Guardia Civil

«Cuando no es un insulto, es un tiro a la bandera»

Un agente palpa la mochila de un motorista en la Verja con Gibraltar, mientras el SUP y la AUGC denuncian los acosos
Un agente palpa la mochila de un motorista en la Verja con Gibraltar, mientras el SUP y la AUGC denuncian los acososlarazon

MADRID– El lanzamiento de los bloques de hormigón en la Bahía de Algeciras por parte de Gibraltar no sólo ha agravado este verano la tensión entre España y el Peñón. Los daños colaterales hasta el momento han recaído sobre el sector pesquero principalmente, e incluso el comercial, pero parece que el conflicto está influyendo en la salud mental de las personas. Según se afirma desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles, «hay compañeros que están pensando en darse de baja por depresión». Desde el sindicato denuncian una situación que no sólo les impide realizar su trabajo, sino que además les está afectando personalmente. «Es lamentable. La gente está ya muy harta», asegura Alberto Moya, destinado en el servicio marítimo desde principios de los años 90. El ejemplo más cercano es el del pasado miércoles, cuando agentes de la Guardia Civil fueron agredidos con huevos y objetos, lo que supuso el «súmmunm» para una mujer del Instituto Armado y que al día siguiente se dio de baja psicológica.

Según asegura Moya, no será la única. Y ya tiene un precedente. Sólo que por razones físicas. Un agente fue arrollado recientemente mientras trabajaba en la frontera de Gibraltar por un vehículo, con matrícula del Peñón, produciéndole varias lesiones que le impidieron continuar en el servicio. Moya, que habla en nombre de los miembros de la Benemérita allí destinados, explica que el sentir general es de impotencia y de escaso respaldo. «Le pedimos al Gobierno que actúe, porque ya no es sólo un problema con los civiles, también con las autoridades». El pasado viernes la Guardia Civil tomó la iniciativa de formalizar sus quejas en la Verja y repartir octavillas para concienciar a los ciudadanos de los motivos por los que se han intensificado en el último mes los controles. Según los panfletos, «por el incremento del contrabando en más del 200% este año».

A lo largo del verano, además de agresiones como la del atropello o la del arrojo de los objetos y huevos en La Verja, la Benemérita denuncia haber sufrido otros hostigamientos por parte de la Royal Gibraltar Police y de la propia Royal Navy. Hace dos semanas, la UFP (Unión Federal de Policía) aseguró que los miembros policiales que realizan el control de pasaportes en la Verja estaban siendo vigilados por la Policía gibraltareña a través de las cámaras de Seguridad, giradas para enfocar directamente a la zona donde trabajan los españoles en lugar de hacerlo hacia el Peñón, como es habitual. Tanto el Ministerio de Interior, Jorge Fernández, como el de Exteriores, José Manuel García–Margallo lo denunciaron. A esta forma sutil de intentar amedrentar a los miembros de la Guardia Civil y de la Policía se le añaden otras menos ortodoxas, como el hostigamiento que sufren los miembros destinados al servicio marítimo por parte, tanto de las patrulleras gibraltareñas como de las Royal Navy. Las amenazas por radio para que abandonen la zona terminan en embarcaciones de la Armada británica que se «pegan» a las españolas para impedirles operar en la zona y les gritan para que se retiren con la ametralladora en la mano. A la incomodidad de la situación para poder desempeñar su profesión se le añade la imposibilidad de hacerlo, como cuando se producen casos en los que los agentes no pueden perseguir a delincuentes como los narcotraficantes porque se lo impide la Policía de Gibraltar. La tensa relación ha llegado al punto de que la Guardia Civil es de lo más escéptica a la hora de valorar la investigación que la Royal Gibraltar Police está haciendo de los ataques del pasado miércoles. Moya asegura que, hasta la fecha, la unidad del Peñón no ha atendido a sus llamadas para colaborar en el plan de actuación policial. «Pedimos al Gobierno que nos dé órdenes más explícitas», asegura Moya. «Cuando no están pegando un tiro a la bandera española, te están insultando. Esto no puede terminar así, o cada vez más agentes se darán de baja».