En 1810
Los nombres que Napoleón quería dar a las provincias españolas
Tras invadir España, aprobó un decreto en abril de 1810 para remodelar la distribución territorial
Qué duda cabe a estas alturas que una de las principales causas del declive y destrucción de Napoleón está en la resistencia que ejerció España. En nuestro país, que invadió por su desaforada ambición a finales de 1807 cuando ya tenía dominada una parte importante de Europa, sufrió derrotas estrepitosas que marcaron su porvenir, como vino a reconocer y lamentar él mismo en Santa Elena, refugio en el que murió en 1821.
En España, durante el tiempo que estuvo bajo dominios de su hermano José I, intentó acometer algunas reformas de calado, como una remodelación de la distribución territorial. Hasta entonces, nuestro país estaba dividido en 40 provincias, según el diseño territorial que había elaborado el Conde de Floridablanca en 1785. Pero, el 17 de abril de 1810, firmó un decreto para reorganizar las demarcaciones españolas y dividirlas en 38 prefecturas y 111 subprefecturas. El decreto, que contenía cinco títulos, regulaba la distribución territorial, las prefecturas, las subprefecturas, las municipalidades y el sueldo de los altos cargos de cada una de estas instancias administrativas.
Al frente de cada prefectura, habría un prefecto, encargado “de la vigilancia sobre la administración de rentas y de la policía general”. “Habrá también un consejo de prefectura , y una junta general de prefectura”, señalaba el decreto.
El diseño territorial corrió a cargo del matemático José María de Lanz y de Zaldívar, que trazó una división de inspiración francesa e hizo una distribución en territorios de dimensiones parecidas sin tener en cuenta las “identidades culturales”, con una nomenclatura de ríos y cabos. Así, las 38 prefecturas, junto a sus capitales y subprefecturas son las siguientes, mostradas en el mapa:
En este sentido, destaca cómo algunas de las actuales capitales de provincia quedaron relegadas a subprefecturas, como Castellón, Albacete, Almería, Cádiz, Badajoz, Zamora, León, Pontevedra, Segovia, Bilbao y San Sebastián. Las subprefecturas, según el decreto, estaban reguladas en el título III y estaban lideradas por un subprefecto e incluían una junta general de subprefectura, compuesta por 10 personas, propuestas por las municipalidades y debían ser mayores de 25 años y tener un mínimo patrimonio.
Hay una única capital de provincia de las actuales que tampoco quedaba relegada a subprefectura, que es Ávila.
También cabe destacar que había cuatro capitales de prefectura que ahora tampoco son capitales de provincia: Ciudad Rodrigo, Astorga, Jerez y Mérida.
Las delimitaciones provinciales, como se puede comprobar, eran diferentes a las actuales, que quedaron redibujadas con la distribución que realizó Javier de Burgos en 1833. No obstante, 11 años antes, también se había elaborado una nuevo esquema territorial, que contaba con 52 provincias: además de todas las que hay hoy (Canarias no estaba aún dividida en dos), se sumaban Calatayud, Chinchilla y El Bierzo.
A continuación, la lista de prefecturas y sus capitales:
Ter: Girona
Llobregat: Barcelona
Ebro: Tarragona
Cinca y Segre: Lleida
Guadalaviar Alto: Teruel
Guadalaviar Bajo: Valencia
Ebro y Jalón: Zaragoza
Ebro y Cinca: Huesca
Cabo de la Nao: Alicante
Segura: Murcia
Jucar Alto: Cuenca
Genil: Granada
Guadalquivir Alto: Jaén
Guadalquivir Bajo: Sevilla
Guadalquivir y Guadajoz: Córdoba
Salado: Málaga
Guadalete: Jerez
Ojos del Guadiana: Ciudad Real
Guadiana y Guadajira: Mérida
Tajo y Alagón: Cáceres
Tajo y Alberche: Toledo
Tajo Alto: Guadalajara
Manzanares: Madrid
Ágeda: Ciudad Rodrigo
Tormes: Salamanca
Duero y Pisuerga: Valladolid
Duero Alto: Soria
Arlazón: Burgos
Carrión: Palencia
Esla: Astorga
Sil: Ourense
Miño Bajo: Vigo
Miño Alto: Lugo
Tambre: La Coruña
Cabo de Peñas: Oviedo
Cabo Mayor: Santander
Cabo Machichaco: Vitoria
Bidasoa: Pamplona
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