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Defensa

Así son las lanchas de desembarco LCM-1E de la Armada que llevan los buques anfibios Galicia y Castilla y el LHD Juan Carlos I

Pueden llevar un Leopard 2E, dos vehículos de combate Piraña, seis Hummer o una compañía de Infantería de Marina con 170 unidades

Imagen de dos de las lanchas de desembarco de la Armada | Armada
Unidades en tierra esperan la llegada de las lanchas LCM-1E | Armada
Imagen de una de las lanchas vacía | Armada
Imagen de un desembarco de la Armada | Armada
Varios soldados desembarcan en una playa desde una lancha | Armada
Llegada de una lancha de desembarco a una playa | Armada
Dos vehículos a bordo de una lancha de desembarco | Armada
Una lancha en el interior de uno de los buques anfibios | Armada

La Armada puso en marcha la pasada semana el segundo despliegue del Grupo Expedicionario Dédalo-23 por el Mar Mediterráneo, que se prolongará hasta la segunda quincena de noviembre, con la particularidad de que la Armada española liderará el primer ejercicio de la nueva Capacidad de Respuesta Militar de la Unión Europea y participará en las “actividades de vigilancia reforzada” de la OTAN.

Dentro de los actividades del grupo, han comenzado las operaciones de desembarco anfibio tras la incorporación al Grupo de Combate Expedicionario del USS Mesa Verde, un buque anfibio (LPD) de la clase San Antonio de la US Navy, cuya principal misión es el transporte de Cuerpo de Marines estadounidense.

En las imágenes que la propia Armada ha difundido se puede ver las lanchas de desembarco LCM-1E españolas junto con un impresionante aerodeslizador Landing Craft Air Cushion de la US Navy.

Pero, ¿cómo son y cuantas lanchas de desembarco tiene la Armada española? Se trata de lanchas de desembarco anfibio de medios mecanizados (LCM son las siglas en inglés de Landing Craft Mechanized) fabricados por Navantia para la Armada en la factoría de San Fernando (Cádiz). Su misión principal es situar en la playa rápidamente los elementos que integran la fuerza de desembarco mediante su transporte a tierra desde los buques de asalto anfibio.

Cuando entraron en servicio los dos buques anfibios de clase Galicia (Galicia y Castilla) se inició también el programa para sustituir a los ocho lanchones de asalto clase LCM-8 de origen norteamericano, seis adquiridos en 1974 al astillero Oxnard de California y otros dos construidos en España por la entonces Empresa Nacional Bazán en San Fernando en 1988.​

En total se construyeron 12 unidades, cuatro para cada uno de los dos buques anfibios y otras cuatro para el portaaeronaves Juan Carlos I. Tienen capacidad transhorizonte (OTH, over the horizon), lo cual implica que los transportes entre el buque y la costa comienzan a una distancia superior a la que marca la línea del horizonte, es decir, superior a 20 millas náuticas.​ Para poder realizar este tipo de desembarcos, están dotadas de un radar de navegación, GPS, aguja giroscópica/magnética y equipos de comunicaciones HF, VHF y UHF.

El primero de estos lanchones (L-601) fue entregado el 9 de marzo de 2001, mientras que el último llegó casi siete años después, el 24 de enero de 2008 (L-614), última de las 12 en servicio, enumerándose consecutivamente desde la L-603 hasta la L-614 (la L-601 y L-602 corresponden a dos prototipos que se fabricaron en una fase previa). Actualmente, se encuentran asignadas al Grupo Naval de Playa, con base en el Arsenal de La Carraca (Cádiz), encuadrado en el Grupo de Unidades de Proyección de la Flota.

Desde su incorporación a la Armada, cuatro de las doce unidades construidas en los astilleros de San Fernando y Puerto Real (ambas en la provincia de Cádiz) ya han intervenido en una misión en el extranjero, la desarrollada por las fuerzas españolas en el Líbano, donde entraron en acción para el desembarco en la playa de la Infantería de Marina. Del mismo modo, cuatro de estas unidades fueron extensa y exitosamente utilizadas desde el Castilla tras el terremoto de Haití de 2010 llevando material y personal directamente hasta las playas, evitando de este modo los puertos, parcialmente destruidos y altamente congestionados.

Características

  • Las LCM-1E tienen una capacidad de carga de 56 toneladas sobre una superficie de 103 metros cuadrados y pueden sobrecargarse hasta 100 toneladas según el estado de la mar.
  • Sus dimensiones exteriores son de 23,3 metros de eslora por 6,4 metros de manga, con un calado de 1 metro. Dentro del foso de carga, colocado a un puntal de 1,6 metros, sus dimensiones son de 21,3 m de longitud por 4,95 m de ancho (4,2 m a popa).
  • Como variante sobre otras lanchas de desembarco, las LCM-1E disponen de un segundo portón a popa, a mayores del portón de proa, lo que permite la carga y descarga del material rodante entre embarcaciones, pero siempre con una limitación de 12 toneladas para la transferencia de vehículos.
  • Para su manejo se dispone una dotación de cuatro personas y son capaces de transportar a 80 personas más.
  • Otro punto importante es la velocidad y su autonomía. La propulsión se realiza mediante dos motores MAN de 806 kW de potencia y dos propulsores de chorro de agua (waterjets), ofreciendo una velocidad de 22 nudos sin carga y de 13,5 nudos cargadas, con una autonomía de 190 millas.

Configuración

  • Una compañía de Infantería de Marina, de 170 hombres, equipada.
  • Un carro de combate tipo M60 A3/M88A1, con cañón de 105/52 mm, propio de la Infantería de Marina.
  • Un carro de combate Leopard 2E de 62,5 toneladas, de las unidades de infantería mecanizada del Ejército de Tierra.
  • Dos vehículos de combate de infantería Piraña.
  • Dos vehículos de asalto anfibio (AAV).
  • Seis vehículos tipo Hummer.
  • Dos obuses autopropulsados ATP M-109 A2, o uno de estos obuses y un vehículo municionador M-992.
  • Dos camiones pesados C10T con un remolque.
  • Un camión tipo medio con contenedor estándar de 20 pies y hasta 20 toneladas.
  • Un camión pesado C10T con remolque más tres vehículos Hummer.

El Grupo Naval de Playa está preparado principalmente para Operaciones Anfibias en el apoyo de las Fuerzas de Desembarco en el movimiento Buque-Costa. Facilita el desembarco de hombres, vehículos, materiales y abastecimientos y su posterior movimiento tierra adentro, todo ello con el fin de asegurar el éxito de una Operación Anfibia.

Cuenta con una dotación de 110 efectivos: un Capitán de Corbeta al mando, 6 oficiales, 15 suboficiales, 87 de marinería y 1 funcionario civil. Desde marzo de 2017, las instalaciones del GRUPLA se encuentran en la Base Naval de La Carraca en San Fernando (Cádiz). Precisamente, ese mismo año, el 13 de julio, la unidad ingresa en la Real y Militar Orden de San Fernando, como unidad heredera de las Barcazas “K”, a la que se le concedió la Medalla Naval Colectiva por las operaciones de desembarco en la bahía de Alhucemas en septiembre de 1925, ostentando el honor recibir la Placa de la Medalla Naval y de portar el Guion-Enseña, siendo tres las unidades de la Armada con esta distinción y la única de ámbito naval.

Este Grupo Naval de Playa se encarga diariamente de mantener a punto las embarcaciones, mediante la realización de un sistema programado de mantenimiento, que contempla tanto sistemas eléctricos y mecánicos, como elementos de maniobra, comunicaciones, pintado, etc. También se dedican a su propio adiestramiento, a veces en colaboración con otras unidades, otras veces en sus propias embarcaciones, salen a la mar periódicamente, para realizar ejercicios de atraque y desatraque, maniobras diversas y situaciones de emergencia (hombre al agua, remolque de embarcaciones, incendio, etc.) en las que podrían encontrarse las embarcaciones.