Crisis diplomática

La tensión entre Marruecos y España crece ahora por la covid

Rabat acusa a Madrid de poner en peligro la salud de sus compatriotas

Un grupo de menores fugado de las naves del Tarajal para evitar ser devueltos a Marruecos
Un grupo de menores fugado de las naves del Tarajal para evitar ser devueltos a MarruecosReduan DrisEFE

Nuevo frente en las relaciones entre Rabat y Madrid. En un inesperado contraataque, el gobierno de Marruecos acusó al gobierno de Pedro Sánchez de no hacer lo suficiente para controlar la pandemia y de no seguir de manera «adecuada y estricta» los registros durante el proceso de embarque así como los protocolos sanitarios contra la covid 19 en los aeropuertos. Mediante un comunicado del Ministerio de Salud y Protección Social marroquí, el reino alauí cargó duramente contra el Ejecutivo y confirmó que no va a reanudar los vuelos hacia España tras detectar, según dicen, 19 casos positivos de coronavirus procedentes de nuestro país.

El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, reaccionó rápidamente desde Luxemburgo donde mantuvo ayer un encuentro con su homólogo belga, Jean Asselborn, y aseguró que la acusación de Marruecos «no es aceptable y no responde a la realidad», al tiempo que indicó que «nadie puede llamarse a engaño, los intereses de España siempre estarán defendidos».

El enfado es tal, que el Ejecutivo habría convocado al encargado de negocios de la embajada marroquí en España para expresarle su malestar, según publica El Confidencial. La principal consecuencia de esta acusación es que a partir de ahora será Portugal el país a través del cual Marruecos repatríe a sus nacionales varados en el extranjero como consecuencia de la crisis sanitaria. El reino alauita suspendió los vuelos directos con destino y salida desde Marruecos el pasado 29 de noviembre, tras la detección de la variante ómicrom. En un principio la medida se adoptó para dos semanas, pero tras el demoledor comunicado de Rabat, todo apunta que se suspenden las conexiones aéreas sine die.

Este nuevo rifirrafe se produce tras las palabras del jefe de la diplomacia española en la Cámara Alta donde aseguró el pasado jueves que «la crisis ha quedado atrás» y que «ya no hay declaraciones inflamadas», sino que hay «colaboración» en la frontera con Ceuta y Melilla. Sin embargo, este nuevo desencuentro se suma a una serie de tensiones derivada de la asistencia sanitaria en España al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, que en abril fue ingresado en un hospital de Logroño desatando una de las mayores crisis diplomáticas entre España y Marruecos en décadas, a la que se sumó la avalancha de inmigrantes irregulares que llegaron a Ceuta a través de la frontera marroquí ante la pasividad de las fuerzas de seguridad marroquíes.

La crisis de Gobierno en medio del verano supuso el relevo de Arancha González Laya por Albares, una decisión que propició que el rey Mohamed VI expresara en agosto, en un sorpresivo discurso, su deseo de abrir una nueva etapa «inédita» en la relación con España que se basaría «en la confianza y la consideración mutua y el respeto a los compromisos». Sin embargo, pese al descenso de la tensión en la Prensa oficial marroquí, todavía no se ha producido el esperado encuentro entre el jefe de la diplomacia español y el marroquí, Naser Burita, todo ello pese a que el encuentro entre ambos es tradicionalmente el primero en la agenda de Exteriores.

A este desencuentro hay que sumar otro episodio por el uso de Rabat de aguas territoriales españolas para construir una piscifactoría que una empresa marroquí está instalando en aguas próximas a las islas Chafarinas. En esta ocasión, el Ejecutivo elevó el tono y presentó una queja verbal ante la embajada marroquí en España –cuya titular fue llamada a consultas y no tiene fecha prevista de regreso– tras constatar trabajos en aguas españolas «sin los permisos necesarios para esa actividad».

Pese a los esfuerzos de España, Marruecos sigue sin dar su brazo a torcer. De hecho, Albares subrayó ayer que tanto él como su Ministerio trabajan «para tener las mejores relaciones con Marruecos, un socio estratégico» y señaló que «también hay muchos en Marruecos trabajando en ese sentido». Por ello, confió en que finalmente quienes prevalezcan sean los que trabajan «con buena fe y con buena voluntad», pero también advirtió a Marruecos de que defenderá los intereses de España en todo momento. «Nadie debe llamarse a engaño, los intereses de España siempre estarán defendidos», subrayó.