Partido Popular

El PP crea un comité asesor ante la crisis con Ayuso

La dirección reacciona ante el desgaste que detecta en sus propias encuestas por las diferencias en Madrid

En pleno puente de Diciembre, en concreto el martes día 7, hubo reunión en Génova. Una quincena de asistentes, con perfiles distintos, y vinculados todos de una manera o de otra a las siglas del partido. Había representantes de casi todas las comunidades autónomas, con excepciones como Cataluña o Baleares. No estamos hablando de cargos de primer nivel orgánico, sino diputados, senadores o economistas ligados a la organización popular.

La idea es que esta especie de grupo asesor territorial se reúna periódicamente, y, de hecho, quedaron en verse de nuevo después de Navidad. No para ejercer la función clásica de ser un laboratorio de «papeles», más bien el objetivo es que sirva como un foro que actúe de filtro al «mando» para conseguir una mejor percepción de la realidad social.

La iniciativa toma forma en pleno proceso por parte de Génova de asumir el desgaste que empiezan a notar en sus propias encuestas, y que también recogen las publicadas. Casado se resiente en un contexto marcado por la crisis abierta a cuenta del próximo congreso regional del PP de Madrid, que no se celebrará hasta mayo o junio, y su reacción a la decisión de la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, de anunciar su candidatura. Movimiento, por cierto, más que previsible, aunque el que no se haya ajustado a los tiempos de Génova sea el pretexto para ir a la guerra.

Casado busca salidas para reforzar su posición y mejorar la proyección de su liderazgo. En la pelea con Ayuso, la batalla de la imagen y de la comunicación juega más a favor de la presidenta que del líder nacional, y esto lo sabe Casado y lo saben también en su equipo.

Representantes de la plana mayor de la dirección del partido, como Teodoro García Egea, Javier Maroto o Ana Pastor, se sentaron con los «elegidos» para aportar visiones sobre cómo abordar algunas de las cuestiones que marcan la Legislatura. El grupo incluye a cargos de Madrid, lo que hay quien dice que hay que leer como un gesto que indica que el PP regional es mucho más que el «ayusismo». Dolors Montserrat, Daniel Lacalle o Ana Belén Vázquez están en la lista de invitados.

Al margen de las expectativas alimentadas en los últimos días, en la crisis de Madrid no ha habido cambios en el estado de las relaciones. En Sol señalan que si no hay avances es porque «Casado no quiere», y confirman que les consta que en Génova se producen reuniones con cargos del PP madrileño que tienen como objetivo «orquestar la estrategia contra la presidenta».

Este grupo asesor, que empieza a dibujarse, no responde precisamente a este objetivo, aunque sí puede interpretarse que lo que busca es proteger a Casado del coste que está dejando en su imagen su pulso con la presidenta.

La carga de que Casado es un líder que no quiere que le haga sombra Ayuso o que lo que pretende es apalancarse en la Presidencia del PP, y blindarse ante una caída en las próximas elecciones generales, pesa, por supuesto, en Génova.

Pero tampoco se visualizan movimientos sólidos para combatir y anular este lastre, más allá de insistir en que la razón orgánica está del lado de Casado y sentenciar la supuesta soledad de Ayuso dentro del PP de Madrid.

Así, en Génova dan aire al relato de que Ayuso «sólo» tiene a Miguel Ángel Rodríguez, su jefe de Gabinete, y al consejero de Hacienda, Javier Fernández Lasquetty, como apoyos firmes, el «aznarismo», apuntalan. Y también cuelgan del cuello del consejero Lasquetty la etiqueta de que si es «ayusista» es sólo por «un sentido de revancha» hacia Casado al no ver cumplida su aspiración a ser el candidato a la Comunidad de Madrid, en lugar de Ayuso. «Está en guerra contra Casado porque no le nombró candidato ni le hizo caso en su maniobra para mandar a Isabel al Ayuntamiento. Su operación la frustraron Carromero y compañía», se escucha entre los «peones» de Casado.

Con independencia de las cuestiones orgánicas, Casado está en un momento en el que necesita rearmar «su proyecto de futuro». Antes o después del verano deberá someterse a su reválida en un Congreso Nacional del PP, y ésta será su puesta de largo como candidato a la Presidencia del Gobierno. Es el primer cónclave al que concurrirá después de haber ganado en la contienda por la sucesión de Mariano Rajoy. Aquel congreso exprés de julio de 2018 lleva a que este año Casado tenga que someter a examen su proyecto y su equipo.

Con las bases orgánicas ya renovadas por completo, para ajustarse al nuevo PP, no se espera más que un congreso a la búlgara, en el que Casado se la jugará en la proyección externa más que en la riña interna.

Pero de cómo se resuelva la crisis de Madrid dependerá también que no haya sombras que empañen la puesta en escena de su candidatura. No hace falta una lista alternativa para que los planes de Génova puedan saltar por los aires, y la presidenta Ayuso tiene la fuerza suficiente como para conseguirlo por la repercusión mediática de su figura.

«Un condenado por sedición no me da lecciones»

El presidente del PP, Pablo Casado, aseguró ayer que no va a aceptar que «un señor condenado a nueve años de cárcel por delitos de sedición», en referencia al líder independentista Jordi Sànchez, le vaya a dar «lecciones de democracia», después de que JxCat se haya querellado contra el propio Casado por calumnias e «incitar al odio» contra los docentes catalanes, En su querella, interpuesta ante la Sala Segunda del Supremo, JxCat denuncia que Casado ha utilizado «fake news» al hablar del niño de cinco años de Canet de Mar (Barcelona) cuya familia logró que la Justicia obligara a su colegio a impartir el 25% de las clases en castellano. Durante su intervención en Zaragoza en el XIV Congreso Autonómico del PP de Aragón, Casado aseguró que a
Jordi Sànchez, le ha sentado «mal» que en un acto público el viernes, el propio líder del PP leyera «una noticia de hace diez años» que demuestra que el caso de Canet «no es nuevo», algo que «les ha indignado mucho».