Ministerio de Defensa
Defensa aumentará los efectivos en Irak, Afganistán y Mali en 2018
Las Fuerzas Armadas buscan ganar peso internacional y a que Rota albergue el Cuartel «Atalanta»
Las Fuerzas Armadas buscan ganar peso internacional y a que Rota albergue el Cuartel «Atalanta».
Las Fuerzas Armadas cerraron 2017 como uno de los años con mayor presencia internacional, tanto en número de misiones como en militares desplegados en ellas. El año terminó con 2.501 efectivos repartidos entre 19 operaciones, aunque el récord llegó en verano, con 3.336 uniformados en 21 teatros diferentes. Unas cifras que se repetirán en 2018, un año en el que el Ministerio de Defensa no sólo aumentará varios contingentes, sino que aspira a liderar varias operaciones y a albergar estructuras de mando internacionales. Todo, rodeado de ese impulso a la Europa de la Defensa y del nuevo «ciclo inversor» con nuevos programas de armamento que anunció la ministra, María Dolores de Cospedal. Un punto de partida necesario para alcanzar el 2% del PIB en gasto de Defensa al que se comprometió España con los aliados.
El reto del Gobierno es demostrar en el ámbito internacional que España es un socio fiable y comprometido con la seguridad, al mismo tiempo que quiere hacer valer esa experiencia de los militares españoles para asumir tareas de mando. Y como primera carta de presentación están las misiones en el exterior.
A finales de diciembre, el Ejecutivo prorrogó las operaciones en las que participan las Fuerzas Armadas, a las que este año volverá a sumarse la de la Policía Aérea del Báltico de la OTAN, en la que los cazas españoles ya estuvieron desplegados entre mayo y septiembre. Ésta será, por ahora, la «nueva» misión de 2018, en la que, otra vez, cuatro cazas y unos 130 efectivos del Ejército del Aire se desplegarán en algún país báltico para proteger su espacio aéreo de las incursiones y provocaciones rusas.
Pero habrá también aumento en operaciones claves en la lucha contra el yihadismo, sobre todo en la misión de entrenamiento de la UE en Mali (EUTM-Mali), en la que España tomará el mando a finales de este mes. De los 137 efectivos que en la actualidad adiestran al Ejército del país para que luche en el norte contra los yihadistas se pasará a 292.
Mientras, en Irak, el contingente de militares y guardias civiles que entrenan a las Fuerzas Armadas y a la Policía iraquí aumentará en 30 efectivos. Se pasará así de 450 a 480, aunque en la actualidad también hay un equipo de unos 80 ingenieros realizando temporalmente tareas logísticas y de mejoras de la base «Gran Capitán» de Besmayah. La supuesta derrota del Estado Islámico no implica una reducción, sino que, como asegura Defensa, «abre una nueva etapa» centrada en la estabilización y la mejora tanto del país como de sus Fuerzas Armadas. Un compromiso con el que España quiere «potenciar su liderazgo» en esta Coalición Internacional contra el EI.
En Afganistán también han luchado –y luchan– los militares contra el terrorismo. Muy lejos quedan ya los hasta 1.500 efectivos que estuvieron desplegados en el país asiático. En la actualidad, el contingente español lo forma una veintena de efectivos, que a lo largo de este año pasarán a ser 95. Su misión será la de adiestrar a los órganos logísticos afganos, al Mando Nacional Afgano de Operaciones Especiales, y a un batallón de Operaciones Especiales en Kabul. En total, un incremento de algo más de 260 efectivos en tres misiones clave.
Pero el aumento podría ser mayor si finalmente España se hace con el mando de otras dos misiones: Líbano y «Atalanta». La primera de ellas, con 618 efectivos, es la más numerosa de todas en las que participan las Fuerzas Armadas. Aunque aún no hay una decisión tomada, Defensa considera que el contingente aumentaría hasta los 750 efectivos para proporcionar los apoyos al mando y podría llegar a 840 si la ONU solicita también un buque ligero de la Armada.
En cuanto a la misión de la UE contra la piratería en el Índico, el propósito de España es sacar partido del Brexit y traerse a la base de Rota (Cádiz) el Cuartel General Operacional de «Atalanta», que a día de hoy se encuentra en Reino Unido. Para defender esa candidatura, sobre la mesa están, por ejemplo, el hecho de que nuestro país es el mayor contribuyente a las misiones de la UE o que alberga dos cuarteles generales de Alta Disponibilidad de la OTAN, además del Centro de Operaciones Aéreas Combinadas de la Alianza.
El resto de las operaciones en las que participan las Fuerzas Armadas apenas variarán y los militares españoles continuarán adiestrando a ejércitos como el de Somalia o República Centroafricana; protegiendo el cielo de Turquía de misiles sirios; patrullando el Mediterráneo para acabar con las mafias de la inmigración; reforzando la seguridad en el flanco este desde Letonia o contribuyendo al proceso de paz en Colombia.
Una contribución a la seguridad internacional que, a pesar de lo elevada, de momento no cuenta para alcanzar el compromiso del 2 % del PIB en gasto de Defensa. En la actualidad España destina el 0,9 % y el reto de Cospedal es cumplir ese objetivo. Por ello, anunció un nuevo ciclo inversor con nuevos programas de armamento y con un impulso más que necesario a otros como las fragatas F-110, los vehículos 8X8, los submarinos S-80 o al sustituto de los cazas F-18.
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