Inmigración ilegal

800 subsaharianos, dispuestos a entrar en Melilla por la fuerza con ataques a los agentes

Los cabecillas de las mafias son los que alientan la agresividad para tratar de amedrentar a las Fuerzas de Seguridad

Varios migrantes de origen subsahariano permanecen bajo vigilancia policial tras acceder a Melilla saltando el perímetro fronterizo entre España y Marruecos EFE/Paqui Sánchez
Varios migrantes de origen subsahariano permanecen bajo vigilancia policial tras acceder a Melilla saltando el perímetro fronterizo entre España y Marruecos EFE/Paqui SánchezPaqui SánchezAgencia EFE

Unos 800 subsaharianos se encuentran en los alrededores de Melilla a la espera de dar el salto a la Ciudad Autónoma, según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto. Se trata de personas manejadas por las mafias, que han pagado importantes cantidades para llegar a las proximidades del vallado y que están dispuestos a todo con tal de entrar en territorio español y, con el paso del tiempo, en la Península y Europa.

La desesperación que sufren estas personas al no ver cumplidas sus expectativas es la misma que la de hace años. Sin embargo, ahora y de forma creciente, utilizan la violencia contra los agentes, tanto marroquíes como españoles cuando tratan de impedir los saltos.

Esta violencia es provocada, según todos los indicios, por los responsables de las mafias, que son los que les facilitan los garfios, fabricados en herrerías situadas en el país vecino, y las cintas claveteadas que se colocan en las zapatillas, todo ello para poder escalar el vallado. El problema surge cuando esos utensilios, auténticas armas blancas, se utilizan contra los agentes. Algunos de ellos han sufrido graves heridas y, hace pocos días, un guardia civil estuvo a punto de ser degollado por uno de estos garfios, que no se utilizan como elementos defensivos sino ofensivos.

No se tratan de acciones aisladas, sino que responden a una estrategia con el fin de tratar de amedrentar a los agentes, sabedores los responsable de las mafias que, al menos de lado español, los guardias y los policías no tienen de medios antidisturbios para repeler las avalanchas.

La colaboración de Marruecos para frenar la inmigración es “modélica”, según las citadas fuentes, sobre todo después de lo ocurrido en Ceuta el pasado mes de mayo. Pero, como los españoles, han de enfrentarse que han empeñado todas sus pertenencias, pedido préstamos y que necesitan un futuro. De ahí vienen la desesperación que es el siguiente paso a la utilización de la violencia,

Son, por lo tanto, personas vulnerables y fácilmente manipulables por los cabecillas de las mafias que son los que les alientan –insisten las mismas fuentes—que utilicen la violencia contra los agentes. Incluso, tácticas militares.

Precisamente, el coronel Antonio Sierra, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Melilla, destacó en su discurso, con motivo de la Patrona del Cuerpo, que en lo que va de “2021 son ya más de 60 los guardias civiles heridos en los asaltos al perímetro fronterizo en los que los inmigrantes no dudan en utilizar tácticas militares en su avance hacia Melilla y una violencia inusitada contra las fuerzas de seguridad marroquíes y, posteriormente, contra nuestras fuerzas de seguridad”.