La censura del «Dr. No»

Hoy hace dos años –aunque a muchos les parezca una eternidad– de la defensa de la moción de censura contra el Gobierno del PP protagonizada, no por el enemigo del agente 007, sino por Sánchez, Pedro Sánchez.

Fue la primera vez que con la vigente Constitución prosperó una censura, como novedoso fue también que el presidente elegido no fuera diputado, tras renunciar al acta para no pactar ni facilitar la gobernabilidad al claro biganador, que le superaba en 48 escaños.

Conviene recordar la estelar actuación de nuestro particular «Dr. No», que introdujo el bloqueo en la política española con su «No es no, señor Rajoy», obligándonos a repetir comicios al negarse contumazmente a cualquier tipo de acuerdo. Mención especial también al PNV y su sentido de la lealtad, tras pactar con sus cinco diputados los presupuestos del PP, para votar que los gestionara Sánchez tan solo unos días después.

Triunfada la censura, Sánchez argumentó que quería recuperar la «normalidad democrática», que ya vemos en qué consiste: gobernar en coalición –y en alarma indefinida– con quienes había afirmado que le provocarían insomnio. Ignoramos si ya duerme plácidamente en la Moncloa, pero hay un elevado porcentaje de españoles que no descansa tranquilo con ellos en el Gobierno.

Esta es la «nueva normalidad» de Sánchez e Iglesias. Y ahora nuestro autóctono «Dr. No» –«mezclado y agitado»– da lecciones acerca del papel de un líder de la oposición y de un partido de Estado.