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Ghali, el líder del Frente Polisario, permanecerá en el hospital «sine die»

El presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) reta al Gobierno y no irá a declarar

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Una semana después de que Marruecos abriera la mano de su vigilancia fronteriza y permitiera la entrada de miles de personas en Ceuta, todas las miradas se dirigen al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali quien permanece ingresado en el Hospital de San Pedro en Logroño. Según fuentes de este centro de La Rioja «no se prevé» que le den el alta en los próximos días y «no está recibiendo visitas».

Su estado de salud es clave para su paso por la sala de declaraciones de la Audiencia Nacional –prevista para el próximo 1 de junio– y que podría variar en caso de que su estado de salud no evolucionara favorablemente. En este sentido según confirman estas fuentes a LA RAZÓN, podría prolongarse durante varios días, semanas o meses. No obstante, cuando ingresó en este centro riojano para tratarse de los problemas respiratorios derivados de la covid, su estado de salud era crítico ya que ingresó con una neumonía bilateral complicada que le impedía respirar por sí mismo y nada más llegar al hospital español fue intubado con respiración artificial. Una vez en planta, desde el Hospital de San Pedro aseguran que no mantiene contacto con nadie excepto el equipo médico que le está tratando de su enfermedad.

Sin embargo, la tensión diplomática entre España y Marruecos, lejos de suavizarse podría enardecerse si finalmente Ghali no acude a declarar. De hecho, el Frente Polisario anunció en España que su jefe no irá a declarar el próximo día 1 de junio a la Audiencia Nacional. Esta postura choca con lo manifestado por la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, en el sentido de que Ghali comparecería ante los tribunales si era citado. En declaraciones a OKDIARIO, el número dos del Frente Polisario, Salem Lebsir, reconoció que Ghali tiene pensado abandonar España en los próximos días sin declarar en la Audiencia Nacional, donde está acusado de los delitos de terrorismo, genocidio y tortura, entre otros. «Es todo mentira. En cuanto se recupere, que será en 10 días, saldrá del país. No se presentará ante el juez», aseguró.

Desde Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (ASADEDH), una de las acusaciones personadas contra Ghali, se señaló a LA RAZÓN que «para nosotros es un claro desafío a la Justicia de una democracia como la española. Al mismo tiempo creemos que es un claro desprecio tanto al poder judicial como al político, después de las declaraciones de la señora ministra en las que dijo que si es citado tendría que declarar como cualquier ciudadano. Por esto mismo es por lo que nosotros no hemos dejado de pedir medidas cautelares para que este señor no eluda la justicia de nuevo». Anuncian que con carácter inminente presentarán un nuevo escrito ante la Audiencia Nacional dando cuenta de dichas declaraciones.

La entrevista entre Salem Lebsir tuvo lugar en una pequeña sala de espera del hospital San Pedro de Logroño a tan sólo cinco metros de la habitación donde el líder del Frente Polisario se recupera del coronavirus. «¿Por qué va a ir, porque se le ha antojado a unos promarroquíes?». Según él, estas acciones lo único que pretenden es ensuciar la imagen de Ghali. Durante la entrevista, Lebsir niega que Ghali haya entrado a España con documentación falsificada a pesar de que accedió al hospital bajo la identidad de «Mohamed Benbatouch», tal y como acreditó la Policía.

Precisamente, ayer se refirió la presidenta de La Rioja, la socialista Concha Andreu, a la presencia de Ghali en un hospital público de su Comunidad Autónoma. «La situación es la que es y el Ministerio de Asuntos Exteriores es el que se hace cargo de todo esto», afirmó tratando de eludir su responsabilidad en la decisión de que Exteriores haya decidido que sea tratado en La Rioja. «Hay que colaborar siempre con el Ministerio, con el Gobierno, e intentar por encima de todo normalizar las situaciones, y que no haya un conflicto que supone que personas pongan en riesgo su vida porque un gobierno u otro no los acoge bien, no los controla bien», sentenció.