Caso Nóos
Castro y Horrach, sin palabras
El juez y el fiscal del «caso Nóos», cada vez más distanciados por la imputación de la Infanta Cristina. Ambos ni siquiera han hablado desde que el magistrado dictó su auto el miércoles
Fiel a su costumbre, el fiscal Pedro Horrach acudió el pasado jueves a primera hora al encuentro del juez José Castro con 62 folios en la mano. Sus despachos están separados por apenas 300 metros. Pero más allá de esos 300 metros, la distancia entre ambos se mide, desde hace meses, en reproches, acusaciones nada veladas y discrepancias airadas.
Fiel a su costumbre, el fiscal Pedro Horrach acudió el pasado jueves a primera hora al encuentro del juez José Castro con 62 folios en la mano. Sus despachos están separados por apenas 300 metros, la distancia entre la plaça BisbeBerenguer de Palou, popularmente conocida como plaza de los patines, donde tiene su sede la Fiscalía de Baleares, y los juzgados de Vía Alemania. Pero más allá de esos 300 metros, la distancia entre ambos se mide, desde hace meses, en reproches, acusaciones nada veladas y discrepancias airadas. Horrach, con sus 62 folios de argumentos en contra de la imputación de la Infanta Cristina salpicados de andanadas jurídicas, pretendía entregar en mano al magistrado, como suele, el recurso de apelación contra su intención de llevar a juicio a la hermana del Rey por delito fiscal y blanqueo. Pero Castro –como si se temiera que le fueran a entregar la mismísima marca negra de «La isla del tesoro»– no había llegado aún al despacho. Cualquier desencuentro precisa de la rúbrica de una escenificación. El de Castro y Horrach, precedido de un progresivo distanciamiento, se remató esa mañana.
Codo con codo
Hasta entonces, ambos se habían esforzado en circunscribir sus diferencias al cuadrilátero jurídico, manteniendo a flote una relación personal hasta no hace tanto muy estrecha, fruto sobre todo de sus muchos años de brega, codo con codo, en el mastodóntico «caso Palma Arena», que levantó la alfombra de la corrupción en Baleares y del que el «caso Nóos» es sólo una de sus 27 bifurcaciones.
El 5 de abril del pasado año, dos días después de que Castro acordara imputar a Doña Cristina por primera vez, Horrach hizo el mismo recorrido a pie en dirección al despacho del magistrado, para entregarle su recurso, en el que le acusaba de «discriminar» a la hermana del Rey, por imputarla sólo con sospechas, y de «deformar» la verdad para «ajustarla a expectativas o sospechas personales», metiendo el dedo en la llaga de una posible prevaricación. Pero pese al enfrentamiento abierto, ese día ambos departieron cordialmente e incluso se mostraron sorprendidos de que se alimentase mediáticamente su distanciamiento.
Catorce meses después, el decorado es el mismo pero la brecha entre ambos se ha acentuado aún más tras el auto en el que Castro, concluida la investigación, insiste en imputar a la Infanta. Lejos han quedado las cervezas y gin tonics que compartían en la plaza de los patines en sus ratos de ocio. No se les ha vuelto a ver juntos en esas terrazas. El malestar del juez con el último recurso del fiscal es evidente.«No le ha gustado, le parece que Horrach se ha sobrepasado en el tono, en expresiones concretas», aseguran fuentes próximas al magistrado, que confirman que ambos «no han llegado a hablar». Y eso que Castro estuvo todo el viernes de guardia tras dedicar el día anterior a la celebración de juicios rápidos, la mayoría por casos de alcoholemia. El miércoles, cuando hizo público su auto de transformación en procedimiento abreviado, se le vio poco por los juzgados, apenas media hora. Llegó muy pronto y se fue enseguida. Prefirió quedarse en su casa de El Molinar «poniendo sentencias» para «evitar a las cámaras», explican esas mismas fuentes.
«Estaba tranquilo y aliviado», cuentan los pocos que tuvieron la oportunidad de verlo. «Se le notaba que tenía ganas de quitarse el peso de encima», añaden. La tranquilidad, en todo caso, le duró muy poco. Sólo unas horas después, Horrach acudía a su despacho recurso en mano. Pero no había nadie.
✕
Accede a tu cuenta para comentar