Terrorismo

ETA y el efecto Qadesh

Uno de los carteles de la campaña de Dignidad y Justicia
Uno de los carteles de la campaña de Dignidad y Justiciajmzvicc

La batalla del Qadesh entre Ramsés II (Egipto) y Muwatalli (Hatti), 1274 a. C., en la región que hoy conocemos como Turquía y Siria es la primera gran guerra de la historia que se puede reconstruir gracias a los numerosos documentos que hemos obtenido, sobre todo egipcios. Los hattitas cuando tenían al ejército de Ramsés II sitiado se preocuparon tanto de conseguir las riquezas que había en el campamento rival que propiciaron el repliegue de los egipcios, y estos finalmente consiguieron que los hattitas huyeran. Pero después de la batalla las huestes de Ramsés II no pudieron continuar con su plan expansionista por la merma de su ejército que fue el gran perjudicado. A grandes rasgos este sería el primer relato bélico de nuestra era en la que nadie nunca se ha atrevido a escribir quien ganó debido a que los hattitas, casi con seguridad los vencedores, se vieron aplastados por la maquinaria propagandística de la época. Fueron los egipcios quienes tallaron en piedra una gran victoria pese a la derrota. Miles de años después la historia se repite si contextualizamos a ETA y sus organizaciones satélites. Históricamente diferentes Gobiernos han intentado ganar la batalla al terrorismo y ser los valedores de la derrota de ETA, acabar con la banda asesina era la máxima prioridad de todo aquel que se ponía al frente del Ejecutivo, sobre todo cuando los muertos se apilaban a las puertas de La Moncloa. También, forma parte de nuestra historia que a lo largo de más de medio siglo son muchas las ocasiones en las que el ansia por rentabilizar los innumerables éxitos policiales y querer llevar al extremo las negociaciones han propiciado una reorganización de los terroristas cuando estaban prácticamente desahuciados. Y qué decir de los atentados de ETA que poco a poco se ven difuminados por las contranarrativas y lo malicioso que supone aceptar el término “conflicto” donde solo hubo víctimas y verdugos. Una vez más la propaganda del perdedor crea realidades de victoria y como sucediera con el ejército de Muwatalli (Hatti) la historia no es para el vencedor sino para quien la escribe.

Pero el “efecto Qadesh” en el 2021 d. C. se vuelve ahora contra ETA, o mejor dicho, contra lo que queda de ellos tras su mutación hacia las Instituciones. Las víctimas del terrorismo son la memoria de las atrocidades de la banda asesina y de ahí nace el afán

de los terroristas por rentabilizar la desmemoria lo antes posible. Pero estas prisas permiten a la sociedad replegarse y posibilita la reacción de quienes no podemos olvidar. Gracias a ese adelanto sobre la ficción abertzale y a querer reescribir la historia durante la guerra, la justicia, que es justa, vuelve a enjuiciar al “gordo” (Otegi). Los ciudadanos, que siempre han querido compensar el dolor de las víctimas, han puesto precio a la captura de los terroristas más buscados por la Policía Nacional y la Guardia Civil, e incluso, recientemente han duplicado la recompensa inicial. La cuantía es simbólica, pero representa el poder de la ciudadanía, y el valor es máximo porque son donaciones voluntarias. Hoy la sociedad despierta y reacciona con claridad bajo el lema #StopHuidosETA aportando fondos para localizar etarras huidos de la justicia y esto es debido a la ansiedad de ETA por amortizar lo que no han conseguido todavía; relegar a las víctimas del terrorismo.

Egipcio o Hattita, el “efecto Qadesh” no entiende de bandos, pero sí de historia, y la historia se repite.

Víctor Valentín Cotobal,

Vicepresidente de la Asociación Dignidad y Justicia