Asalto a la valla

Sánchez se queda solo en la crisis de Melilla

El Gobierno responsabiliza a las mafias y mantiene el agradecimiento a Marruecos, mientras sus socios piden una investigación y una condena expresa

El Gobierno se enfrenta a sus propias contradicciones en la gestión de la crisis de Melilla. El mismo Pedro Sánchez que asumió como primera decisión, cuando llegó a La Moncloa en 2018, acoger el buque «Aquarius» se refiere ahora como «asalto violento y organizado» a la oleada de inmigrantes que intentaron entrar en España el pasado viernes. Las desoladoras imágenes de cadáveres y migrantes hacinados en la valla y el trato recibido por los agentes marroquíes comprometen al Gobierno por sus ambiguos posicionamientos, que evitan la crítica expresa a esta actuación policial y mantienen el agradecimiento por la «extraordinaria colaboración» en la defensa de nuestras fronteras. En el Ejecutivo se pone el foco en dos cuestiones: en la agresión a la integridad territorial de España y en las mafias como responsables de lo ocurrido.

La polémica se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para el Ejecutivo en una semana clave, por la celebración de la cumbre de la OTAN, en la que Moncloa quería exhibir unidad y fortaleza. En pleno restablecimiento de las relaciones con Marruecos, desde Moncloa se mostraron en un inicio muy tibios en la condena de lo ocurrido e incluso, el mismo viernes, el presidente del Gobierno se felicitó de que el asalto fuera «bien resuelto por parte de los dos cuerpos de seguridad, tanto de España como de España».

Ya el sábado, cuando se hicieron públicas las imágenes y el saldo de fallecidos ascendió notablemente, el mismo Sánchez evitó matizar sus palabras y volvió a apuntar en una misma dirección, en la de las mafias. «Lamentamos la pérdida de vidas humanas, en este caso de personas desesperadas que buscaban una vida mejor y que son víctimas e instrumentos de mafias y delincuentes que organizan acciones violentas contra nuestra frontera», aseguró. Está cuestión se está enquistando dentro del propio Ejecutivo y con sus socios dentro y fuera de la coalición que piden más contundencia en la condena y explicaciones sobre lo que ha ocurrido en el país al que se ha externalizado el control fronterizo.

Desde el Gobierno, por su parte, hacen hincapié en que lamentan lo ocurrido y reivindican su agenda legislativa en el área migratoria para exhibir su compromiso con los migrantes. «Esas imágenes nos conmueven a todos. Si no nos encogiera el alma, no seríamos humanos. El Gobierno lamenta estas pérdidas, lo lamentamos profundamente», destacó Isabel Rodríguez, que siguió la estela marcada por Sánchez, señalando a «las mafias que trafican con seres humanos y provocan estas imágenes». Una situación que califican de «extrema y extraordinaria» y en la que mantienen el reconocimiento al país vecino. «El Gobierno agradece la colaboración en la defensa de nuestras fronteras. Para evitar estas tragedias hay que combatir a las mafias que trafican con personas. Ese debe ser nuestro objetivo, incidió la portavoz, que ante la reiteración de preguntas sobre la cuestión optó por dejar de responder con un: «Ya nos hemos pronunciado en profundidad. No hay más que añadir».

No comparten este cierre en falso los partidos de la oposición ni los aliados de Podemos, que vuelven a visibilizar la soledad de Pedro Sánchez. Todos los partidos, desde PP hasta ERC –como ya ocurriera con el giro del Gobierno en política exterior respecto al Sáhara– exigieron ayer explicaciones inmediatas. Una nueva polémica que aleja a Sánchez del Congreso y que lidera su socio de coalición, que elevó el listón a una condena rotunda de la actuación de las fuerzas marroquíes en Melilla. Así, el seno del Gobierno vuelve a dividirse por cómo actuar frente a una situación de crisis. En esta ocasión, hasta la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, se alineó con los morados, reclamando «aclarar ya» lo sucedido.

Los morados piden abrir de inmediato una investigación independiente liderada por la Unión Europea para esclarecer esta tragedia humana y «derivar correspondientes responsabilidades políticas y penales en colaboración con las delegaciones diplomáticas de la UE presentes en territorio marroquí». A través de una proposición de ley, el grupo confederal insta al Ejecutivo a que colabore en la «identificación de los cadáveres y localización de los familiares, garantizando una sepultura digna, a través de los servicios consulares españoles en Marruecos». El partido denuncia que este suceso es «un violento recordatorio del fracaso de las políticas migratorias de la UE».

La ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra expresó su preocupación a través de los canales del Gobierno con sendas conversaciones con sus colegas Fernando Grande-Marlaska y José Manuel Albares. Los morados piden estar «a la vanguardia de la defensa de los derechos humanos». Otros socios habituales como Más País también reclamaron al Ejecutivo investigar las muertes en la valla de Melilla tras la «violencia extrema de Marruecos» y se cuestionan si este comportamiento del país vecino es parte de la contrapartida por el giro «radical» de España en relación con el Sáhara. Desde ERC exigen una rectificación a Sánchez por la «brutalidad» en Melilla. En el bloque de la derecha, el PP ya reclama la comparecencia urgente de Sánchez en el Congreso para explicar los «graves sucesos». En Génova consideran que deben «esclarecerse las circunstancias que han llevado a este trágico desenlace», así como si el Ministerio del Interior disponía de información sobre lo que iba a ocurrir.