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Jesús Cintora: “Sánchez e Iglesias dicen que siguen conjurados, pero hay competición”

En su libro «La Conjura» narra los entresijos que fraguaron la coalición PSOE-Podemos: «En minutos, se pusieron de acuerdo»

El periodista Jesús Cintora. Jesus G. FeriaLa Razón

El periodista y presentador cuenta en su libro «La Conjura» como se fraguó el primer Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos, los entresijos políticos y las negociaciones a contrarreloj entre sus protagonistas.

–Haciendo honor al título, y con la perspectiva de seis meses de Gobierno, ¿conjuró Iglesias a Sánchez o al revés?

–El libro cuenta lo que no nos contaron: los entresijos. No es un ensayo donde me ponga a decir lo que pienso. Es la narrativa y reconstrucción de diálogos que da como resultado un thriller político. Sánchez e Iglesias se conjuraron en menos de una hora para lo que no habían acordado en años: formar un Gobierno. El libro cuenta también reuniones y acuerdos con ERC, Bildu, BNG, PNV… Además de poderes fácticos que se opusieron. Hay bastantes aristas y cada capítulo te atrapa.

–Era la única oportunidad de Iglesias para formar parte de un Gobierno?

–En política nunca se sabe. Todo puede cambiar en horas. El libro cuenta que en minutos, en La Moncloa, Sánchez e Iglesias se pusieron de acuerdo y hay un montón de anécdotas. Iglesias resistió a la repetición electoral y entró en el Gobierno, pese a que la tendencia en voto para Podemos cae desde 2015.

–¿Cree que para el PP fue un alivio que PSOE y Podemos acordaran la coalición?

–Para Pablo Casado la repetición electoral fue una segunda oportunidad aprovechada, porque tuvo una importante subida, pero también subió mucho Vox y eso le preocupa. No me lo ha dicho él, pero me consta. Y eso que conozco a Casado hace mucho tiempo. Veía venir lo que podía pasarle al PP porque le apasiona la política. Ya después del 10-N, como líder del partido, con Vox comiéndole espacio en la derecha, no quería ponerse a flirtear con Sánchez, porque pensaba que podía desgastarle.

–Hoy en día, ¿cree que Junqueras habría facilitado la investidura?

–Hay una lucha dentro del independentismo catalán, entre partidos como ERC y Junts per Cat, de Puigdemont, que es muy intrigante y se ve muy bien en el libro. Con amenazas, desplantes, competiciones encubiertas… Con unas elecciones catalanas a la vuelta de la esquina que siguen pendientes... Junqueras quiere liderar, marcar su perfil, apostó por vías más posibilistas para superar a Junts, con la situación de los presos, lograr la mesa de diálogo… para gobernar en Cataluña. Igual que es muy interesante la competición entre Bildu y el PNV.

–¿Cree que Podemos aguantará la geometría variable–incluso absoluta en palabras de Sánchez– que quiere experimentar el presidente para apuntalar la legislatura?

–Sánchez pactó con Iglesias que el PSOE se ocupaba de la negociación con otros partidos, como ERC. Ahora mismo, la situación de Cs, con Inés Arrimadas, ha cambiado, y para socialistas y Podemos, con el coronavirus, también. Iglesias sigue pensando que aguantará y que los presupuestos saldrán con la mayoría de la investidura.

–Ante la vía a pactar unos presupuestos con Ciudadanos, Podemos se opone... ¿Cree que finalmente deberá ceder?

–Cs hizo posible prorrogar el estado de alarma, para asuntos tan importantes como coordinar la movilidad entre autonomías. En cuanto a los presupuestos, vamos a ver qué ocurre. No me gusta hacer cábalas. No se trata de que cedan solo Podemos o Cs, sino que también entran en juego el PNV, ERC, Bildu, Compromís… No es solo cosa de dos.

–El presidente dice que será una legislatura larga, agotando los cuatro años, sin embargo, en estos seis meses hemos podido comprobar las dos almas que conviven en Moncloa. ¿Cree que así será?

–El libro cuenta cómo Sánchez, en la misa noche electoral en Ferraz, reúne a un equipo reducido y les cuenta que hay que buscar el acuerdo con Podemos rápidamente. No todos estuvieron de acuerdo. Hubo una excepción. Eso sí, al final Sánchez manda y junto a Iván Redondo y Félix Bolaños hicieron una operación relámpago, tan veloz como secreta, para aquellos que podían dinamitarla. Ahora mismo dicen que siguen conjurados, pero en política siempre hay competición.

–¿El «caso Dina» puede debilitar a Iglesias? Varios ministros ya le han dejado a su suerte... ¿La estrategia de Moncloa puede ser la de que se debilite él mismo?

–Por una parte está el tema de la tarjeta de Dina Bousselham en el tiempo que la tuvo Iglesias y por otro está el robo del móvil a la dirigente en un supermercado. La justicia debería aclararlo. La gente de Podemos se indigna y se moviliza si se siente atacada. Eso Iglesias lo sabe y lo lidera.

–¿Cómo valora los ataques de Podemos a la prensa y las declaraciones de Iglesias de «naturalizar el insulto»?

–Un medio privado puede tener su línea editorial, con respeto a la verdad. Incluso mostrar comentarios en un informativo de una tele privada. He visto hacerlo a periodistas de la talla de Iñaki Gabilondo. Con criterios libres de veracidad. En cuanto a los insultos, creo que Iglesias quiso decir que a los periodistas, como a los políticos o los futbolistas, se nos va a criticar e insultar en la esfera pública, pero tajantemente yo digo lo siguiente: desterremos el insulto de la vida pública.

–Iglesias se defiende del «caso Dina» diciendo que busca debilitar al Gobierno. ¿Es así, a pesar de que las élites que no le querían en el Ejecutivo no pudieron impedirlo?

–Hay poderes que no querían un Gobierno de PSOE y Podemos. Mira por ejemplo el programa económico y verás que es incompatible con los intereses de determinados sectores. Y hay quien defiende ese interés, de forma lógica, pero otros también lo hacen con modos más turbios. En cuanto a Dina, no parece que el móvil desapareciera para venderlo. Podemos ha entrado en el Gobierno, pero lleva un desgaste desde 2015. En parte por errores de ellos, pero también suman asuntos que quedaron en nada, como acusarles de financiación con Irán, lo de Errejón, Tania Sánchez… Todo en 2015, que iban primeros en intención directa de voto.

–¿Cree que la relación entre Sánchez e Iglesias y la coalición está sólida?

–Ellos dicen que sí. Lo que tienen por delante no parece nada fácil.