Crimen Organizado

Los vínculos de Moreno con la mafia napolitana: “Soy como el hermano del que mueve toda la farlopa de la Camorra”

Los socios del productor televisivo hablaban abiertamente de cómo blanqueaban para el narcotráfico

La trama de José Luis Moreno ingresaba efectivo en bancos compinchados donde no pasaban controles
La trama de José Luis Moreno ingresaba efectivo en bancos compinchados donde no pasaban controlesEuropa Press

Cuando la el Grupo IX de la UDEF de Madrid advertía de ramificaciones en el mundo del narcotráfico cuando se destapó la trama dedicada a la estafa y el blanqueo liderada por el productor José Luis Moreno lo hacía con conocimiento de causa tras haber escuchado horas y horas de conversaciones entre el medio centenar de implicados en la «operación Titella», que ahora han salido a la luz tras el levantamiento del secreto de sumario.

Tras la interceptación de algunas de estas comunicaciones los investigadores pudieron constatar que los sospechosos eran perfectamente conocedores de que el dinero que blanqueaban provenía del tráfico de drogas que supuestamente llevaba a cabo Carlos Brambilla, uno de los presuntos narcotraficantes que metían dinero a lavar en el entramado. Así se desprende, por ejemplo, de la conversación mantenida entre Javier Villalba y Antonio García –dos de los principales miembros de las organización– el pasado 8 de marzo a las 16:07 horas. Tras hablar de asuntos personales, Antonio le pregunta a Villalba a qué se dedica exactamente Brambilla y el otro le responde abiertamente que «Carlos es un narco importante». Antonio, lejos de reprochar nada, contesta: «Entonces tiene dinero» y, por tanto, deduce que tiene que «moverlo por cojones».

“Mi segunda familia es napolitana”

En esta línea, continúa: «Es que bueno, ya te explicaré en su día... por eso te decía que no lo voy a hacer, pero si quisiera hacerlo, en fin... Mi segunda familia es napolitana, Javier», le dice «para que lo entienda». Antonio García dice que es «como el hermano pequeño» de «no te digo quiénes porque salió en el telediario, que ahora ya está fuera, salió después de un problema que tuvo porque era el que meneaba absolutamente todo, toda la farlopa de la Camorra».

García se presenta como íntimo de un italiano que los investigadores identifican más adelante como Luigi Mocerino, del «Clan Contini» y que tiene un chalé en la dirección de Castelldefels que comenta Antonio. A él, asegura, «le tasaba las cosas y tal» como administrador de fincas y presume incluso de «irse de putas» con él y usar su Ferrari. El socio de José Luis Moreno comenta que el miembro de la mafia italiana llegó a ser condenado a 30 años de prisión aunque «solo cumplió 13». De hecho, sostiene que le tienen «grabado» a él yéndose «de putas» juntos cuando investigaron al italiano e incluso le llamaron para interrogarle pero «dijo no saber nada», según recoge el sumario.

“Nos ganamos todos la vida”

Para no desviarse más del tema, Antonio le dice a Villalba que le comenta toda esta historia porque a él no le importa de dónde venga el dinero y quiere hacer negocios con Brambilla (el narco) porque ahora tiene activos «muy buenos». «Y no digo pisitos, digo edificios, solares y todo directo de la propiedad. (...) El día que tú quieras le digo mira Carlos (Brambilla) yo tengo esto, energía renovable... depende de la capacidad de inversión, es cuestión de sentarse», pero que un día le «prepara un dossier de lo que le pueda interesar y qué idea tiene de invertir y a partir de ahí nos ganamos todos la vida».

De estas escuchas los agentes de «Titella» no solo corroboran que los investigados saben que el dinero que blanquean proviene del tráfico de estupefacientes sino que se vanaglorian de ello y promueven activamente los negocios con los narcos para llevarse ellos comisión. Porque en esa misma conversación del pasado mes de marzo Villalba (que se movía con DNI falso porque le constaban requisitorias judiciales) vuelve a comentar sobre Brambilla (el narcotraficante) que es «un tío con un potencial económico enorme» y Antonio le contesta que claro, que «eso da mucho dinero».

“Da igual de donde venga el dinero”

Y remata con que a él «le da igual de dónde venga el dinero» y que si tuvieran que preguntar a todos los clientes de donde viene el dinero «vete a saber, te quedas en casa y no haces nada». Además, Antonio advierte a Villalba de que él enseguida ve si «tiene un tío potencial para ganar dinero» y Villalba contesta que lo tiene. Los investigadores pudieron constatar entre esta y otras llamadas entre los integrantes de la trama que su forma de funcionar correspondía a una organización criminal. Era jerarquizada, con vocación de permanencia y cuyo objetivo era defraudaron voluntad de lucro. Llevaban actuando así, como mínimo desde 2017 y aunque Moreno encabezaba la parte de la organización de mayor actividad económica, se lucraba de la financiación fraudulenta que conseguían las empresas pantalla, en parte gracias a la fidelidad de algunas empleadas como Marta Dillet.

«Yo lo que me diga El More»

En una conversación con el propio productor en julio del año pasado, en la que Moreno le habla de recuperar la empresa Cultus, ella le dice que no quiere saber nada del tema porque esa empresa es de él «de Moreno). Ella le comenta que hablando con un tal Oscar Ordoñez ya se lo dijo: «No, no, yo le reenvié el mensaje diciendo no, no, lo que me diga Moreno, yo no quiero saber nada. Lo que diga “El More” yo lo hago... porque yo lo respeto».

Cuatro directores bancarios implicados

La investigación de la «operación Titella» destapó la participación de, al menos, cuatro directivos bancarios en la organización criminal dedicada a la estafa y el blanqueo de capitales liderada por el productor televisivo José Luis Moreno. Según se desprende del sumario de la causa, estaban implicados en la comisión de los delitos el responsable de la sucursal de Caixabank situada en la calle Pedro Laborde, 10 de Madrid, Miguel Méndez (facilitaba la apertura de cuentas y productos financieros); Luis Peña, director de la Caja Rural de Soria de Torrejón de Ardoz; Luis Ángel Moreira, director de la Banca Pueyo de la calle Jaime el Conquistador, 22 de Madrid (concedía productos financieros a la rama liderada por Antonio Salazar, facilitaba la apertura de cuentas con testaferros, como se ve en la imagen de la izquierda) y el director de la oficina del Banco Santander del Paseo de la Florida, 59: Javier Rumbo. Éste era uno de los directores más activos con la trama y además de facilitar los ingresos saltándose los protocolos de control del banco, participaba en la confección de documentación contable de las sociedades pantalla de Salazar a cambio de que éste traspasara a su oficina un fondo de pensiones de su madre de más de un millón de euros.