Parlamento Regional
Cs ataca a la asesora Ayuso y olvida al pupilo Garrido
Obvian que en la época en que se cometieron los supuestos delitos quien tenía un papel más destacado está hoy en sus filas.
Obvian que en la época en que se cometieron los supuestos delitos quien tenía un papel más destacado está hoy en sus filas.
La oposición ha encontrado en las novedades judiciales del «caso Púnica», la imputacíón de las ex presidentas de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes, un nuevo filón para hacer campaña contra el nuevo PP y contra la nueva presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso. También Ciudadanos (Cs), con quien el PP comparte gobierno, y que ayer anunció que apoya la comisión de investigación impulsada por la izquierda sobre Avalmadrid. Una decisión impuesta por la dirección nacional de la formación naranja y de la que Albert Rivera espera cobrarse beneficio en un momento en el que los partidos calientan de nuevo los motores electorales. «Aguado (Cs) está en lo que está. Cree que heredará el cargo de Ayuso y esto hay que tenerlo en cuenta para entender todos los pasos que está dando Ciudadanos desde que empezó la negociación del acuerdo de gobierno. Y Rivera no tiene otra cosa que seguir utilizando la corrupción del pasado para tapar sus contradicciones y sus incomparecencias», contestan en Génova.
Por debajo del ruido de los discursos de partido, las cosas de la actual política, en la que lo viejo y lo nuevo cada vez se parecen más. Ciudadanos amaga con apuntar contra Ayuso, mientras en sus filas guarda silencio Ángel Garrido, quien acredita en su currículum que estuvo mucho más cerca del núcleo de poder del PP madrileño en los años investigados por la Justicia de lo que estuvo la hoy presidenta de la Comunidad. Desde 2006 hasta 2011 Ayuso trabajó como asesora de Comunicación del PP regional. A finales de 2011 entró como diputada en la Asamblea, en el puesto 74 de la lista, precisamente no un puesto de salida. Y no iba de salida porque entonces no estaba en el núcleo de confianza de quienes lo decidían todo. La carrera política de Garrido en el PP también evolucionaba esos años dentro del equipo de Aguirre, hasta que posteriormente se consolidó como «número dos» de Cifuentes. Garrido es hoy «mano derecha» del líder autonómico de Ciudadanos, de Ignacio Aguado, vicepresidente de la Comunidad. Fue su asesor en la negociación de su pacto con el PP, y ha sido «premiado» con el área de Transportes en el nuevo Ejecutivo regional.
Su pasado lo escribió en puestos importantes del PP de Madrid y en el Ayuntamiento. Antes de cambiarse de siglas, Garrido acusaba a Ciudadanos de «querer aprovecharse de la corrupción» que cometieron otros para desgastar a Cifuentes. «Son el tonto útil de la izquierda», decía de la formación naranja. A los de Albert Rivera se les ha olvidado o hacen como que de aquello no se enteraron.
Garrido también lideró la defensa de Cifuentes, saliéndose incluso de la línea mucho más prudente que acabó imponiendo la dirección nacional del PP. La hemeroteca está ahí, aunque a Ciudadanos sólo le interese ignorar que su «fichaje» estrella viene del partido del que dicen que quieren aclarar la más mínima sospecha de irregularidad.
El PP recibió ayer con malestar la decisión de Ciudadanos de tensar la coalición y sumarse al «juego» de la izquierda. Es decir, de apoyar la propuesta del PSOE, Más Mádrid y Unidas Podemos Madrid de crear una comisión de investigación sobre Avalmadrid. De la misma manera que en el PP es mayoritaria la apuesta por desentenderse de Aguirre y Cifuentes, en el partido también defienden mayoritariamente el cierre de filas con Díaz Ayuso. Opinión no sólo de Casado y su entorno, donde Díaz Ayuso cuenta con sus apoyos más firmes. En el ámbito territorial no hay voces que en estos momentos defiendan marcar distancias con la presidenta madrileña.
Tampoco hay dudas sobre su «ignorancia» --dicen-- en los temas de la Púnica, y descartan que pueda verse afectada por la investigación judicial. Ayuso es una apuesta personal de Casado, que optó por arriesgar en las candidaturas con una imagen de renovación que se ajustaba a su perfil. Pero en estos momentos tiene el apoyo del partido y del resto de barones.
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