Pleno decisivo

El TC elige presidente con el voto progresista dividido

Los once magistrados decidirán hoy en votación secreta si Cándido Conde-Pumpido o María Luisa Balaguer presiden la institución

María Luisa Balaguer y Conde-Pumpido
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El bloque progresista del Tribunal Constitucional (TC) estrenará hoy su mayoría con división en sus filas. Los siete magistrados que tienen en su mano la elección del próximo presidente de la institución –los cuatro que permanecen en el tribunal y los tres que se acaban de incorporar– llegarán al Pleno convocado para designar al sustituto de Pedro González-Trevijano sin apostar por una candidatura única. Una fractura que no garantiza la elección de quien hasta ahora se señalaba como el máximo favorito para el cargo: el ex fiscal general del Estado Cándido Conde-Pumpido.

La última oportunidad para despejar su camino a la presidencia se esfumó ayer (a la espera de lo que suceda esta mañana hasta las 13:00, cuando se celebrará la decisiva votación), pues tras dos horas de reunión los magistrados progresistas no fueron capaces de ponerse de acuerdo en el respaldo a una candidatura única para la presidencia de la institución, lo que abre la puerta a la posible elección de la también magistrada progresista María Luisa Balaguer.

Conde-Pumpido cuenta a su favor con los apoyos de los magistrados Ramón Sáez, Inmaculada Montalbán, el exministro de Justicia Juan Carlos Campo y la ex alto cargo de Moncloa Laura Díez, estos dos últimos elegidos a propuesta del Gobierno de Pedro Sánchez en la última renovación–, pero esos cuatro votos no son suficientes. Junto al suyo sumarían cinco y, dado que en la actualidad el Pleno está compuesto por once miembros (a la espera de que el Senado designe al sustituto de Alfredo Montoya), necesita uno más.

En idéntica situación se encuentra Balaguer, que mantiene el pulso por la presidencia tras esa última reunión. En su caso, se da por seguro el respaldo de los cuatro magistrados conservadores –Concepción Espejel, Enrique Arnaldo, César Tolosa y el de momento presidente interino Ricardo Enríquez-–. Otros cinco votos (siempre que se vote a sí misma).

El crucial voto de Segoviano

Con esa balanza equilibrada, el voto de la magistrada progresista María Luisa Segoviano, expresidenta de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo (la única mujer que ha presidido una Sala del alto tribunal) se antoja decisivo, aunque fuentes del TC siguen inclinándose por la elección de Conde-Pumpido al frente de la institución.

Segoviano fue elegida por unanimidad por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a propuesta del bloque conservador. Aunque formaba parte de los aspirantes seleccionados por los vocales progresistas, el sector mayoritario puso su nombre sobre la mesa (y el del conservador César Tolosa) para evitar el nombramiento del magistrado del Supremo José Manuel Bandrés (por quien finalmente se decantaron los vocales de la minoría), a quien presumían un candidato de Moncloa y cuyo respaldo a Conde-Pumpido para auparse a la presidencia se daba por descontado.

La votación es secreta y el candidato que resulte elegido por mayoría absoluta en primera votación es designado presidente directamente. En segunda vuelta, sin embargo, se requiere solo mayoría simple. En caso de que haya empate a cinco votos (si Segoviano optase por abstenerse) y se repitiese en segunda votación, el nuevo presidente sería Conde-Pumpido, ya que en ese supuesto la balanza se decanta por el magistrado de mayor antigüedad en el Constitucional (ambos fueron elegidos por el Senado en marzo de 2017) y, en su caso, por el de más edad. El ex fiscal general del Estado, de 73 años, es cuatro años mayor que Balaguer (Almería, 1953), por lo que resultaría investido presidente si se da ese supuesto.

La incógnita del vicepresidente

De la designación del presidente dependerá también quién resulte elegido vicepresidente. Si hubiera consenso en torno al candidato progresista (lo que significaría que los magistrados conservadores lo respaldaran también), el vicepresidente sería con seguridad del bloque minoritario, con el magistrado Ricardo Enríquez (quien como Conde-Pumpido y Balaguer pertenece al tercio más antiguo del tribunal) como principal candidato.

Pero si no es así, y la presidencia se decide solo con los votos progresistas, lo más probable es que el vicepresidente sea también del bloque mayoritario. Si Balaguer cede finalmente y apoya a Conde-Pumpido (bien de motu proprio o al constatar que Segoviano tiene intención de respaldar al ex fiscal general), tiene muchos números para ser designada vicepresidenta. Pero si no es así, podrían serlo magistrados del siguiente turno, como Inmaculada Montalbán o Ramón Sáez.

En todo caso, los elegidos solo ostentarán sus cargos hasta la próxima renovación, prevista para marzo de 2026, cuando el Senado designe a cuatro nuevos magistrados.

Votación secreta con decisiva segunda vuelta

¿Cómo se elige al presidente del Tribunal Constitucional?
Al presidente de la institución lo elige el tribunal en pleno en votación secreta. En primera votación es necesaria mayoría absoluta y si no se obtiene, en segunda ronda es designado quien concentre el mayor número de apoyos. Si se produce un empate, se propondrá el nombramiento del magistrado de mayor antigüedad en el cargo y si la igualdad persiste, el de mayor edad.
¿Cuántos magistrados participan en esa decisiva votación?
Los que en ese momento compongan el Pleno, que normalmente está integrado por doce magistrados. En este caso, no obstante, serán once los que tomen la decisión, pues la plaza del conservador Alfredo Montoya, que renunció al cargo en julio del pasado año tras casi un año de baja por motivos de salud, no ha sido cubierta aún por el Senado. Por tanto, en primera votación harán falta seis votos para acceder a la presidencia.
¿Por cuánto tiempo es elegido el presidente de la institución?
El mandato (al igual que el del vicepresidente) es de tres años, aunque podrá ser reelegido una sola vez. En el caso de Conde-Pumpido y Balaguer, dado que su mandato expira en marzo de 2026, ninguno podrá repetir en el cargo. En esa fecha, en todo caso, el Pleno votará de nuevo para designar a su presidente.
¿Pueden ser el presidente y el vicepresidente del mismo bloque?
Sí, aunque tradicionalmente la vicepresidencia corresponde a un magistrado del sector minoritario (en este caso conservador), si no hay consenso en torno al presidente –como sí sucedió con González-Trevijano– esa norma de cortesía no escrita puede saltar por los aires.