Gira asiática
China arropa a España tras el choque con EE UU
Sánchez se reúne con Xi Jinping, que busca promover la idea de que Pekín es un aliado más sólido y confiable para Europa que Washington
El régimen de Xi Jinping se ha lanzado a la defensa de España, disparando críticas hacia Estados Unidos por sus políticas de chantaje, que tienen como objetivo mantener un dominio económico que oprime a otras naciones en el mapa global. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Lin Jian, se pronunció el jueves con rotundidad tras las advertencias del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, quien alertó a Madrid de que fortalecer lazos con Pekín en el tema de los aranceles sería como “cortarse el cuello”.
"Eso es un intento de estrangular el desarrollo de otros países y obligarlos, ante su intimidación, a hacer concesiones", advirtió el funcionario chino. En este sentido, subrayó que las exportaciones españolas han experimentado un notable aumento del 4,3% en el último año, evidenciando la creciente interdependencia entre ambos países. Asimismo, destacó que las empresas chinas están colaborando con España en una variedad de proyectos estratégicos.
La reacción de Pekín destaca un espíritu de respaldo hacia Madrid, que, en lugar de alinearse con las amenazas de Washington, ha elegido elevar la voz de España, simbolizando un desafío a las prácticas coercitivas estadounidenses que buscan someter a naciones soberanas mediante la intimidación económica. El amparo de China transmite un mensaje claro: la búsqueda de un comercio más equilibrado y colaborativo no debe ser penalizada, sino celebrada. "La postura de China es clara y coherente. Si EEUU desea dialogar, nuestra puerta siempre permanece abierta, pero el diálogo debe basarse en el respeto mutuo y la igualdad. Si desea luchar, nuestra respuesta será firme. La presión, las amenazas y la coerción no son la forma correcta de tratar con China", aseveró el portavoz del Ministerio de Comercio chino, He Yongqian,
Este viaje a China representa la tercera visita en un lapso de dos años para el presidente español. Desde la perspectiva del Gobierno, el hecho de que haya mantenido tres diálogos directos con Xi Jinping es un indicio firme de que Pekín valora a España como un socio estratégico en la arquitectura geopolítica actual. Sin embargo, el objetivo de esta cumbre trasciende la mera retórica diplomática. La estrategia se inscribe en un esfuerzo por orientar a Europa hacia una relación con China que manifieste una mayor autonomía respecto a las expectativas de Estados Unidos.
Así, Pedro Sánchez será el primer líder europeo en pisar territorio chino desde que Trump lanzó su emboscada arancelaria a gran parte de la economía global. Durante su estancia, se espera que firme acuerdos clave en sectores como farmacéuticos, agricultura y productos médicos, lo que le permitirá presentar a España como el socio europeo preferido de China en medio de un clima de creciente incertidumbre económica. Mientras tanto, Xi estará listo para promover la idea de que Pekín es un aliado más sólido y confiable para Europa que Washington. Esta reunión representa una oportunidad crítica para ambos estrategas, permitiéndoles fortalecer sus lazos en un momento en que sus relaciones con la Casa Blanca están experimentando serias fricciones.
La mención explícita de Sánchez en el contexto de las relaciones con Estados Unidos señala un deterioro alarmante en la dinámica bilateral. Hasta la fecha, Trump ha optado por pasar por alto al jefe del Gobierno español, mientras que ha establecido lazos con otros líderes europeos. El primer y tardío contacto formal entre los ministros de Asuntos Exteriores, Marco Rubio y José Manuel Albares, no se materializó hasta hace apenas una semana, a pesar de que Rubio había iniciado diálogos con representantes de un amplio espectro de naciones, muchas de ellas con escaso peso político y económico en comparación con España.
En sus declaraciones, Bessent fue tajante al afirmar que los dirigentes españoles están incurriendo en una grave imprudencia, describiendo su postura como una «apuesta perdedora» que podría llevarlos a una posición de vulnerabilidad inaceptable. Estados Unidos representa un mercado estratégico y primordial para las exportaciones españolas de aceite de oliva y vino, sobre todo si se considera la amenaza de represalias comerciales desde la administración estadounidense. Sin embargo, buscar refugio en la esfera de influencia china plantea riesgos significativos para un país que forma parte de la Unión Europea, tanto en la erosión de sus fundamentos democráticos como en cuestiones de seguridad nacional. La República Popular, por su parte, se presenta como defensora del libre comercio y el multilateralismo, aunque con «características chinas».
Antes de su llegada a Hanoi, el presidente español se dirigió a la prensa con un mensaje claro: la Unión Europea debe reformular su enfoque hacia China y, a su vez, Pekín debe reconsiderar su postura hacia Europa. En este contexto, afirmó que España tiene la capacidad de actuar como un puente para construir alianzas más equilibradas entre ambos bloques.
El jefe de Gobierno destacó que "una guerra comercial no beneficia a nadie. Nadie gana con eso". Subrayó el impacto perjudicial que estos conflictos tienen sobre todos los países, en especial sobre los trabajadores y la clase media, quienes son los más vulnerables ante las fluctuaciones económicas. El año pasado, el dirigente español se mostró crítico ante los aranceles de la UE a los vehículos eléctricos chinos, y desde entonces ha logrado atraer miles de millones de euros en inversiones en infraestructura crítica, como la producción de baterías y energía renovable.
En un intento por contrarrestar la creciente presión estadounidense, China ha decidido además apretar el acelerador en sus negociaciones con la Unión Europea, justo antes del esperado encuentro entre el líder español y Xi Jinping. La superpotencia busca a toda costa tensar lazos comerciales en un momento en que las dinámicas del comercio global están siendo sacudidas por las políticas proteccionistas estadounidenses.
El ministro de Comercio chino, Wang Wentao, mantuvo el martes una videollamada con Maros Sefcovic, Comisario Europeo de Comercio y Seguridad Económica. En esta conversación, se abordaron cuestiones comerciales candentes, entre ellas la industria de vehículos eléctricos y los aranceles recíprocos impuestos por la administración de Trump.
Ambos funcionarios decidieron no perder tiempo y acordaron iniciar de inmediato consultas sobre acceso al mercado, así como abrir negociaciones sobre los compromisos de precios vinculados a los coches eléctricos. También discutieron el aspecto crítico de la inversión en la industria automotriz, comprometiéndose a revitalizar un mecanismo de diálogo destinado a remedios comerciales.