Defensa
¿España tiene sistemas de defensa antimisiles para detener un ataque nuclear?
España cuenta con sistemas avanzados de defensa antiaérea tanto portátiles como de largo alcance que puede utilizar en caso de emergencia extrema
La guerra, sin duda alguna, es uno de los principales temas de conversación hoy en día. Debido al creciente aumento del conflicto internacional y la aparición de Europa ene ste contexto es normal que aparezca la duda sobre qué ocurriría en caso de que España estuviese involucrada en una.
España, al formar parte de la OTAN desde 1982, tiene la obligación de tomar cartas en el asunto cuando fuese necesario según viene recogido en el artículo 5 del Tratado "se considerará como un ataque dirigido contra todas ellas y, en consecuencia, acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva, reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, asistirá a la Parte o Partes así atacadas, adoptando seguidamente, individualmente y de acuerdo con las otras Partes, las medidas que juzgue necesarias".
Ante esta creciente escalada de tensión en todo el planeta y en caso de guerra nuclear , es normal que la población se pregunte: ¿Estamos correctamente protegidos en nuestro país?
¿España cuenta con sistemas antimisiles?
España cuenta con diversos sistemas de defensa antiaérea que actúan según la distancia a la que se necesite interceptar misiles o drones, así como la intervención de cazas y helicópteros de combate pertenecientes al Ejército del Aire y al Ejército de Tierra, respectivamente. Además, las fragatas de la Armada disponen de tecnologías para contrarrestar estos tipos de ataques.
El sistema de defensa más avanzado y poderoso en España es la batería antiaérea Patriot. Esta arma, de origen estadounidense, ya fue utilizada por Ucrania para defenderse de los ataques rusos y tiene la capacidad de interceptar objetivos a hasta 100 kilómetros de distancia.
España posee tres baterías, cada una con seis lanzadores, lo que permite disparar hasta 20 misiles simultáneamente. Su tecnología avanzada ofrece una precisión destacable para destruir misiles balísticos o tácticos. Entre sus capacidades, contrarrestar misiles balísticos tácticos (TBM), misiles de crucero (CM), objetivos de pequeña sección radar (LCSR) y aviones de última generación.
La segunda capa defensiva en España está formada por los misiles Hawk. El país dispone de 74 unidades de estos misiles, junto con una decena más que fueron enviados a Ucrania. Con un alcance de 40 kilómetros, estos misiles pueden detectar, seguir y destruir objetivos aéreos a baja y media altura, y uno de sus rasgos más relevantes es su capacidad de operar de manera autónoma.
Otro elemento del sistema de defensa es el misil NASAMS, fabricado en Noruega. Este misil tiene un alcance de 25 kilómetros y fue actualizado el año pasado por decisión del Gobierno, con una inversión superior a los 600 millones de euros. Está diseñado para destruir aeronaves no tripuladas, cazas y drones.
El sistema NASAMS fue adquirido en 2003. España es el único país de la comunidad NASAMS que todavía no ha modernizado sus baterías. Este avanzado sistema de defensa aérea y antimisil, diseñado por las compañías Kongsberg y Raytheon, opera a media cota, a partir de 300 metros de altura, y cuenta con tres elementos principales: el misil, el radar y el lanzador.
El NASAMS utiliza el misil Amraam 120 C5 del tipo 'dispara y olvida' capaz de abatir blancos a hasta 25 kilómetros y a una altitud de 10 kilómetros. Fabricado por Raytheon, tiene un peso de 157 kg, una longitud de 3,65 metros, diámetro de 178 mm y envergadura de 533 mm. El Amraam puede llegar a una velocidad de 2 Mach e incorpora un sistema de guiado semiactivo y una cabeza de guerra de hasta 35 kg.
La última capa de defensa está compuesta por el misil de corto alcance Mistral, desarrollado por una empresa francesa. Este sistema tiene un alcance de 6 kilómetros y cuenta con una eficacia del 96%, siendo capaz de neutralizar objetivos aéreos como misiles anti-buques o distintos tipos de drones.
El misil superficie-aire de muy corto alcance Mistral 3 tiene un peso de 13,5 kilos, alcanza los 930 metros/segundo y su radio de acción es de 6,5 km. Cuenta con un mayor alcance que versiones anteriores y además aumenta las capacidades de detección para la defensa a baja y muy baja cota de unidades de maniobra. El fabricante apunta que esta arma tiene además “una excelente resistencia a las contramedidas y puede atacar objetivos de baja firma térmica, como vehículos aéreos no tripulados, misiles turborreactores y naves rápidas a larga distancia, además de los objetivos habituales de aviones de combate y helicópteros”.
Incorpora tecnología de 5ª generación en su nuevo buscador de guiado por infrarrojos, que proporciona capacidad pasiva de búsqueda, lo que dificulta que el objetivo pueda identificar que está enganchado por el misil. Además, Mistral 3 dispone de una cabeza de guerra de mayor letalidad, incorpora un software de contramedidas mejorado que protege su vuelo hasta el objetivo, y un motorcohete mejorado que le proporciona mayor maniobrabilidad y un alcance superior al de versiones anteriores.
Su velocidad es de 2,5 mach y el tiempo máximo en vuelo es de unos 14 segundos. Los misiles tienen una longitud de 188 centímetros, incluido el motor de lanzamiento, y un diámetro de 9,2.
Por último, existen una serie de misiles pertenecientes al Ejército del Aire como el AIM-120 AMRAAM, el IRIS-T y el AIM-7 Sparrow. Al igual que la armada, que en sus fragatas, las clase "Álvaro de Bazán" tienen capacidad para detectar y seguir más de 90 blancos móviles y dirigir los proyectiles antiaéreos y de superficie.
Dispone de dos lanzadores cuádruples de misiles antibuque RGM-84 Harpoon; dos lanzadores dobles de torpedos Mk-46; un cañón tipo Mk-45 de cinco pulgadas con capacidad de disparo de 20 proyectiles por minuto y 23 km de alcance; y un lanzador vertical Mk-41 con 48 celdas; cuatro lanzachaff que emiten señuelos para confundir a los misiles enemigos y un helicóptero SH-60B Seahawk preparado para la lucha antisubmarina y antisuperficie.
Las ciudades que corren un mayor peligro en caso de guerra
La Comunidad de Madrid sería una de las más afectadas, tanto por su importancia social como política. La mayoría de los centros gubernamentales están en la capital, organizando todo desde ahí para que las instituciones funcionen bien. Si esta zona fuera atacada, se cortarían muchas rutas de comunicación y transporte esenciales para que todo siga funcionando, tanto a nivel local como con el resto del mundo.
Barcelona también sería un objetivo claro. Es, probablemente, el segundo lugar más estratégico de la Península, sobre todo por su autonomía tecnológica, militar y económica, y por su puerto, que conecta con el Mediterráneo. Un ataque a Barcelona sería un golpe muy fuerte para España y un gran problema para Europa.
Otros objetivos importantes serían Sevilla, por la base militar de Morón de la Frontera y su conexión con África. Tampoco podemos olvidar a Bilbao, una de las ciudades más importantes en cuanto a distribución y producción de energía, otro lugar clave para el desarrollo del país.