Terrorismo

Los once etarras más sanguinarios que ya han sido trasladados al País Vasco y Navarra

Dos destacados cabecillas, como “Fiti” y “Kantauri”, figuran entre ellos

José Javier Arizkuren Ruiz, "Kantauri", durante el juicio por ordenar el asesinato de Alberto Jiménez-Becerril y su esposa. EFE/Chema Moya
José Javier Arizkuren Ruiz, "Kantauri", durante el juicio por ordenar el asesinato de Alberto Jiménez-Becerril y su esposa. EFE/Chema Moyalarazon

La asociación Etxerat anunció ayer que 57 presos de la banda se encuentran ya en cárceles del País Vasco y Navarra. Entre ellos, hay once que destacaron por su brutal criminalidad a su paso por la banda terrorista. No han pedido perdón a sus víctimas ni colaborado con la justicia.

Son estos:

José Javier Arizcuren Ruiz, “Kantauri”.Nacido en Pamplona en 1958, entró en ETA en 1981 y fue jefe del “aparato militar” desde 1993 hasta su arresto en París. Tras su etapa como miembro “legal” (no fichado), se integró en el “comando Araba”, que operaba en Álava, y participó en el asesinato del subcomisario de Policía Pedro Ortiz de Urbina. Era el primero de una larga lista de atentados contra agentes de las Fuerzas de Seguridad, que incluyó dos acciones contra el cuartel de la Guardia Civil en Llodio. Huyó a Francia y los cabecillas le integraron en el “comando Madrid”; entre otros atentados, se cree que participó en el que afectó gravemente a Irene Villa, con la pérdida de las piernas, así como a su madre. Antes de pasar de nuevo a territorio galo, cometió otras acciones criminales que costaron la vida a varias personas.

La detención en Francia Félix de la Calle, Mobutu”, hizo que ascendiera y se ocupara de la dirección de los “comandos” con la autoridad que le daba su experiencia criminal. Y no perdió el tiempo.

Entre los atentados que ordenó cometer figuran el asesinato del sargento de la Policía Municipal Alfonso Morcillo; el del teniente alcalde del PP en el Ayuntamiento de San Sebastián, Gregorio Ordoñez; el intento de regicidio de Don Juan Carlos en el verano de 1995, en Mallorca; el asesinato del abogado y dirigente socialista vasco Fernando Múgica, en San Sebastián el 6 de febrero de 1996; el secuestro del empresario vasco Cosme Delclaux, liberado tras pagar su familia un importante rescate; el del funcionario de prisiones, Ortega Lara; y el asesinato del concejal popular Alberto Jiménez Becerril y su esposa, en Sevilla el 30 de enero de 1998. Ya le quedaba poco para ser detenido.

“Kantauri”, como hacían habitualmente los dirigentes de ETA, se comunicaba con las células criminales mediante cartas que se depositaban en “buzones” (escondites) previamente pactados. En una de estas misivas, que se incautó al “comando Vizcaya”, señalaba que «es muy importante darles a los políticos del PP. Deciros que cualquier político del PP es objetivo (...). Poner toda la fuerza posible en levantar a un concejal del PP, dando un ultimátum de días para que los presos estén en Euskadi. En relación a este tema (secuestro) hacerlo lo antes posible».

Carmelo Laucirica, “Itxina”. La Audiencia Nacional le condenó a 50 años de cárcel por colocar el 6 de diciembre (Día de la Constitución) de 2004 cuatro bombas que explotaron en tres cafeterías de Valladolid, León y Ávila y el aparcamiento del zoológico de Santillana del Mar (Cantabria).

Idoia Martínez García, “Alba”. Condenada a 30 años y 3 meses como autora del asesinato en 1994 del teniente del Ejército Miguel Peralta Utrera al estallar la bomba lapa que colocaron en su coche cuando conducía por la autovía de Extremadura (A-5) de Madrid.

Balbino Sáez Olarra, también del “comando Madrid”. Se le imputó su participación en el atentado con coche bomba cometido junto al estadio Santiago Bernabéu el 1 de mayo, horas antes del choque en la Liga de Campeones entre el Real Madrid y el Barcelona.

Joseba Arregui, Fiti”. Fue jefe del “aparato de Logística” de la ETA miembro del colectivo “Artapalo” que dirigió la banda en una de las épocas más sanguinarias. Se ocupaba de facilitar armas y explosivos a los “comandos”. Cuando fue detenido, en marzo de 1992, preparaba los atentados contra las Olimpiadas de Barcelona y la Expo de Sevilla

Javier Aristrain Gorosabel. La Audiencia Nacional le condenó por pertenecer a ETA y ocultar explosivos en zulos y un trastero del País Vasco. Se integro en el “comando Imanol” y utilizaba un trastero un trastero en el que se hallaron, detrás de una pared falsa, detonadores y material explosivo, así como varios cartuchos de pistolas.

Urko Labeaga. Fue detenido tras resultar herido al explotarle una bomba que pensaba colocar en el edificio de la compañía telefónica.

Oskarbi Jáuregui. La a Audiencia Nacional le condenó a 23 años de prisión por el envío de un libro-bomba en 2001 al periodista Gorka Landaburu, quien, a causa de la explosión, sufrió la amputación del dedo pulgar y heridas en la cara. Formaba parte del comando “Buruntza”.

Garikoitz García Arrieta. La Audiencia Nacional le condenó a 37 años de cárcel, por intentar establecer en 2010 una base de la banda terrorista en Portugal. Este individuo fue el que conducía la furgoneta con armas, explosivos y documentos falsos desde Francia. Una pareja de la Guardia Civil le dio el alto en Bermillo de Sayazo (Zamora). Logró huir en un primer momento pero fue arrestado con posterioridad en territorio luso.

Sergio Polo Escobés,condenado por varios asesinatos como el de Luciano Cortizo en León en 1995 y por dejar en silla de ruedas al capitán Juan José Aliste; Martín Sarasola, condenado por la bomba de la T-4 de Barajas con la que los terroristas pusieron fin a una de sus treguas, y Juan Ramón Carasatorre, autor del atentado contra el que fuera concejal del PP en San Sebastián Gregorio Ordóñez.

Jurdan Martitegi. En 2014, fue condenado por la Audiencia Nacional a 139 años de prisión por su participación en el atentado con coche-bomba contra la casa-cuartel de Calahorra (La Rioja) el 21 de marzo de 2008, en el que resultaron heridas ocho personas, dos de ellas guardias civiles. Junto a él, Arkaitz Goikoetxea -su compañero en el comando Askatasun Haizea- fue castigado a 136 años.