Política

Castilla y León

Casado impone su 155 duro frente al debate de los barones

De puertas adentro en Génova está abierta la discusión sobre cómo trasladar al programa este compromiso.

Casado, con el secretario general del PP, Teodoro García Egea, ayer en la Junta Directiva Nacional del Partido Popular
Casado, con el secretario general del PP, Teodoro García Egea, ayer en la Junta Directiva Nacional del Partido Popularlarazon

De puertas adentro en Génova está abierta la discusión sobre cómo trasladar al programa este compromiso.

La Junta Directiva Nacional del PP fue ayer una balsa de aceite en la reunión fjada para recomponer la estrategia del partido después de la convocatoria exprés de elecciones generales por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El temor y las dudas que cargos territoriales manifiestan en privado o cuando no tienen micrófonos delante pasó a un segundo plano para imponer la imagen de cierre de filas y de unidad, en un ejercicio de supervivencia política ante un horizonte en el que el futuro de los candidatos autonómicos y municipales está ligado al del éxito o fracaso de su «número uno» en la cita de las generales.

La reunión de este máximo órgano entre congresos es a puerta cerrada, a sabiendas de que se filtrará todo lo que se diga en ella. No es un órgano en el que haya debate ni discusión por norma. Ayer fueron ocho los dirigentes territoriales que aprovecharon el turno de palabra para intervenir, y todos en la misma dirección de enfatizar la relevancia de la unidad y de «tirar juntos» ante un proceso electoral en el que todos se la juegan.

Inevitablemente, un buen resultado de Casado en las generales impulsará al PP ante las autonómicas y municipales, y a la inversa. Por eso el calendario es «endemoniadamente complejo», como lo definen dentro del Comité de Dirección del PP. Entre los que ayer tomaron la palabra está el candidato a la Presidencia de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; la candidata por Asturias, Teresa Mallada; el candidato por Zaragoza, Jorge Azcón; o el presidente de Murcia y candidato, Fernando López Miras. A Génova ha llegado la preocupación que existe dentro de la organización popular por la lucha con Vox y con Ciudadanos. Pero con la fecha del 28-A ya señalada en el calendario, la presión electoral y el riesgo del efecto arrastre impulsan la unidad de acción, y ésta fue la línea que marcó la Junta Directiva Nacional. Casado ofrece a cambio a su partido un equilibrio entre «patriotismo», donde exihibe su discurso más duro, y una promesa de moderación y de diálogo. Que reiteró en su almuerzo con los presidentes autonómicos.

Algunos de ellos, como el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, o el presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, que no repetirá como candidato, no pierden oportunidad de insistir en el posicionamiento del partido en el centro-derecha, y el discurso oficial de Génova combina ya en campaña los guiños a ese «centro» con la exhibición de un discurso político en ningún caso «sumiso», como precisó Casado ante la Junta Directiva. Ayer enarboló de nuevo, por ejemplo, su discurso más duro en la defensa de la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña. Como ya anunció en la Convención Nacional de enero, ésta es una de sus principales promesas electorales, y en esta campaña el PP concederá un especial protagonismo a sus candidatos al Senado porque ellos serán los de «la recuperación de la dignidad, la libertad y la Constitución en Cataluña».

Casado llamó a concentrar el voto al Senado en su partido porque de la mayoría absoluta del PP depende que pueda cumplir su compromiso de aplicar un artículo 155 «indefinido», decisión que así, a priori, no cuenta con el apoyo del PSOE. En cada provincia se eligen a cuatro senadores. En la papeleta con todos los candidatos sólo se señalan tres nombres, que pueden pertenecer a distintas formaciones políticas, aunque lo habitual es que los votantes señalen a los tres candidatos de un mismo partido. Esto es lo que facilita que el partido con más votos alcance la mayoría absoluta en la Cámara Alta. Ayer Casado insistió en que si el PP gobierna tras las generales, aplicará ese precepto constitucional en Cataluña «con la duración y la extensión competencial que otros partidos no quisieron».

Además del programa electoral, el PP tiene que activar ya la elaboración de las listas al Congreso y al Senado. Génova llevará a ellas la renovación generacional que representa Casado, con guiños a la «experiencia de gobierno» del partido.