Terrorismo

La Policía detiene en Melilla a dos individuos por sus vinculaciones yihadistas

Los arrestos se han llevado a cabo en La Cañana, un barrio en el que existen varios locales sospechosos de difundir el salafismo

Mustafá Maya Amaya en una imagen distribuida por las autoridades
Mustafá Maya Amaya en una imagen distribuida por las autoridadeslarazon

Dos individuos vinculados al terrorismo yihadista han sido detenidos en el Barrio de La Cañada de Melilla en una operación realiizada por la Jefatura Superior de Policía de Melilla, dirigida y coordinada por la Comisaría General de Información (CGI), según informa la Delegación del Gobierno de la Ciudad Autónoma. La operación, según fuentes antiterroristas, está aún en marcha y no se pueden ofrecer más detalles al respecto.

La Cañada, según informaciones publicadas por LA RAZÓN, alberega varias mezquitas y locales sospechosos de divulgar el salafismo más extremista y del que han salido individuos que, en su momento, se incorporaron al Estado Islámico (Daesh, Isis) para combatir en Irak y Siria.

Mustafa Maya Amaya fue detenido en marzo de 2014 en el barrio de La Cañada de Melilla. Su casa estaba pegada a una de las mezquitas más radicales, sita en la avenida de Hidum. Este individuo, que está paralítico, se pasaba las horas frente al ordenador y se había convertido en uno de los principales reclutadores de terroristas para incorporarse a las filas del Estado Islámico en Siria.

La Sección Tercera de la Sala de lo Penal le condenó a ocho años de prisión por un delito de pertenencia a organización terrorista en calidad de promotor y director. A otros cuatro miembros -Paul Audren Lawrence Cadic, Sylvain Bertrand Guillaume Decker, Farid Cheikh y Davide de Angelis- se les impuso seis años de cárcel.

A todos ellos se les aplicó la atenuante de confesión, ya que reconocieron los hechos durante el juicio. Alcanzaron un acuerdo de conformidad con la Fiscalía, que inicialmente solicitaba entre ocho y 14 años.

Durante la vista oral, celebrada entre 11 y 13 de diciembre de 2017, el propio Maya Amaya -de ascendencia gitana que se convirtió al Islam- confirmó que dio «información» a través de redes sociales a gran número de personas que «querían trabajar, que querían buscarse una vida» o que querían «aprender el Corán» para después hacer la yihad. Aseguró que él no sabía concretamente en qué grupos yihadistas iban a ser integrados.

Los acusados condenados a seis años de prisión reconocieron ante el tribunal presidido por el magistrado Alfonso Guevara que ellos esperaban en casa hasta que Maya Amaya les daba instrucciones de cómo realizar sus respectivos viajes.