Entrevista
Carlos Mazón: «El PSOE lidera un ‘procés’ silencioso en la Comunitat Valenciana»
Si alcanza la Generalitat, anticipa que suprimirá «todas las ayudas a los que promueven los Países Catalanes». «En política fiscal hay que devolver a los ciudadanos lo que se les ha requisado de más»
Tiene por delante el reto de intentar recuperar la Comunidad Valenciana para el PP en las elecciones del próximo mes de mayo. Esto tendría consecuencias a nivel nacional ya que se leería como un anticipo de la victoria del PP en las generales. Presidente de la Diputación de Alicante, nadie mejor que él simboliza la renovación de una formación que durante veinte años fue hegemónica en su tierra.
Usted fue un hombre de confianza de Casado, y ahora lo es de Feijóo. ¿Qué diferencia una etapa de la otra?
En las dos etapas la Comunitat Valenciana ha sido prioritaria para el líder nacional de mi partido. Con los dos he tenido conversaciones muy parecidas sobre las necesidades en materia de financiación, de inversiones y de política hidráulica. Estamos hablando de dos liderazgos distintos, pero yo destacaría que hoy Feijóo aporta una experiencia de gobierno y un perfil autonomista que aquí se entiende muy bien. Y que el partido se ha unido y está con ganas, y convencido de que hay posibilidades de ganar y de pasar pagina del «sanchismo».
Todas las miradas están puestas en Valencia, como si el resultado de las elecciones de mayo fuera decisivo en lo que ocurra en las generales. ¿Un Gobierno del PP al frente de la Generalitat acercaría a Feijóo a La Moncloa?
Todo suma. Ahora bien, yo no siento presión en clave nacional, y sí ilusión y muchas ganas de cambio en la calle. En estos últimos años se ha colapsado todo, se ha dejado de trabajar por la Comunitat Valenciana para trabajar solo por los intereses de unos pocos, y lo que nosotros ofrecemos es el cambio para recuperar el sentido común, la sensatez y una política de generación de oportunidades.
Las encuestas dicen que tiene posibilidad de dirigir la Generalitat con un pacto con Vox. ¿El fin, pasar pagina del Pacto del Botánico, justifica los medios?
Nosotros no estamos pendientes de otros partidos. Trabajamos en un proyecto de brazos abiertos a todo el mundo que quiera un cambio en la Comunitat Valenciana.
Pero las encuestas dicen que necesitará a Vox para completar ese «cambio» que promete.
Las encuestas son una foto del momento. Todos los sondeos señalan que el PP es el primer partido en las tres provincias y que el cambio es posible y factible. Y lo realmente importante es lo que se nota en la calle, donde las sensaciones que recibimos son muy positivas. La gente sabe que tiene al alcance de la mano el cambio, y que son ellos los que tendrán que decidir.
Y si deciden que tiene que entenderse con Vox, ¿asumirá un Gobierno de coalición? ¿Con qué límites?
El Partido Popular tiene la vocación de gobernar en solitario.
Puede ocurrir que los valencianos no quieran que sea así.
Nosotros trabajamos para gobernar en solitario porque creemos que es mejor para los valencianos. Queremos un Gobierno de mayorías y estable, que no esté hipotecado a nadie. Y no pensamos en un tráfico de sillones antes de que los ciudadanos nos digan cuál es su opinión. Por la evolución de encuestas y de sensaciones, creo que vamos en el buen camino para conseguir ese objetivo, pero, en todo caso, la última palabra es de los valencianos.
¿Cree que hay que revisar los protocolos de atención a las mujeres que quieren abortar? Lo digo por la polémica en Castilla y León.
En este tema sólo ha habido una sobreactuación de carácter electoral de Vox y del PSOE de Sánchez, y un ejercicio de sentido común por parte de Alfonso Fernández Mañueco, que es un ejemplo de políticas de igualdad, sociales y de defensa de la mujer.
¿Cómo hay que fomentar la natalidad?
Con medidas concretas. Nosotros proponemos la educación gratuita, universal, de cero a tres años, sin burocracia, sin papeleo y con libertad de elección de centro. Hemos demostrado que es aplicable, si gobernamos, para el próximo curso 2023-2024. La natalidad también se fomenta con una adecuada política fiscal que rebaje las cargas y facilite la conciliación.
La corrupción es lo que acabó con las mayorías absolutas del PP en Valencia, uno de sus más simbólicos bastiones territoriales. ¿Y es lo que se llevará ahora por delante al Gobierno de Ximo Puig?
Éste es el PP de 2023. Hay que mirar hacia el futuro. Hoy somos un partido unido, sin complejos y con nuevas personas al frente. Hoy somos un partido muy abierto a la sociedad civil, cercano a colectivos y asociaciones de vecinos; estamos haciendo una precampaña muy de calle. Y no me preocupa en cuánto nos diferenciamos de los anteriores equipos, lo que me ocupa es el cambio que toca liderar a esta nueva generación.
Una nueva generación que ha apostado por la regeneración y que ha pasado página de los errores del pasado. ¿O no los hubo?
Bueno, unos años después, Camps ha sido declarado nueve veces inocente ante querellas que firmó el propio Ximo Puig. Y, mire usted, las firmó justo en años en los que ahora resulta que la UCO, la Guardia Civil, la Fiscalía y los propios trabajadores del Partido Socialista dicen, en sede judicial, que había tramas de facturas falsas que apuntan incluso directamente al propio presidente de la Generalitat.
Lo que hizo Puig con ustedes es lo que están haciendo ustedes con él en el caso Azud, ¿no?
Como oposición tenemos la obligación de exigir información. Y, hasta ahora, las explicaciones han sido cero. Se han saltado un mandato de las Cortes Valencianas que ya aprobó una comisión de investigación, y que han bloqueado porque éste es un problema que afecta a Puig y a Sánchez.
¿Por qué a Sánchez?
Estamos hablando de supuestas mordidas de la etapa de Aquamed, y la entonces ministra de Medio Ambiente es la actual presidenta del Partido Socialista de Sánchez, Cristina Narbona. Hablamos también de la campaña de la actual presidenta del Consejo de Estado, la socialista María Teresa Fernández de la Vega. Estamos hablando de gente nombrada, sostenida incluso en la ejecutiva de Pedro Sánchez, no sólo de Puig y sus amigos.
Los socialistas dicen que es un caso transversal porque también afecta a gente del PP.
No hay ningún imputado del PP, no hay ningún ex tesorero, no hay ningún gerente, ni ningún trabajador del partido que haya confesado en sede judicial. Nada. No estamos hablando de dinero para el PP. No hay ningún imputado que sea afiliado del Partido Popular. Los esfuerzos que está haciendo el PSOE por esquivar esta cuestión son casi enternecedores.
¿Saldrán más cosas?
Quedan siete piezas en secreto de sumario, que se unirán a la que estamos terminando de conocer, y en las que se habla de comisiones directas para el Partido Socialista, en las que se habla de supuestas comisiones del 6 por ciento que harían sonrojar al famoso tres por ciento del separatismo catalán. Estamos ante el escándalo de un portavoz del grupo socialista, íntimo amigo de Puig, que dejó su escaño para irse a defender al jefe de la trama a la cárcel, supuestamente para controlar su declaración y para saber, primero que nadie, que había allí.
Si gobierna, ¿cambiará la política lingüística?
En la Comunitat Valenciana hay un «procés» silencioso que avanza con rapidez. Vamos por los 10 millones de euros, de todos los ciudadanos, que se han dado a entidades que quieren los Países Catalanes. Se ha puesto en marcha la oficina de la Política Lingüística al estilo catalán. Se la tuvimos que parar en los tribunales y ahora la están introduciendo por la vía de usar la ley de acompañamiento de los Presupuestos. Los consellers de Puig se manifiestan con pancartas a favor de los Países Catalanes. Los asesores lingüísticos a dedo han sustituido a los inspectores educativos que deben velar por la calidad de la educación. Y se ha avanzado hacia un modelo de imposición frente al modelo de libertad educativa.
Pero esto ya empezó en la etapa de gobierno del PP, igual que en Baleares.
Este «procés» lo lidera Puig. Nosotros proponemos una ley de libertad educativa, en la que los padres puedan decidir, en la que se refuerza la figura del profesor, en la que la inspección educativa no esté llevada por asesores lingüísticos de Compromís. Hemos llegado a tal sin razón que para la consolidación de plazas de médicos han aprobado una normativa que establece que el valenciano cuenta lo mismo que un doctorado o la experiencia profesional. Como si para operarte de cataratas fuera más importante saber valenciano que tu doctorado o tu formación.
¿Plantea una reespañolización de la Comunidad Valenciana?
Toda esta locura la vamos a revertir de manera inmediata, claro. Hay mucha gente en la Comunitat Valenciana que no habla ni piensa en valenciano. Hay comarcas enteras que no hablan en valenciano. El PP defienden la pluralidad lingüística y la riqueza del valenciano, pero la mejor manera de que la gente ame el valenciano es promoviéndolo y promocionándolo. Nosotros apostamos por un modelo de promoción del valenciano y de nuestras señas de identidad. La imposición quiebra a las sociedades.
Por eso le preguntaba por la reespañolización.
Nosotros tenemos una identidad propia y una autonomía de primerísima división. Yo siempre digo que soy alicantino y, por tanto, valenciano, y, por tanto, español. Pero tenemos la gran suerte de que somos una comunidad que sociológicamente hace perfectamente compatible las dos cosas todos los días. Es en los despachos donde se quiere generar la división porque en la calle no existe y la calle se está empezando a cansar de una política artificial.
¿Qué está pasando con el agua?
No hay un solo informe o estudio serio que justifique el Plan de Cuenca del Tajo. Sánchez ha recortado sin ninguna justificación veintidós veces el trasvase, generando una deuda histórica del agua que jamás existió, superior a los 500 millones de euros, para Almería, Murcia y Alicante. Mi gran defensa del trasvase es, precisamente, el criterio medioambiental. Por tres razones. El agua desalada cuesta cuatro veces más porque tiene cuatro veces mayor coste energético. Porque trabajada de manera masiva, con su efecto en la salmuera, daña el fondo marino. Y porque tiene un componente en boro que le resta todos los componentes a los cítricos. Y creo que, en la Comunitat Valenciana, de cítricos sabemos un poco. El agua salada como alternativa no es sostenible, no es medioambiental y no es ecológica. Reto a Sánchez a que ponga encima de la mesa un informe que diga que el Tajo necesita ese nivel de caudal ecológico.
¿Por qué no unen Puig y usted fuerzas en esta batalla?
Él es corresponsable porque ha dicho que está moderadamente satisfecho, o, dicho de otra manera, que se alegra de que en vez de cortarnos las dos manos y los dos pies nos hayan cortado solo las dos manos. Es el único presidente autonómico que aún no ha anunciado que va a recurrir al Supremo cuando ya lo ha hecho el presidente de Murcia y el presidente de Andalucía. Y yo, como presidente de la Diputación de Alicante, también lo he anunciado. El único que no ha hecho nada es él. Y la Generalitat Valenciana, en el Consejo del Agua, se abstuvo, se calló, mientras todas las comunidades del PP, hasta aquellas por las que no pasa ni el Tajo ni el Segura, votaron en contra.
¿Recortaría las subvenciones que ha concedido este Gobierno a sindicatos y otras organizaciones sociales cercanas a ellos?
Las únicas ayudas que revisaría, por ser contrarias al Estatuto y la Constitución, son las que sirven de promoción a los que quieren los países catalanes. Las ayudas para la promoción de nuestra lengua o de nuestras señas de identidad son necesarias. Por supuesto que sí, porque estamos muy orgullosos, desde la libertad, de nuestra cultura y creemos en su promoción.
Entre tanta crítica, ¿aprecia, al menos, la rectificación fiscal de Ximo Puig?
En política fiscal hay que devolverle a los ciudadanos el dinero que se les ha requisado de más.
Eso ya lo ha empezado a hacer el Gobierno valenciano al comprarles, en cierta forma, la deflactación del IRPF.
Con una diferencia, que nosotros proponemos devolver a los ciudadanos 1.500 millones de euros y la rebaja fiscal de Puig sale a 5 euros al mes, o euro a la semana, que son 15 céntimos al día. Tienen que juntarse cinco personas para comprar una barra de pan con la rebaja fiscal de la Generalitat. Tenemos al Gobierno más caro de la historia de la Comunidad Valenciana, con más asesores y altos cargos a dedo, y que ignora el colapso sanitario de la sanidad pública.
En Valencia hay «colapso sanitario», y en Madrid, Ayuso dice que las protestas son políticas. ¿La diferencia entre estar en el Gobierno y en la oposición?
Tres datos rápidos La mitad de las ambulancias a la Comunidad Valenciana van sin médico. Segundo dato, somos la única comunidad, la única región de Europa, que ha sido cinco veces condenada por desproteger a sus sanitarios durante la pandemia.. Tercer dato, con los nuevos sistemas de gestión hay hospitales donde una colonoscopia ha pasado de tener 70 días de espera a siete meses.
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