Iglesia Católica

Virus eclesial

1-11-19. Madrid. Reportaje en iglesias de Madrid para ilustrar el voto de los católicos. ©Gonzalo Pérez Mata
1-11-19. Madrid. Reportaje en iglesias de Madrid para ilustrar el voto de los católicos. ©Gonzalo Pérez Mata© Gonzalo Pérez Matagpm

El coronavirus monopoliza casi exclusivamente la atención informativa mundial, y resulta explicable, pero la vida —aunque confinada y limitada— sigue. Así, pasan casi desapercibidos sucesos importantes que pueden provocar movimientos sísmicos en la Iglesia Católica en un futuro próximo, con trascendencia mundial. El Cardenal Gerhard Müller, Prefecto emérito de la muy importante Congregación para la Doctrina de la Fe, ha publicado un artículo donde literalmente ha acusado de «herética» a la Escuela Teológica de Bolonia, integrada por filósofos, teólogos e historiadores dedicados en especial a la interpretación y estudio del Concilio Vaticano II, en una línea claramente rupturista con la Tradición y el Magisterio de la Iglesia. Según él, esta Escuela comete «apostasía disfrazada» y pretende transformar la Iglesia Católica en una «Iglesia civil sin Jesucristo», volviendo a la agenda «ilustrada» postconciliar de los años 70. Resulta relevante que relacione a esta Escuela con el actual proceso sinodal de Alemania, que avanza irreconciliable con la doctrina y la fe católicas.

Para los ajenos de esta polémica, diremos que entre los más significados miembros de dicha Escuela, estuvo el Cardenal filipino Tagle, actual Prefecto para la Evangelización de los Pueblos, y al que no pocos «vaticanistas» señalan con muy importantes responsabilidades futuras.

No se trata de una mera cuestión clerical, sino de un grave asunto relativo a una Institución, la Iglesia Católica, que no es una «muy importante ONG», y de cuya salud depende, en gran medida, el futuro del planeta.