Deshielo

Gobierno y Generalitat retoman el diálogo tras la “crisis Pegasus”

Bolaños y Vilagrà se reúnen mañana en Madrid para preparar la cita pendiente entre Sánchez y Aragonès

Solo 48 horas después de las elecciones andaluzas, el Gobierno retoma la interlocución con la Generalitat. Aunque desde Moncloa había despachado hasta ahora la responsabilidad de la falta de diálogo en la parte catalana, porque consideraban que -inmersos en las luchas internas del independentismo- no les interesaba retomar su relación con el Estado; lo cierto es que no se puede obviar la cuestión de oportunidad política de citarse con el Govern una vez superada la cita con las urnas, en un territorio que no premia, precisamente, el trato preferente a los soberanistas.

Fuentes gubernamentales han informado de que este próximo miércoles a las 16:00 horas el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, se reunirá en la sede de su ministerio con su homóloga catalana, Laura Vilagrà. Se trata de la segunda cita entre ambos después de una primera que se produjo el 24 de abril en Barcelona tras desatarse el “caso Pegasus”. El presunto espionaje a líderes y activistas catalanes ha puesto al límite la relación del Gobierno con sus socios de ERC. De hecho, los soberanistas no han apoyado las últimas reformas lanzadas por el Ejecutivo, como el paquete de medidas anticrisis para paliar la crisis generada por la guerra en Ucrania.

Aunque desde Moncloa sostienen que nunca se ha roto el hilo de comunicación, en la parte catalana son más contundentes y piden una serie de garantías antes de reunirse al más alto nivel. El presidente del Gobierno se comprometió a reunirse con Pere Aragonès a principios de mayo, pero esta cita no acaba de agendarse porque desde el independentismo piden un movimiento en alguno de estos tres ámbitos: asumiendo responsabilidades, aportando más transparencia para aclarar lo sucedido o desclasificando los documentos del espionaje. En el Gobierno creen que la cita podría producirse antes del verano.

“No es una vuelta a la normalidad”

De hecho, el Govern ha elevado el tono de sus exigencias nada más conocerse la cumbre con la Moncloa y ha insistido públicamente en que la reunión “no es una vuelta a la normalidad”.“Es muy difícil hacer predicciones de cómo puede ir, la falta de confianza es evidente”, señalan desde el Palau de la Generalitat situando el foco en el “caso Pegasus” pero también en los “agravios acumulados” en las últimas semanas.

Sobre este último aspecto, el Ejecutivo de Pere Aragonès incluye en el pack el déficit en inversiones y la falta de ejecución presupuestaria en Cataluña conocida en los últimos días, además de los nulos avances en el marco de la mesa de diálogo y en cuestiones como la reforma del delito de sedición que reclama el independentismo.

“Vamos a pedir explicaciones y, sobre todo, a buscar garantías de que lo que ha ocurrido no volverá a pasar”, ha avisado la portavoz de la Generalitat, Patrícia Plaja, sobre las exigencias que la parte catalana pone encima de la mesa para reconducir las relaciones con la Moncloa. Un gesto que ERC busca para apaciguar también las críticas dentro del independentismo, con Junts a la greña exigiendo a los republicanos dinamitar la vía de la negociación.