Reforma penal

Junqueras en el Congreso, la pesadilla del PSOE

El pacto de Ferraz con sus socios tendrá impacto directo en Cataluña y puede tenerlo en Madrid

En el Partido Socialista se mueven completamente a ciegas con la negociación de Moncloa y ERC. Los barones no han tenido noticia hasta que se ha publicado el acuerdo, y ahora se les echa encima un nuevo motivo de preocupación, que va más allá de las elecciones autonómicas y municipales. ¿Qué consecuencias tendría en la campaña de las generales que Oriol Junqueras fuese el número uno de ERC al Congreso? Moncloa quiere tranquilizar a los candidatos de mayo con el mantra de que son comicios locales, donde no se vota en clave nacional. Pero una campaña de Junqueras para el Congreso de los Diputados es una pesadilla en el imaginario socialista.

De cómo sea la redacción final de la propuesta presentada por PSOE y Unidas Podemos para derogar el delito de sedición, y de cómo quede la figura de la malversación en el Código Penal, depende el futuro político de Junqueras. El líder de ERC no ha ocultado nunca, en conversaciones privadas, que su sueño es ser el primer presidente de la República catalana, pero el futuro a medio plazo está por escribir y en este contexto político ha empezado a circular la idea de que podría ser el cabeza de lista de ERC al Congreso.

La negociación parlamentaria del PSOE con sus socios tendrá un impacto directo en la política catalana, pero también puede tenerlo en Madrid. Esta negociación responde, ante todo, al objetivo de resolver la situación en la que se encuentra Marta Rovira, secretaria general de ERC, prófuga de la Justicia española y que sigue procesada por rebelión. En febrero de 2018 el juez Pablo Llarena la dejó en libertad bajo fianza de 60.000 euros tras tomarle declaración. Pero, un mes después, rompió esa medida cautelar y viajó a Suiza, desde donde ejerce el mando del partido en las decisiones orgánicas. Fuentes informadas del proceso de negociación entre el PSOE y ERC confirman que Rovira es una pieza determinante en la tramitación parlamentaria de la derogación de la sedición y de cómo debe limitarse el coste para los líderes del «procés» del delito de malversación.

«Más allá del beneficio para otros dirigentes de ERC próximos a Junqueras, y que están a la espera de juicio, Marta Rovira es la pieza principal de puzle que tenemos que terminar de encajar en el Congreso», explican las fuentes consultadas.

Aunque se ha empezado ya a especular en Madrid sobre la posibilidad de que Junqueras aspire a ser el candidato a la Generalitat, sin embargo, en medios independentistas, aseguran que este escenario no es el más previsible a día de hoy. Antes se decantan por la posibilidad de que Pere Aragonès repita como candidato.

La intención de ERC, y a esto responden los nombramientos que están haciendo en el equipo de la Generalitat, es aguantar todo lo posible la legislatura, con Junts ya fuera del Gobierno catalán, y confiando en que este nuevo marco desgaste al partido de Carles Puigdemont y se convierta en «una gran ventana de oportunidad» para los republicanos.

Para que Junqueras pueda presentarse a las elecciones generales de 2023 no basta con la derogación del delito de sedición, sino que también necesita que se rebajen las penas de inhabilitación para el delito de malversación agravada.

Después de que el Congreso apruebe la proposición de ley registrada por PSOE y Unidas Podemos para reformar la sedición, el Tribunal Supremo tendrá que revisar la inhabilitación a trece años que impuso al líder de ERC y al resto de condenados por el «procés» por un delito de sedición en concurso medial con otro de malversación. El Alto Tribunal fijó el 5 de julio de 2031 como la fecha en la que concluirían los 13 años de inhabilitación del líder de Esquerra.

El debate está abierto en el Congreso, pero, al final, Junqueras estará en manos del Tribunal Supremo, ya que, una vez aprobada la ley en el Parlamento, la reducción de penas no es automática. El tribunal sentenciador tiene que revisar la condena y decidir cuál es la pena final.

El fugado Carles Puigdemont, ex presidente de la Generalitat, es la «liebre». Su futuro no está en la mente de ERC, preocupada solo por aprovechar la última oportunidad que le queda, la aprobación de los Presupuestos, para imponer su hoja de ruta. Con los Presupuestos ya en el BOE, salvo que Europa nos imponga exigencias hoy no previstas, Moncloa cree que tiene el calendario despejado para dedicarse «únicamente» a promocionar la figura de Sánchez como candidato y bajo la aureola de su perfil como estadista internacional. Los socios saben que la intención del PSOE es que el 23 sea el año de Sánchez y por eso están apretando todo lo que pueden en esta última negociación presupuestaria antes de las elecciones generales.

Hoy comienza el debate en comisión de las enmiendas presentadas a los Presupuestos, y el miércoles empezará su votación, de donde saldrá el dictamen que se elevará al Pleno. Los plazos se están cumpliendo conforme al objetivo de Moncloa: terminar el año con Presupuestos y con la exhibición de la unidad con sus socios. Cueste lo que cueste.