Bruselas
«A día de hoy, me inclinaría por no pedir la ayuda del Banco Central Europeo»
El ex presidente del Gobierno admite que «algunas cosas las habría hecho de otra manera y algunas opiniones las habría expresado de otra forma»
–¿Es bueno para Europa que Merkel mande tanto?
–Lo más conveniente para Europa es que las instituciones comunitarias tengan más capacidad de decisión y con más legitimidad democrática. En particular, que haya un presidente del Consejo y de la Comisión elegidos por los ciudadanos europeos.
–¿Cómo ve la ruptura de los equilibrios dentro de la UE? ¿Consecuencias?
–La arquitectura de la moneda común se articuló sobre los equilibrios de las cuentas públicas, a través del pacto de estabilidad, pero no contempló los equilibrios macroeconómicos, singularmente los superávits y déficits exteriores de los países. En el momento del nacimiento del euro, quizá se consideró que con una moneda común dichos equilibrios no podían generar graves consecuencias, pero las circunstancias han demostrado que esa creencia era equivocada. Por ello, ahora tienen que tomarse en consideración para terminar de fraguar la Unión Económica.
-Hollande llegó con la promesa de dar la vuelta a la situación, y ha terminado sometiéndose a la regla de los ajustes presupuestarios, de la austeridad y de Merkel. ¿No hay alternativa?
–La austeridad es imprescindible pero no suficiente, necesitamos crecimiento y eso sólo se conseguirá con una política monetaria y fiscal más activa. La primera corresponde al BCE y la segunda a los países de Centroeuropa.
–¿Qué le parece el mecanismo de intervención en el mercado de la deuda que ha puesto encima de la mesa el Banco Central Europeo?
–El mecanismo es muy exigente para los países que puedan pedirlo. No se corresponde con una política monetaria activa, pero es mejor esto que nada.
–¿Cree que el Gobierno de Rajoy debería solicitar esa ayuda? ¿Es sostenible una prima de riesgo sobre los 400 puntos básicos?
–El Gobierno es quien dispone de la información para tomar la decisión. Con esa cautela, y al día de hoy, me inclinaría por no pedirlo.
–¿España ya fue intervenida en 2011 con aquella intervención del BCE en el mercado de la deuda?
–No.
–¿Le obligó Bruselas a hacer los ajustes de mayo de 2010?
–No era tanto una obligación como una necesidad para que la zona euro adoptase un programa de ayudas a los países que lo necesitaban.
–¿Echa de menos estar en la primera línea política?
–No.
–¿Cómo recuerda la última etapa de su Gobierno?
–Con angustia, por el incremento del desempleo, que era mi principal obsesión, y por la batalla ante inversores, mercados y la Unión Europea para defender los activos de la economía española.
–¿Sintió que le dejaron solo en su partido?
–No, en ningún momento, siempre sentí un apoyo claro del PSOE.
–¿Se arrepiente de algunas de sus decisiones?
–He pensado mucho en ello, no es fácil hacer un análisis retrospectivo en una crisis que está siendo tan compleja e imprevisible en su desarrollo como ésta, pero, sin duda, algunos cosas las habría intentando hacer de otra manera y algunas opiniones, hoy a la vista de los hechos, las habría expresado de otra forma.
–¿Por qué se tardó tanto en reaccionar a la situación del sistema financiero?
–Esto exigiría una larga respuesta. Pero sólo diré que la situación de nuestro sistema financiero era una en 2008 y otra distinta a finales de 2011, como consecuencia de la persistencia y agravamiento de los efectos de la propia crisis.
–Dice el Gobierno de Rajoy que ustedes socavaron los servicios sociales.
–No quiero entrar en polémica con el Gobierno. Le puedo decir que mi preocupación fundamental fue siempre la de intentar preservar la máxima cohesión social en el país. Y que, por ello, en plena crisis, amplié las prestaciones por desempleo y mantuve las políticas sociales de Educación, Sanidad, Dependencia y el poder adquisitivo de las pensiones mínimas.
–Usted, que ha gobernado bajo la espada de Damocles de Bruselas, ¿entiende los ajustes que está haciendo el Gobierno de Rajoy? ¿Hay alternativa?
–Las alternativas siempre son difíciles en esta situación. Lo importante es que mantengamos, como país, el compromiso con el Estado social y que los ajustes o retrocesos de hoy sean reversibles cuanto antes.
–¿Se ha sentido en algún momento traicionado?
–No, sinceramente no.
–¿Cree que en 2013 empezará a mejorar la economía?
–Va a depender mucho de los factores externos, especialmente de la Unión Europea, pero es probable que a final del año tengamos una perspectiva algo más favorable.
–¿Por qué cree que el PSOE no mejora en las encuestas?
–La crisis está siendo muy intensa y larga. Hasta que no superemos lo peor de esta situación, las expectativas de los grandes partidos se verán afectadas por ello.
–¿Le parece bien que las primarias se celebren en 2014?
–Me parece bien que se celebren cuando lo decidan los órganos del partido.
–¿Hace falta una reinvención de la socialdemocracia?
Lo que hace falta es mantener el proyecto socialdemócrata y una unión política europea mucho más fuerte y con una renovada legitimidad democrática.
–¿Cuáles deben ser los ejes del proyecto socialista para reconquistar a su electorado?
–Esa tarea le corresponde formularla a quienes hoy lideran el Partido Socialista.
–Viendo la situación de Cataluña, ¿se arrepiente de haber impulsado el Estatut?
–No, fue un intento para lograr un acuerdo al que, antes o después, habrá que volver a llegar.
–¿Haría falta un acuerdo de Estado PSOE-PP para reconducir este desbordamiento del Estado autonómico?
–Siempre será positivo el entendimiento entre los dos grandes partidos para acordar reformas de nuestro Estado autonómico. Y conveniente también que se trate de contar con otras formaciones.
–¿Hay margen para celebrar una consulta?
–Hasta los que están proponiendo un referéndum soberanista, para una secesión, saben que no, que el marco constitucional es nítido al respecto. La vía emprendida por el presidente de la Generalitat, en los términos planteados, es un camino a ninguna parte, de una gran incertidumbre, perjudicial para Cataluña y para el conjunto de España. No tengo ninguna duda sobre ello. La democracia es voluntad popular con reglas. Quien pretenda ignorarlas, se queda al margen del derecho, sin legitimidad para gobernar a su amparo. Y, en cuanto a la cuestión de fondo, me parece una contradicción histórica esencial proclamar una voluntad de integración, con Europa, al mismo tiempo que una voluntad de separación, con España, precisamente con la España democrática y europea.
–¿ETA ha dejado de matar gracias a su política?
–ETA ha dejado de matar gracias al esfuerzo de todos los demócratas.
–¿Pactó con el Gobierno de Rajoy la continuidad de su política antiterrorista?
–Siempre procuré tener el máximo diálogo posible con Rajoy sobre la política antiterrorista.
–¿Cree que el PSOE debería buscar el acuerdo con el PP?
–Con carácter general, los acuerdos políticos le sientan bien a la democracia española y en esta situación, de muy grave y persistente crisis económica, sería aun más conveniente.
–¿Quiénes fueron sus colaboradores más leales?
–Siempre percibí lealtad y mucha dedicación en mis colaboradores.
–¿Qué aprendió en Moncloa?
–Obviamente, muchas cosas, pero ante todo a intentar escuchar y a tener un sentimiento profundo de compromiso y afecto con España, con nuestro país que es un gran país.
–¿Mantiene sus amigos de siempre?
–Sí.
–¿Qué ha recuperado tras dejar Moncloa?
–Sobre todo, tiempo para mi mujer y mis hijas
–¿Por qué ha querido pasar a un segundo plano tan sonoro?
–Es mi forma de entender el papel de un ex presidente de Gobierno y de un ex secretario general del partido al que pertenezco. El protagonismo corresponde ahora a quienes tienen las responsabilidades políticas y por mi parte trato, en aquello que pueda, de ayudar a mi país allí donde esté y defender el futuro de España
–Si pudiese volver atrás, ¿qué no haría? ¿y qué repetiría?
–Siempre me planteo si podía haber hecho más por aquellos que más lo necesitan.
–¿Se fía de Rajoy?
–Es bueno que nos fiemos de los presidentes del Gobierno, tienen la legitimidad democrática. Es bueno que su posición no se debilite ante la difícil tarea que se desarrolla en el marco internacional en esta situación.
–¿Qué consejo le daría a Rubalcaba?
–A Alfredo, con el que me une una larga trayectoria, no le doy consejos, sólo opiniones cuando él me las pide.
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