Opinión

Aprendizaje del autogolpe

Miren cómo Putin encarcela o directamente acaba con los periodistas que no se someten a sus intereses

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez durante la entrevistaRTVERTVE

Pedro Sánchez reparte besos y abrazos en la catalana Feria de Abril para remachar las buenas vibraciones de Salvador Illa. El descansito o “espantá” en realidad nos vino de perlas a todos, porque aflojó una presión mediática descomunal y nos permitió alcanzar este delta electoral con los deberes hechos. Es decir, con dos enseñanzas primordiales que utilizar para el resto de legislatura. En primer lugar, que el presidente del Gobierno consigue dejar sin aliento una vez más no sólo a su partido, asomado durante horas al abismo, sino al resto de adversarios/socios, porque se coloca siempre unos kilómetros por delante. Lo ha vuelto a hacer y todos sabemos que al Correcaminos nunca lo alcanzará el Coyote por muchos trucos que le suministren desde la simpática ACME. Al contrario, la caja cargada de piedras sobre el desfiladero o el lanzallamas atómico no rozan ni una sola de las plumas del pajarito, se revuelven contra el pobre Coyote. Me gustan los perdedores y espero que alguna vez lo atrapen, aunque sólo sea un segundo. “Bip-bip!”. Pero en esta ocasión, pese a tenerlo contra la pared, volvió a escabullirse y ya no lo vas a pillar, seguro.

Es decir, el PSOE sale, mágicamente, reforzado como grupo, porque sin pedirlo nadie Sánchez se sometió a una suerte de “plebiscito”, de cuestión de confianza chusquera, que aprobó para pasmo de todo el personal. Lo que significa que no se va a marchar. En segundo lugar me pregunto por nuestro papel en toda esta comedia de enamoramiento, intermediación, denuncias y dinero, que ya han sido señalados ladinamente por el presidente Sánchez, quien anunció medidas contra el gremio. Ojo, porque una democracia con la prensa amordazada se convierte en una dictadura ipso facto. Miren cómo Putin encarcela o directamente acaba con los periodistas que no se someten a sus intereses. Pero también la existencia de “medios” dedicados a la propaganda y no a realizar periodismo hunden la libertad de la opinión pública, que para algo sirven los autogolpes.