Diferencias

Díaz evita apoyar a Podemos en la batalla por la reforma del "solo sí es sí"

La vicepresidenta Yolanda Díaz no opina sobre la propuesta del PSOE para reformar la ley del "solo sí es sí", que rechaza Podemos y llama a ambas partes a la calma para llegar a un acuerdo

La reforma de la ley del "solo sí es sí" no solo genera tenión dentro del gobierno de coalición sobre cómo debe ser retocada. Sino porque se trata de una bandera muy sensible de la que tanto PSOE como Unidas Podemos se sienten valedores. Es por ello que, se antoja como una de las batallas más complicadas que se vive dentro del gobierno de coalición en estos tres años y que se vive en un momento clave, en medio de la carrera electoral a las urnas.

La corrección de la norma ha desembocado en una crisis de calado dentro del gobierno de coalición. Desde el PSOE se apresuran a buscar soluciones rápidas para evitar unas rebajas de pena que estaban desgastando al Gobierno, más incluso que la reforma para la eliminación de los delitos de sedición y de la reforma de la malversación. La alerta social y malestar ciudadano empujaba al PSOE a tomar una decisión que los morados consideran "unilateral" y en la que ven una decisión "política" y a modo de "cesión" a sectores que presionaban con su cambio. Los morados rechazan la propuesta que ha llevado el PSOE al Congreso de los Diputados para corregir los efectos no deseados de la ley, más de 400 rebajas de pena a agresores sexuales desde la entrada en vigor de la norma en el mes de noviembre.

En esta crisis, la vicepresidenta Yolanda Díaz trata de huir y no formar parte. Opta, desde el minuto uno por liderar posiciones conciliadoras y evita posicionarse con cualquiera de las dos partes. La proposición de ley del PSOE no ha sido valorada por la también ministra de Trabajo y desde el principio ha buscado mantener una línea con la que evitar el choque entre PSOE y Unidas Podemos.

La vicepresienta y líder de Unidas Podemos en el Gobierno, que la pasada semana había defendido a la ministra de Igualdad, Irene Montero, evitó este martes volver a mostrar su apoyo público a la ministra que se encuentra en el foco de las críticas por la gestión de la ley y ha vuelto a erigirse como garante de la coalición. "Más que nunca voy a cuidar la coalición", repitió Díaz. Se limitó a asegurar que la ley del "solo sí es sí" es un "extraordinario avance" y a tratar de lanzar un mensaje de calma entre PSOE y Unidas Podemos. "Hago un llamamiento a la serenidad y encontrarnos y hacerlo con los avances que hemos tenido". Preguntada por su opinión sobre la proposición de los socialistas, la vicepresidenta ha evitado contestar y ha asegurado que el gobierno “cuando trabaja unido, avanza en derechos”. Un mensaje también tanto a socialistas y morados buscando una postura de consenso para reformar de la ley del "solo sí es sí". Así, aseguró que el Gobierno trabaja para "ensanchar derechos" y defendió -como Podemos- poner "el consentimiento en el centro". Recomendó "serenidad" a las dos partes y "encontrarse" para trabajar unidos.

Lo cierto es que la guerra abierta por Podemos con sus ataques en público a la parte socialista del Gobierno no son compartidos por todo el espacio de Unidas Podemos. De hecho, ningún ministro de Unidas Podemos -a excepción de la ministra y líder de Podemos, Ione Belarra- ha salido a defender a la ministra de Igualdad, Irene Montero. El ministro de Consumo, Alberto Garzón y el ministro de Universidades, Joan Subirats, no se han pronunciado en público. Mantienen su silencio sobre su posición al respecto de la proposición de ley del PSOE, mientras Díaz, evita dar su opinión y rebaja el respaldo a Irene Montero.

Una guerra dentro de la coalición en un momento clave, en la previa de la carrera electoral, donde ambos socios se esfuerzan ya por diferenciar su camino para afianzar su caladero de votos. Solo así se entiende los últimos pronunciamientos de los morados a Justicia, después de que ésta asegurara que solo con demostrar heridas sería "sencillo" para la víctima demostrar que no había consentido mantener una relación sexual. Los morados lo califican de "terrible" y de poner el foco en las mujeres. "Es el modelo de la manada, no del consentimiento", repiten.