Aval

PP y un Gobierno dividido dan luz verde al Tribunal Constitucional

El Congreso aprueba con 232 votos el nombramiento de Arnaldo. Once diputados han roto la disciplina de voto, mientras que Vox, Cs e independentistas rechazan participar en la votación.

Fumata blanca a la renovación del Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas y el Defensor del Pueblo que llevaban pendientes de renovación desde julio de 2017. El pleno del Congreso ha aprobado este jueves con los votos de PP, PSOE y Unidas Podemos las candidaturas pactadas entre el Gobierno y el principal partido de la oposición. Lo han hecho en un clima de máxima tensión entre los diputados que conforman el gobierno de coalición, quienes han conseguido dejar de lado sus reticencias iniciales para avalar a la candidatura de Enrique Arnaldo -a propuesta del PP- que había generado un gran malestar entre los partidos de izquierda sobre la idoneidad de su perfil. La tensión por los nombramientos ha conseguido una foto inédita; la de Vox y Ciudadanos rechazando participar en la votación junto a ERC, Bildu y BNG, y otros partidos minoritarios como Junts, la CUP o el PDeCAT.

La votación para la designación de Enrique Arnaldo se ha saldado con hasta once diputados que han incumplido la disciplina de voto. Su nombramiento cuenta con 232 votos, Concepción Espejel ha recabado 237 votos, Inmaculada Montalbán 240, al igual que Ramón Sáez Valcárcel. Una votación que se ha saldado con el reproche unánime de toda la izquierda, que, ha espetado, sobre todo, su escepticismo con Unidas Podemos. Desde ERC, su portavoz Gabriel Rufián, ha reprochado al partido morado no haber votado en contra puesto que “tenía fuerza suficiente para plantarse”, mientras que desde Bildu han tachado la votación de “bochornosa”.

El debate sobre su idoneidad había creado todo un terremoto en el seno de ambas formaciones, que han dado pie a quejas internas dentro de sus grupos parlamentarios dejando claro que no se encontraban cómodos con la postura oficial de permitir la candidatura de Arnaldo. Además, ambos partidos han asumido un desgaste extra al avalar la candidatura popular, la cual ha sido recriminada por parte del resto de partidos de izquierda y socios parlamentarios en el Congreso de los Diputados. Esto ha derivado en que diputados de PSOE y Unidas Podemos se hayan opuesto al nombramiento, rompiendo la disciplina de voto.

Ante las resistencias en el grupo socialista y morado, el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, salió este miércoles a calmar las aguas entre ambos partidos. El líder del Ejecutivo es consciente del malestar en las filas socialistas y moradas y admitió incluso que no le gustan algunos de los candidatos propuestos por el PP, pero llamó a la “responsabilidad” de la coalición para “salvar el acuerdo” para renovar los órganos constitucionales.

Fue en el grupo socialista donde se visibilizó desde el minuto uno la crítica, que fue encabezada por el diputado Odón Elorza, quien finalmente aseguró que no se saltaría la disciplina de grupo, aunque “lo contrario sería más coherente”. Sin embargo el socialista asumió que votar en contra de la candidatura “tendría consecuencias desastrosas” en relación al riesgo a que las negociaciones para renovar el órgano del Consejo General del Poder Judicial, encallara con el PP, como ha desvelado hoy este diario.

Desde Unidas Podemos transmitían que se encontraban ante un “dilema ético” entre votar a favor de la renovación “o permitir que siga un bloqueo ilegítimo”. Para los morados, votar al candidato popular es el “mal menor”, aunque reconocían que votarían “sin la paz que daría votar a las personas más honorables” y “con la nariz tapada”. El trágala para los morados es de enromes dimensiones debido a las proclamas de sus dirigentes de acabar con la corrupción, sin embargo, en la formación son conscientes también de la necesidad de cerrar el pacto y “tragar con este sapo” -según fuentes moradas- en pro de desbloquear la renovación del CGPJ.

Sin embargo la tensión en el grupo parlamentario confederal quedó patente desde este miércoles cuando dos diputadas -la vicepresidenta tercera del Congreso, Gloria Elizo, y la diputada canaria Meri Pita- alzaron la voz calificando de “inasumible” “el precio a pagar en términos políticos de regeneración democrática y sociales, de construcción de ciudadanía”. Ante esta advertencia, desde Unidas Podemos han garantizado hoy que contaban, al menos, con el voto a favor ya de una de las dos diputadas “díscolas”. La consigna en el partido morado es de acabar con el bloqueo de los órganos constitucionales así como no ofrecer la oportunidad al PP para que carguen contra ellos por negarse a renovar las instituciones. Sin embargo, el grupo parlamentario confederal no pudo evitar finalmente el voto en contra de una de sus diputadas, que optó por votar “en conciencia”, en contra de la candidatura para la renovación del Tribunal Constitucional. Un voto que no ha interferido en el resultado final de renovación del Tribunal Constitucional debido a que tan solo con los votos afirmativos del PSOE y de PP, la votación estaba asegurada. Así, aunque finalmente Unidas Podemos hubiese optado por desvincularse al completo de la consigna en el Gobierno, la votación habría salido adelante.

Durante la jornada de votación, la propia portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, se manifestó en el mismo sentido al defender la necesidad de aceptar al candidato Enrique Arnaldo para el Tribunal Constitucional. De hecho, se mostró optimista respecto a que ambos grupos mantendrían la unidad de voto este medio día. Misma posición defendieron desde Unidas Podemos, el ministro de Consumo, Alberto Garzón y el secretario de Estado de Derechos Sociales, Enrique Santiago garantizaron que su grupo votaría a favor,