Inmigración ilegal

Los pilotos de las pateras se camuflan entre los inmigrantes para no ser identificados

Pertenecen a las mafias y no ponen pegas para ser expulsados, ya que así pueden realizar nuevos viajes

Una de las últimas pateras llegadas a Gran Canaria. EFE/ Elvira Urquijo A.
Una de las últimas pateras llegadas a Gran Canaria. EFE/ Elvira Urquijo A.Elvira Urquijo A.Agencia EFE

Las Fuerzas de Seguridad, dentro de la lucha contra la inmigración ilegal, se topan con la dificultad de identificar a los pilotos de las pateras y cayucos utilizados para la entrada en las costas españolas de miles de personas que provienen de África.

A estos individuos, pertenecientes a las mafias de la inmigración, se les aplica, en el caso de ser identificados y detenidos, la legislación vigente, en concreto el artículo 318 bis del Código Penal que, entre otras cosas, señala que “el que intencionadamente ayude a una persona que no sea nacional de un Estado miembro de la Unión Europea a entrar en territorio español o a transitar a través del mismo de un modo que vulnere la legislación sobre entrada o tránsito de extranjeros, será castigado con una pena de multa de tres a doce meses o prisión de tres meses a un año”. A esto se suma el de pertenencia a organización criminal.

Lo que ocurre es que cuando estas embarcaciones llegan a tierra, el piloto se mezcla entre los demás ocupantes como un inmigrante más; y son rescatados en alta mar, ocurre exactamente lo mismo.

En principio, los “viajeros”, por razones de seguridad dada el poder de las mafias en sus puntos de origen, no señalan a los pilotos; y tienen que ser las Fuerzas de Seguridad las que, en investigaciones posteriores, tratan de identificarlos y proceder a su arresto.

En contra de lo que se hace creer en algunos momentos, trasladar una embarcación desde la costa africana al archipiélago canario no es tan sencillo como dar una brújula a uno de los inmigrantes, señalarle el rumbo y ponerle al frente del motor. Hay que tener unos mínimos conocimientos de navegación adquiridos en el manejo de este tipo de naves, sobre todo por parte de pescadores o individuos que hayan sido aleccionados para ello.

En lo que va de año, la Policía Nacional ha realizado diversas operaciones en las que ha logrado identificar a los pilotos. El pasado mes de junio, fue detenido en Lanzarote un individuo de 20 años, que era ya conocido por haber organizado viajes ilegales de Marruecos a España y que cobraba 1.500 euros a cada persona por adelantado.  Ingresó en prisión.

Un mes después, esta vez en Algeciras, fue detenido otro individuo, un marroquí de 35 años, que cobraba 1.400 euros por “pasaje”. Se le logró identificar pese a las dificultades que conllevan este tipo de gestiones ante la falta de colaboración de los inmigrantes.

El pasado mes de septiembre, la operación, en colaboración con la Guardia Civil, se desarrolló en Baleares y el arrestado fue un argelino de 22 años. Tras la toma de declaración de los ocupantes de la patera, se confirmó que la persona que se encontraba pilotando la misma en el momento de su localización era el patrón y que formaba parte de una organización que se dedica a realizar viajes desde la costa argelina hasta Baleares. Cobraban entre 600 y 1.000 euros. El detenido disponía de licencia de licencia de navegación en su país.

Los patrones de las pateras y cayucos, a diferencia de los inmigrantes, no ofrecen mayor resistencia a la expulsión a su país de origen ya que pueden reincorporarse a las mafias y organizar nuevos viajes. Por ello, la importancia de que se les aplique la legislación antes citada y, si los jueces así lo acuerdan, ingresen en prisión hasta la celebración del correspondiente juicio.