde se detectó el primer caso de coronavirus el 31 de enero en un turista de origen alemán que estaba en la isla de vacaciones. En aquel entonces, en la Península se hablaba del Brexit, de la ansiada Mesa de Diálogo y de las manifestaciones de los agricultores. Desde entonces la pandemia empezó a crecer en todo el país y en el mundo, obligando a millones de personas a permanecer en sus casas para frenar los contagios. Ochenta y cinco días después, la isla colombina presume de ser un territorio libre de Covid-19, ya que el jueves la última persona contagiada dio negativo en las pruebas.

«Lo del alemán causó conmoción y nos sacudió. De la noche a la mañana Hermigua –localidad en la que estaba alojado el turista en una casa rural– se volvió tendencia a nivel mundial» , explica por teléfono a LA RAZÓN, José Andrés Medina, editor del medio Gomeraactualidad.com y colaborador de Cruz Roja. Ni en una manifestación, ni en un partido de fútbol, ni en un concierto... la primera vez que supimos del «bicho» fue a 2.085 kilómetros de distancia de Madrid. «A Hermigua vienen los turistas a conectar con la naturaleza a través de los senderos y sentirse pequeños en la inmensidad del mundo. Sin agobio, sin prisa y sin reloj, porque aquí –en La Gomera– no necesitas saber qué hora es», describe Medina. Con algo más de 22.000 habitantes, los residente de La Gomera, un paraje natural en medio del Atlántico que ofrece barrancos infinitos, rocas imponentes y playas salvajes, se sorprendieron cuando un turista alemán recién llegado a la Isla que se había contagiado en su país dio positivo por Covid-19. Rápidamente tomaron todas las medidas necesarias para evitar la propagación del virus. «Lo tratamos a cuerpo de rey», dice con ironía este vecino. Se estableció todo el protocolo correspondiente y después de 15 días aislado en la Isla, recibió el alta hospitalaria al haber dado negativo dos veces en las pruebas que le fueron realizadas. A pesar de ese registro como primer punto español en detectar un caso, la incidencia posterior de la enfermedad fue mínima. Tan solo diez casos. «En La Gomera prácticamente todas las viviendas son de tipo rural. De mi casa a la de mi vecina hay entre 200 y 300 metros. Eso hace que el virus ni se contagie ni se extienda tan rápido como en la gran ciudad», sostiene este vecino. En su caso, pasa la cuarentena con su mujer y con sus hijos. «Me resulta chocante porque cuando cojo el coche vamos mi mujer y yo, uno delante y otro detrás con mascarillas, pero luego dormimos juntos», describe. José Andrés colabora con la Cruz Roja y en estos momentos da apoyo a las personas más necesitadas. «Hay mucha más demanda y necesidades de alimentos, ayudas para alquiler y para pagar el agua. Me preocupa lo que está por venir porque en La Gomera de la noche a la mañana desapareció el turismo, nuestra principal fuente de riqueza», reconoce.

La receta para frenar la pandemia la tiene el presidente del Cabildo, Casimiro Curbelo. En declaraciones a LA RAZÓN, asegura que «nos aislamos del exterior y nuestra condición de insularidad favoreció que no se propagara el virus. Además,se confinó cada municipio y se puso en marcha de una mini UME», dice, con orgullo. Antes incluso de que el gobierno decretara el estado de alarma, tanto los ciudadanos como las autoridades empezaron a tomar medidas para evitar la propagación. «Se vigilaron las cinco residencias de ancianos y empezamos a hacer test que compramos por nuestra cuenta, sin esperar a que nos los enviaran», señala. Asimismo, un mini ejército formado por 160 hombres y mujeres, que trabajan normalmente en la conservación de los senderos y en el control de incendios, desinfectó todos los rincones de la isla colombina.

En estos momentos, desde el Cabildo abogan por adelantar el confinamiento. «Estamos en una situación, no solo de crisis sanitaria sino también de crisis económica endiablada», describe. Insiste en que los habitantes de la isla están deseando «tener una vida normal» y piensa que es posible recuperarla, pero «siempre con garantías sanitarias y de seguridad». Advierte de que las consecuencias van a ser «dramáticas» para las islas debido a la paralización de su motor económico, el turismo. «Los expertos creen que la recuperación será muy lenta. Cierta normalidad empezará en octubre pero pasaremos de los 15 millones de turistas anuales a los 3 millones», vaticina.

Tras cinco semanas de confinamiento y con el runrun de la desescalada sonando cada día con más fuerza, La Gomera quiere ser el laboratorio para la vuelta a cierta normalidad. Saben que no son los únicos. Muchos pueblos de España también se «ofrecen» para ser los primeros, pero quizás, estar rodeado de mar y una población dispersa, esta vez, juegue a su favor.

El plan canario para iniciar el desconfinamiento el próximo lunes

El Ejecutivo autonómico propondrá al gobierno central un plan de desescalada avalado por el propio comité científico que consistiría en cuatro etapas a partir del 27 de abril
–Salidas por horarios. Los niños podrían salir de 15.00 a 19.00 y los mayores de 11:00 horas a 13:00
–Hacer ejercicio, incluido senderismo
–Acceso a segundas residencias
–Apertura de pequeños comercios y peluquerías
–Asistencia a velatorios y entierros
–Vuelos entre Islas