Empleo
Fátima Báñez, una negociadora para garantizar las pensiones
Fátima Báñez / Ministra de Empleo y Seguridad Social
En el pasado mes de octubre, la afiliación a la Seguridad Social registró un aumento de 101.335 personas, el mayor incremento de la ocupación en ese mes de toda la serie histórica que comienza en 2001. En el último año, desde octubre de 2015, hay 591.889 afiliados más. Es muy probable, por tanto, que se supere el objetivo del Gobierno de crear 600.000 empleos en este año. Como la afiliación media a la Seguridad Social ha registrado un aumento de 101.335 personas en octubre, hasta alcanzar los 17.813.356 afiliados, no es descabellada, ni mucho menos, la posibilidad de alcanzar los 20 millones de afiliados en la legislatura que arranca ahora. Hemos dejado atrás nuestro subdesarrollo y nuestra excepcionalidad en materia laboral.
Uno de los datos más extraordinarios es que por primera vez se está creando empleo por encima del crecimiento, algo que antes de la reforma era algo impensable por la rigidez del mercado laboral. También eran impensables hace apenas dos años los datos que ayer dio Eurostat: de las 905.000 personas que han encontrado trabajo en la zona euro en el último año, 484.000 (un 53,5%) lo hacen en España. Una de las grandes responsables de esta revolución nada silenciosa ha sido Fátima Báñez, ministra de Empleo y Seguridad Social desde 2011. Andaluza de Huelva, licenciada en la Universidad Pontifica Comillas (ICADE-ICAI), con una amplia trayectoria política en el nuevo PP refundado por Aznar, Fátima Báñez sabía cuál iba a ser su papel con Rajoy: hacer del empleo el eje de la política económica del nuevo gobierno. A su vez, la política económica era el eje de la estabilización que se imponía en una España al borde de la quiebra, el rescate y quién sabe si una nueva crisis de identidad, con los nacionalismos alborotados por un nuevo fracaso nacional.
El empleo era por tanto el corazón, el alma si se quiere –y nunca mejor dicho–, de toda la acción del gobierno. Recayó en una mujer discreta, trabajadora como pocos, patriota, leal sin el menor aspaviento y con una extraordinaria capacidad de negociación. Prueba de ello, y bien conocida, es la reforma laboral que salió adelante en febrero de 2012 y es la base de todo lo que ha venido después. Vino luego el acuerdo con C’s, aunque se habla menos de que el gran pacto sobre la Formación Profesional, otra de las piezas fundamentales de la reforma, obtuvo en el Congreso el respaldo del 90% de la Cámara. Aunque con una gran claridad política y de principios, Báñez desconoce lo que es la intransigencia y la sobreactuación. Adaptarse, aprovechar cualquier oportunidad, ofrecer siempre una opción ganadora para todos y a la que nadie pueda oponerse han sido sus grandes bazas. Un gran ejemplo de lo que la sociedad española necesita.
Los retos
- Temporalidad.
Rebajar la tasa de empleos temporales con mayores incentivos a la contratación indefinida.
- Indemnizaciones.
Aprobar un contrato con compensaciones crecientes ante el despido.
- Autónomos.
Ampliar de seis meses a un año la cuota reducida de 50 euros mensuales.
- Pensiones.
Reordenar las fuentes de financiación para hacer sostenible el sistema público.
- Paro.
Avanzar en la reducción del desempleo, haciendo énfasis en los jóvenes y los más mayores.
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