Coronavirus
Corre por la bandera
Resiste España, un «movimiento cívico y civil», se cita por las calles de Madrid para hacer «running» como homenaje a las víctimas del coronavirus y por la unidad de España
Si ha llegado a ver alguno de sus vídeos –llevan más de 300.000 visualizaciones– no le habrá pasado desapercibido el aire marcial de sus protagonistas, la cuidada estética, la música y el empaque profesional de las imágenes. Corren con una gran bandera de España y su lema es un «viva España» coreado a voz en grito. Su esfuerzo lo dedican a «homenajear a las víctimas por el coronavirus y llamar a la unidad de España». ¿Pero qué es Resiste España y quién está detrás de este movimiento?
El hombre que lo encabeza es Ignacio Trillo, de 33 años, empresario del sector financiero y «real estate», ex boina verde y nieto de Juan de Arespachoga, alcalde de Madrid entre 1976 y 1978. Le acompañan, dice, «varias personas cuya aportación es fundamental para nuestro crecimiento pero por ahora prefieren permanecer en el anonimato». Aún no están legalizados como asociación y afirman ser «un movimiento cívico y civil que no se alinea con ningún partido político». Según Trillo, ante la situación económica, social y política «intentamos hacer un llamamiento a la unidad de España a través de los valores que antaño nos unieron».
Asegura Ignacio Trillo que «no estamos pidiendo de forma activa la dimisión del Gobierno, todo llegará cuando tenga que llegar. El único grito que tenemos permitido es el “viva España”, no pedimos ninguna dimisión, simplemente rendimos homenaje a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y a la bandera. Ya habrá tiempo de pedir explicaciones o cárcel».
Cuenta que su causa surgió «en plena pandemia», aunque «el sentimiento llevaba rondando mucho más atrás». Aficionado al deporte y con formación militar, dice Ignacio que sus conocidos le pidieron durante la cuarentena «que echara un cable», por lo que ofrecía «unas tablas de entrenamiento para que pudieran hacer en casa», con una frase motivadora, y todos los días lo acompañaba de «un texto o de un poema relacionado con la historia de España, filosofía o algo más beligerante también».
Cuando se permitió salir a la calle después de lo más crudo del estado de alarma, Trillo trasladó su deseo de aprovecharlo para correr. «Hablé con un primo y me dijo que él lo hacía por las víctimas y que escribía con tiza el número de muertos en el suelo». «Eso está muy bien», asegura, «pero me planteé llevarlo un poco más lejos, porque también están los que lo han pasado mal y lo están pasando por la gestión de esta debacle».
Así que propuso «salir a correr y di unas coordenadas iniciales para que se sumara el que quisiera. Fui con un chaleco táctico militar», indica, «pero porque lo lleno de peso, 18 kilos en concreto, para moverme y sentir además que he hecho un poco más de deporte». El primer día, «como experimento», marcharon en dirección a La Moncloa en lo que recuerda como «un trayecto muy bonito porque llevábamos la bandera atada en un mástil, gritando “viva España” cada equis tiempo, veíamos cómo la gente nos respondía y veía cierta esperanza y que la bandera está por encima de cualquier ideología», que es la idea que están intentando transmitir, que la enseña nacional «no pertenece a ningún partido, sino a todo el pueblo español».
Ese día grabaron un vídeo, hicieron un homenaje a todas las víctimas, «que no se había hecho aún», y «cantamos “La muerte no es el final”, que se ha usado mucho a nivel militar pero que es original de un sacerdote y se utiliza en muchos funerales», apostilla. «Nosotros simplemente cambiamos la palabra compañero por hermano, porque al final todos los que han fallecido son hermanos».
A partir de ese momento, tras colgar el vídeo por WhatsApp, sin haber creado la asociación, «vimos que tenía mucha repercusión, que la gente quería saber quiénes éramos», y ya les empezaron a colocar en determinada posición ideológica. «Fue divertido leer que la gente de operaciones especiales había tomado La Moncloa, pero decidimos mantenernos en silencio, preferíamos hablar con gestos».
Su propósito se ha ampliado, y además de «intentar hacer entender a la gente que llevar la bandera no es de fachas, sino que hay mucho más», están haciendo entregas solidarias a comedores sociales en Madrid. «El otro día salimos a correr y cada uno llevaba en la mochila entre 5 y 15 kilos de comida que había comprado». Casi alcanzaron los 600 kilos entre unas 60 personas.
Ignacio Trillo hizo público su número de teléfono porque «quería que la gente viera que detrás de esto hay una persona normal, un padre de familia», y en los diez primeros días tuvo «más de 25.000 mensajes, no todos amistosos, y de gente que quería participar. Me llevé bastantes broncas en casa, porque estuve siete días atendiendo más de 250 llamadas al día».
Con eso dice haber conseguido que se hayan puesto en contacto con él ciudades en las que ya han salido a correr con su ideario o lo van a hacer «a corto plazo»: Alicante, Toledo, Sevilla, Zaragoza, Valencia, Cádiz, Huesca, Tarragona... A Barcelona y Pamplona van a ir con Trillo al frente, consciente de que «allí necesitarán algo más de apoyo». También han escrito de Tailandia, Reino Unido, Estados Unidos, México, Perú,... «pidiéndonos si lo pueden replicar con su bandera».
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