Tensión

Aliados de Díaz piden que dé un paso atrás en las próximas generales: «Ha perdido su halo»

Los partidos de Sumar mueven ya sus resortes para sacarla del terreno de juego y tantear la unidad con Podemos

El PP quiere que Yolanda Díaz explique ante el Pleno del Congreso si "le merece la pena seguir siendo ministra"
El PP quiere que Yolanda Díaz explique ante el Pleno del Congreso si "le merece la pena seguir siendo ministra"Europa Press

Más allá de la batalla constante dentro del Gobierno de coalición, hay una preocupación que subyace ya en la izquierda. Y es si llegado el momento, esto es, las elecciones generales, el espacio a la izquierda del PSOE será capaz de aguantar lo suficiente y si quien lo represente contará con apoyo suficiente para contribuir a una mayoría de izquierdas. Esto no solo ocupa al ala socialista del Gobierno, donde necesitan que el partido minoritario resista unas nuevas urnas, sino que también es cuestión que hoy empieza a inquietar a algunos de los partidos que componen la coalición Sumar en el Congreso y en el Gobierno.

En este entorno es donde se empieza a cuestionar el liderazgo y continuidad de Yolanda Díaz. La recomposición de la izquierda para recuperar un suelo de votantes que supere el 15 por ciento es la obsesión a conseguir y, hoy en día, hay voces que ya hablan de la necesidad de que la vicepresidenta dé un paso atrás de cara a las próximas generales. Se motiva esta petición en la seguridad de que entonces sería más factible que las distintas opciones de izquierda se presenten bajo las mismas siglas.

Partidos consultados por este periódico empiezan a exponer sus diagnósticos sobre la situación que atraviesa la izquierda o sobre la experiencia de la alianza y las preferencias de cara al futuro. «Cuando no se aporta, se da un paso atrás y no pasa nada», es la reflexión que hace uno de los partidos de la coalición.

Apuntan a la falta de ilusión que hay en estos momentos entre el electorado de izquierdas con ella como referente, y empiezan a verbalizar tanto en público como en privado la urgencia de recambio de cara a las próximas elecciones. Los morados, como ya publicó este periódico esta semana, demandan que Pedro Sánchez integre en sus listas a Yolanda Díaz como condición para concurrir con IU, Más Madrid o los comunes a las próximas generales.

En otra de las siglas que integran Sumar señalan la falta de pasos hacia la «catarsis» de la izquierda que, en teoría, supuso la «dimisión» de Díaz como líder de Sumar tras elecciones europeas. Si bien, Díaz si admitió la reorganización del grupo parlamentario para dar más poder a todos los partidos de la coalición, lo que para Movimiento Sumar es una especie de reconocimiento de que ya no son el espacio mayoritario. Este es un gesto valorado por los coaligados, pero insuficiente de cara a una próxima alianza. Entre estos partidos ya se avisó desde un primer momento que Sumar ya no era el partido «aglutinador» de la izquierda.

Las continuas batallas por el poder, o los pulsos que siguen manteniéndose con Podemos, por ejemplo, son algunos de los puntos que se señalan y se cargan sobre la cuenta de errores de Díaz. Un liderazgo que acusa desgaste desde hace tiempo. «Ha perdido su halo», dice uno de los partidos que la apoyan en el Gobierno y en el Congreso. Fue en junio de 2022 cuando la ministra dio un paso adelante como «líder». Entonces anunció un proceso de escucha que se retrasó en el tiempo por la guerra de Ucrania y que ya incluso empezó a perjudicar a su liderazgo al comprobar un «efecto gaseoso». Sería antes de las elecciones generales de 2023, cuando su figura comenzó a deteriorarse definitivamente por el pulso abierto con Podemos tras el veto a que Irene Montero se presentara en las listas electorales.

La propia Yolanda Díaz es consciente del desgaste de su marca. También en su entorno, donde, tras las europeas, han intentado frenar este problema por la vía de desvincularla de la relación directa con los partidos. Ella misma lo ha reconocido recientemente en una entrevista en «Más de Uno» de Onda Cero, donde concedió que quizás no es la persona «más adecuada» para liderar las responsabilidades políticas. «Tengo unas cualidades y no otras. No me han gustado nunca las responsabilidades orgánicas, no es lo que sé hacer ni soy la persona adecuada. Me gusta definir políticas públicas», reflexionó entonces. En eso, en su labor como ministra, todas las fuentes consultadas siguen considerandola la "mejor ministra de Trabajo".

Ese mismo día admitió que debía valorar su futuro político y decidir si se volverá a presentar o no como candidata a las próximas elecciones generales. En su equipo se solicita prestar atención a estas palabras, que entienden también como un gesto propio dirigido a dar una nueva oportunidad a este espacio. Aunque en su entorno niegan cualquier tipo de pérdida de liderazgo y siguen asegurando que es un "activo electoral".