Atentado en Barcelona

Barcelona se vuelca en los homenajes a las víctimas

Largas colas para firmar en el libro de condolencias

Improvisado altar en las Ramblas
Improvisado altar en las Ramblaslarazon

Las colas que se han formado hoy en el Ayuntamiento para firmar en el libro de condolencias por las víctimas de los atentados terroristas son un fiel reflejo de la Barcelona actual, plural y multicultural.

Las colas que se han formado hoy en el Ayuntamiento para firmar en el libro de condolencias por las víctimas de los atentados terroristas son un fiel reflejo de la Barcelona actual, plural y multicultural, unida estos días por el dolor y decidida a no dejarse amedrentar.

"Vivo desde hace doce años en Barcelona. Soy musulmana, pero rechazo totalmente la violencia y me siento muy, muy triste por lo ocurrido. Condeno los atentados y vengo aquí a dar mi apoyo a las víctimas y a sus familiares", asegura una joven, ataviada con el velo musulmán, mientras espera su turno para firmar.

Va acompañada de otra joven musulmana, originaria de Bolivia, que asiente a todo lo que dice su amiga y añade: "Yo estoy aquí también para decir 'lo siento' a las víctimas y a sus familiares y para insistir en que (los autores de los atentados) no representan a los musulmanes".

"También hay árabes entre los heridos. Ellos (los terroristas) hacen daño también a los musulmanes. Me hacen daño a mí. Quieren que pienses como ellos. Eso no es religión, es odio", afirma.

Junto a estas dos jóvenes musulmanas, hacen cola para firmar personas de todas las edades y procedentes de muchos puntos de la ciudad, algunas han venido en familia y otras, solas.

A la pregunta de qué mensaje quieren transmitir, muchos contestan con el nuevo lema que ha hecho suyo Barcelona tras el atentado: "no tenemos miedo".

"Hay que salir a la calle y demostrar que no pasa nada. ¿Miedo? No tengo ninguno. Sólo noto mucha tristeza, pero miedo no. No lo han conseguido. Sólo han conseguido dolor", señala un ciudadano de la capital catalana.

Entre otros, también firman en el libro de condolencias una familia de Mallorca que acaba de llegar a Barcelona para pasar unos días de vacaciones y que han querido acercarse a la sede del Ayuntamiento para plasmar por escrito su solidaridad con las víctimas.

Esta familia ha explicado que rechazaron cancelar su viaje por los atentados, pese a que familiares y amigos se lo recomendaron, porque querían demostrar que la manera de combatir el terrorismo es manteniendo la actividad normal.

Un joven, visiblemente emocionado, dice que ha querido firmar porque "Barcelona es mi ciudad", aunque no ha nacido aquí, y porque "todos perdemos"con el terrorismo.

Entre las autoridades, se han dejado ver hoy, el primer día de apertura del libro de condolencias, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría; el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont; la alcaldesa, Ada Colau; y el ex presidente de la Generalitat y ex alcalde de la ciudad, Pasqual Maragall; mientras que los Reyes también tienen previsto pasar por aquí.

En los momentos de más intensidad de personas, las colas han atravesado los vestíbulos del edificio consistorial y han llegado a la calle, a través de una salida lateral.

Los barceloneses -estos días lo son todos con independencia de su nacionalidad y su religión- han guardado su turno en silencio y haciendo gala de esa serenidad que han demostrado en los últimos días.

"Barcelona, ciudad de paz", reza un cartel situado justo detrás de la mesa donde reposa el libro de condolencias.

Tambi´én las calles de Barcelona se han llenado de improvisados altares en los que velas, mensajes, peluches y flores recuerdan a las víctimas del atentado.

"La Rambla está impregnada de amor", ha declarado a EFE-TV Alicia García, vecina de Barcelona, que ha decidido acudir a la zona como muestra de apoyo a los afectados y de rechazo a la barbarie terrorista.

"Tenemos la obligación de venir a dar nuestro apoyo a la gente", ha afirmado Maria Rosa, que ha asegurado no tener miedo tras los atentados y que "salir a la calle y hacer vida como siempre hemos hecho"es la mejor muestra de ello.

Mari Carmen, una sevillana que está de vacaciones en Barcelona, donde trabaja su hijo, no escondía su temor tras los atentados: "Todo es muy fuerte, se me cae el alma, yo podría haber sido uno de ellos", ha señalado.

Alrededor de 300 taxistas han salido con su vehículo de la Plaza de Cataluña y han rodeado la zona del atentado en señal de apoyo a los heridos y a los familiares de las víctimas. Haciendo sonar sus cláxones, han ido recibiendo el cariño y los aplausos de las miles de personas que se concentraban en el lugar de la tragedia. En los coches llevaban lazos negros y mensajes con la ya famosa frase “¡No tengo miedo!”. El día del atropello trasladaron gratuitamente a heridos. Visiblemente emocionados han agradecido el recibimiento de los ciudadanos.

Efe