La investidura de Sánchez
Bildu dará un cheque en blanco a Sánchez y JxCAT y ERC «dudan»
Los abertzales no serán un obstáculo el martes y los catalanes optan por el «no».
Los abertzales no serán un obstáculo el martes y los catalanes optan por el «no».
El paso al lado de Iglesias para facilitar la investidura de Pedro Sánchez traslada el foco político a la postura que adopten finalmente los partidos independentistas la semana que viene. El discurso de estos no ha cambiado y solo darán su apoyo al PSOE si fructiferan las negociaciones durante este fin de semana entre el Gobierno y Unidas Podemos.
El único partido que se encuentra más proclive a no bloquear al candidato socialista es EH Bildu, que ya asegura sin tapujos que no serán un «obstáculo», aunque evita confirmar si se abstendrá. Un movimiento que retrataría al Partido Socialista, al obtener en la fuente de la soberanía popular los votos favorables o la facilitación de la gobernabilidad gracias a los votos de los abertzales, la foto de Sánchez presidente aupado por el partido de Otegi.
Así lo expresó la portavoz del grupo en el Congreso, Mertxe Aizpurua, asegurando que no serían un «obstáculo» para que Pedro Sánchez sea elegido presidente del Gobierno, aunque puntualizando que tampoco darán al PSOE su «apoyo activo». Bildu confirma que su partido tiene «sobradas razones para votar no en la investidura» del próximo martes, pero no parece que finalmente opte por esta opción porque, insistió desde San Sebastian, en que «con la fórmula que considere más apropiada, EH Bildu no será un obstáculo para la investidura del señor Sánchez».
Desde Cataluña, los apoyos de Junts Per Cataluña y Esquerra Republicana siguen hipotecados a día de hoy al resultado final de las conversaciones y negociaciones resultantes entre PSOE y Podemos. Ambos partidos sumarían 18 votos a favor –22 menos los cuatro diputados en prisión por el referéndum ilegal en Cataluña que tienen suspendidos sus derechos en el Congreso–.
Desde ERC, su portavoz en la Cámara Baja, Gabriel Rufián, aseguraba que el sentido de voto de su grupo en el pleno de investidura sería una incógnita hasta el último minuto. El viernes por la mañana, antes de conocer la decisión de Iglesias, Rufián aseguraba que el Partido Socialista y Podemos tenían la «responsabilidad histórica» de llegar a un pacto ya, que de lo contrario supondría dar a la «derecha y literalmente al fascismo una nueva oportunidad de llegar a Moncloa con todo lo que esto supondría». También avisó de que una eventual falta de acuerdo entre estos dos partidos podría suponer «un varapalo no solo para ellos, sino para el conjunto de la izquierda en el Estado»: «Este pato lo van a pagar todas las izquierdas», avisó. «Cuando se pongan de acuerdo, por ERC no será», confirmó tras la reunión extraordinaria que celebró la ejecutiva de su partido previa visita al preso Oriol Junqueras.
En el mismo escenario se mueven en el partido del ex president fugado, Carles Puigdemont, JxCAT, que mantiene que sus siete diputados se decantan por el «no» a Sánchez, aunque dejan abierta la posibilidad a la abstención en segunda votación si antes se cierra un gobierno con los de Pablo Iglesias. Así lo confirmó la diputada en el Congreso Laura Borràs, que también informó de que no será hasta el lunes por la tarde cuando tomen su decisión final, pues primero quieren escuchar el discurso y los posibles guiños hacia Cataluña que dirija el candidato a La Moncloa en su discurso en el primer pleno. Espera su grupo, también, la llamada del presidente del Gobierno en los próximos días. «El resultado de las elecciones no le ha dado el derecho a la arrogancia ni a un gobierno en solitario que huya de pactos. No se dan los condicionantes para poder votar a Pedro Sánchez. El catalanismo político no ha regalado nunca sus votos y no se entendería que lo hiciera ahora», sentenció.
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