El Cuartel General de las Fuerzas Ligeras, listo para liderar operaciones

Tras año y medio de preparación este acuartelamiento se convierte en el primero de España que alcanza la Capacidad Operativa Final de nivel División.

Más de un año y medio de preparación, 800 aspectos a evaluar y dos grandes exámenes. Este es el camino que ha tenido que recorrer el Cuartel General de las Fuerzas Ligeras (FUL) para alcanzar la pasada semana la Capacidad Operativa Final como Cuartel General Operativo de nivel División. Este logro permitirá al acuartelamiento dirigir la maniobra de una gran unidad de nivel División, operando independientemente o encuadrada en una estructura superior, la primera con estas características en España. Tendrá capacidad de liderar estructuras de mando adaptables a múltiples escenarios y actuar tanto a nivel nacional como multinacional.

La última de las pruebas a las que se tuvieron que someter los efectivos del Acuartelamiento "Teniente Muñoz Castellanos"de Madrid tuvo lugar entre el 4 y el 8 de julio. Bajo el nombre de "Ejercicio Redeo", tocaba poner en práctica todo lo planificado anteriormente, cuando obtuvieron la Capacidad Operativa Inicial a finales de 2012. Durante esos cinco días, escenificaron una misión real con el objetivo de demostrar que son capaces de no sólo de planificarla, también de coordinarla y dirigirla. Es decir, se analizaron todos aquellos criterios que sólo son demostrables estando desplegados.

Para llevarlo a cabo se escenificó la estructura de un Cuartel General con sus diferentes puestos de mando, zona de vida, área de transmisiones, planes... Allí, 24 horas al día divididos en 2 turnos, cerca de 800 efectivos participaron en este ejercicio en un ambiente puramente táctico. De ellos, 593 pertenecían a las FUL. Y no sólo se desarrolló en este cuartel madrileño, sino que había unidades desplegadas -ejerciendo de puestos de mando- de la Brigada de la Legión en Viator (Almería), de la Brigada Paracaidista en Madrid y de los Regimientos de Artillería de Campaña y Antiaérea en Burgos y Cartagena. Con todo ello se intentó recrear un conflicto con 18.700 implicados. Una operación, en definitiva, que combina acciones tácticas ofensivas, defensivas y de imposición de paz en un ambiente multinacional. Incluso hay bajas, ficticias eso sí, y rozan el medio centenar.

En cuanto a la situación a la que tuvieron que hacer frente, consistía en la invasión de un país por parte de su vecino del sur. Tras la intervención de la ONU y ratificarse una serie de acuerdos para que abandonasen la zona, una sección de rebeldes decide quedarse, por lo que la Fuerza tendrá que actuar no sólo para expulsarles, sino para que las células de guerra regulares no se pasen a las filas de los radicales. El escenario se sitúa en el área de Lorca y absolutamente todo se estudia al detalle, como es el caso de los mapas, de los que se encarga el brigada Vicente Garrido, quien trabaja con diferentes planos que muestran desde las gasolineras o emisoras de radio hasta las infraestructuras más sensibles. Y en un mundo cada vez más tecnológico, las comunicaciones son una de las claves para alcanzar el éxito y en este ejercicio se utilizó por primera vez la última versión del Sistema de Mando y Control del Ejército de Tierra. Un reto, como asegura el capitán De Diego, quien reconoce que "aunque se han pasado dificultades, se han solventado con éxito". La intención, cuenta, es adaptarse a los sistemas OTAN.

El propio Jefe de Estado Mayor de las FUL, coronel Olay, confirma que la decisión de "tener esta capacidad de mandar operaciones con garantía de éxito"parte del Jefe de Estado Mayor del Ejército (JEME) y reconoce que ha sido "un reto. Interesantísimo, pero muy exigente".

"A partir de ahora –sentencia- si hay una situación en la que nuestros políticos deciden que quieren tener una estructura de mando con unidades en donde sea, ya pueden disponer de nosotros. Esta herramienta ya la tienen".