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Defensa

El Ejército español se prepara para la «guerra sucia»

Una unidad de Zaragoza ha probado ya el nuevo equipamiento Nuclear, Biológico y Químico (NBQ)

Ejercicio con medios NBQ del Ejército Ejército de Tierra

Los futuros escenarios bélicos son innumerables, por ellos las fuerzas armadas de los países deben de estar preparadas para cualquier contingencia. Entre ellas se halla el de un paisaje afectado por accidentes nucleares, biológicos y químicos. En este escenario, la Agrupación de Apoyo Logístico (AALOG) 41 de Zaragoza se prepara ya para esta coyuntura.

La guerra tiene múltiples formas y maneras de surgir. Hoy, a lo largo y ancho del mundo hay un buen número de conflictos en curso. En América Latina las autoridades gubernamentales se enfrentan a diversas guerrillas y a los cárteles de la droga. En África se están sucediendo varias guerras civiles rodeadas de las mayores crueldades. Asimismo en el este de Europa ucranianos y rusos llevan casi cuatro años enzarzados en un enfrentamiento sin pausa. Por último, en oriente medio el auge del terrorismo, el islamismo y las campañas de Israel han causado miles de muertos en contiendas que no parecen tener un final a la vista.

En este contexto tan delicado en el que la paz se desintegra, la situación bélica bien podría derivar hacia panoramas aún más sombríos donde la guerra convencional derivara en una de características especiales. Tanto en Ucrania, África u Oriente Próximo, los conflictos están causando una gran mortandad, pero los contendientes no están usando armas prohibidas o consideradas de «destrucción masiva». Con ello nos referimos a sistemas que tengan su base en elementos radiactivos, biológicos o químicos.

Durante los últimos veinticinco años desde el comienzo del nuevo siglo se ha podido comprobar que algunos estados han hecho uso de este tipo de elementos. Incluso se han lanzado amenazas por parte de grupos terroristas de estar en posesión de tales armas y hacer alarde de un futuro lanzamiento contra núcleos de población para causar miles de víctimas.

Tal es así que las fuerzas de seguridad de los estados han hecho una inversión en el desarrollo de equipamiento, pasivo y activo, para poder evitar y sobre todo actuar en circunstancias así.

Entre las últimas noticias en este aspecto se encuentra la de que la Agrupación de Apoyo Logístico (AALOG) 41 con sede en Zaragoza ha recibido el nuevo equipamiento NBQ (Nuclear, Biológico y Químico) que permite a los combatientes poder operar en escenarios donde una amenaza de la tríada antes señalada está en activo. Los trajes y el resto de material se recibieron hace unos meses, pero recientemente esta formación ha estado probándolos ante las cámaras de medios especializados como «Defensa».

La información, que ha pasado desapercibida para la prensa generalista, tiene su importancia. De acuerdo con los datos, los uniformes y resto de herramientas que han llegado a la aludida agrupación están fabricados según los últimos estándares.

De todo el material recibido, lo más llamativo se halla en las máscaras de origen británico Scott GRS (General Service Respirator) que se caracterizan por incluir sendos cartuchos filtrantes a ambos lados del rostro, rompiendo de esta forma con los modelos de una línea más clásica que usaba el Ejército de Tierra. Estos solo tenían un cartucho filtrante en la parte central.

Aparte de la máscara, los uniformes entregados, fabricados en tela de camuflaje, tienen una durabilidad de diez años y resguardan al soldado de cualquier agente radioactivo, biológico o químico. Asimismo, no es menos importante la selección de guantes y cubrebotas. Estos elementos cierran herméticamente al combatiente en una lona protectora contra los elementos tóxicos o peligrosos. Es particularmente interesante el concepto de cubrebotas, ya que no se ha entregado ningún calzado especial, sino un componente que se abrocha encima de las botas convencionales del soldado.

En definitiva, con estas adquisiciones, las fuerzas armadas españolas continúan mejorando sus servicios en todo lo relativo a situaciones de guerra de NBQ.

Las perspectivas de tener que enviar unidades a entornos de esta clase están sobre la mesa, pero no se prevén a corto plazo. Seguramente ningún ejército prevea actuar en tales condiciones, por su peligrosidad y dificultad, pero ello no quiere decir que se adquiera experiencia con el material disponible y que haya un plan de contingencia por si, lamentablemente, se diera el caso.

Prevención para los equipos especiales

Grupos terroristas y estados dictatoriales repartidos por todo el planeta podrían conseguir elementos tóxicos. Las bombas sucias, las armas biológicas y también químicas siempre han estado presentes en la planificación militar de los ejércitos a lo largo del siglo XX. Esta perspectiva no se ha perdido, aunque no haya peligros inmediatos. No obstante, nunca se sabe cuándo va a ocurrir un desastre de estas características o un comando paramilitar va a atacar un objetivo usando material de este tipo. Por ello, los grupos especiales españoles deben estar alerta y equipados con lo último.