Declaración

El juez debe encontrar vínculos claros para acusar al asesino de Algeciras por yihadismo

El marroquí detenido por matar a un sacristán declara este lunes en la Audiencia Nacional y lo previsible es que después entre en prisión provisional

Lo previsible es que Yassin Kanjaa no vuelva a pisar la calle. La última vez que lo hizo fue el pasado 25 de enero cuando terminó con la vida del sacristán David Valencia en una plaza de Algeciras (Cádiz). Este lunes pasa a disposición judicial, después de que los agentes de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional pidieran una prórroga de su detención al juez para tratar de rastrear todos los movimientos previos de este marroquí tanto en redes sociales como su entorno y determinar el ataque fue fruto de terrorismo yihadista. El juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea tendrá que encontrar vínculos claros de Kanjaa con la yihad global para poder acusarlo de este delito, pero todas las fuentes consultadas dan por hecho que el magistrado lo enviará a prisión provisional.

La misma noche que se produjo el ataque -que la Audiencia Nacional investiga como terrorista con vínculos con el «yihadismo salafista»- los agentes entraron en el piso ocupa de Yassin Kanjaa. Comprobaron primero que su nacionalidad era marroquí y que tenía 25 años y, después, que sobre él no pesaba ningún antecedente penal y tampoco estaba reclamado por delito alguno en otros países. Lo que dio la voz de alarma es que iba vestido con una túnica y que profirió cánticos relacionados con Alá cuando acabó con la vida del sacristán a base de golpes con un machete.

Pero para acreditar que tiene vínculos con la yihad global es necesario que en los bienes que se le han incautado haya conexiones con miembros de otros países, algún tipo de intención por escrito o incluso órdenes de religiosos islamistas de algún tipo. Por el momento, las fuentes de la investigación consultadas confirman que se ha encontrado propaganda yihadista en unos pendrives que tenía en su habitación. Las fotografías que han trascendido muestran una estancia destartalada, sucia y con pocos elementos de valor. De hecho, según las citadas fuentes ni siquiera tenía ordenador.

Lo que han encontrado los investigadores son algunos vídeos y fotografías en sus redes sociales con proclamas cercanas al yihadismo que “podrían señalar algún tipo de adoctrinamiento”. Pero las tachan casi de “infantiles”. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, dijo desde el primer momento que se trataba, en principio, de una actuación en solitario. No hay más personas implicadas y la Policía no trabaja en esa vía.

Las pesquisas no son sencillas porque aunque Kanjaa sea el único sospechoso deben descubrir vínculos con el radicalismo islámico tan fuertes como para que el juez no halle resquicio de duda. La hipótesis que se bajara con más fuerza es la de los conocidos como “lobos solitarios”, que son personas que se radicalizan y realizan actos terroristas en nombre de Alá, pero si ningún líder espiritual coordinándole. Sucede que también en este caso la actuación debe estar clara.

Los expertos en lucha antiterrorista consultados exponen que hay varios elementos que no encajan del todo en este caso en la actitud de un “lobo solitario” y todas tienen que ver con el nivel de violencia. A pesar de que los vecinos, lógicamente aterrorizados por un hombre con un machete, describen la escena como violenta, lo cierto es que Kanjaa no parece que tuviera la intención de matar a todas las personascon las que se cruzaba y no mostró resistencia ni se inmoló cuando llegaron los agentes. Una de las hipótesis que tampoco se descarta es la de que pudiera tener algún tipo de trastorno mental.

Todo esto es lo que debe esclarecer a partir de ahora la investigación que pasa a dirigirla el juez de refuerzo del Juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, Joaquín Gadea. Él determinará si quiere hacerle un examen forense y, sobre todo, decidirá este lunes si lo envía a prisión provisional. Nada hace dudar que lo hará porque se cumplen todos los requisitos para que Kanjaa ingrese en la cárcel hasta el juicio. El tipo de delito grave por el que se le acusa, la posibilidad de delinquir y el riesgo de fuga especialmente.

El joven marroquí, de hecho, vivía en España sin papeles y desde junio de 2022 tenía orden de expulsión. Desde Interior explicaron que es muy común que estos procesos administrativos largos se demoren y no se expulse directamente. En 2019 había sido expulsado de Gibraltar y allí dijo que estaba “en busca de una vida mejor”, así que cabe suponer que Kanjaa no tenía especial arraigo a Marruecos.

En los vídeos difundidos por redes sociales se ve claramente cómo el hombre mata al sacristán y levanta el machete hacia el cielo y, según los hechos relatados por el juez, “alzando la mirada al cielo y gritando unas palabras en árabe entre las que se escucha la palabra ‘Allah’ le asesta una última estocada mortal”. Kanjaa entró en la Iglesia de San Isidro sobre las 18:30 del martes de la semana pasada y dejó malherido al párroco Antonio Rodríguez. A unos 200 metros entró en la Iglesia Nuestra Señora de La Palma y fue allí donde primero provocó destrozos y luego terminó con la vida del religioso.