El Síndic de Greuges, el defensor del pueblo catalán, Rafael Ribó, volvió a dar cuenta ayer, punto por punto, del informe sobre malnutrición infantil en Cataluña que el mismo presentó a principios de mes. Lo hizo, esta vez, en sede parlamentaria, en la Diputación Permanente del parlamento catalán, y a petición de CiU y ERC. Ribó reiteró la existencia del problema que afecta a 50.000 niños de la comunidad autónoma que tienen privaciones alimentarias y exigió a la Generalitat y a las formaciones políticas a encontrar soluciones «con serenidad».

El Síndic quiso recalcar la diferencia entre malnutrición y desnutrición para evitar equívocos y contestar así a las acusaciones vertidas contra el informe como la del consejero de Salud de la Generalitat de Cataluña, Boi Ruiz, que reaccionó al estudio con contundencia: «Los niños catalanes no pasan hambre». No, los niños catalanes no pasan hambre aclaró por enésima vez Ribó, ya que a tenor de los datos que maneja Salud, los casos de desnutrición infantil, aquellos en los que los menores pasan hambre, son «puntuales», concretamente 751 según el Instituto Catalán de Salud. «El problema real» es que unos 50.000 menores de 16 años no ingieren ni la cantidad de carne, ni de pescado, ni de proteínas mínimas de una dieta saludable. Y esta situación, que el propio defensor del pueblo denunció en 2010, se ha agravado con la crisis y los recortes. «Es un problema de país; ¿nos hemos de quedar de brazos cruzados?», aseveró Ribó ante los ataques dialécticos de la diputada de CiU, Meritxell Borràs.

Y es que, para la que se erigió como portavoz del gobierno catalán a falta de la presencia de consejeros, el Síndic de Greuges ha creado y crea «un alarmismo» que no se justifica con la realidad y con su informe ha hecho y hace «demagogia». «Parece que ha venido a defenderse», le espetó Borràs antes de recriminarle que mezclara conceptos como los de desnutrición y malnutrición y que no dejara claro que no sólo la carne y el pescado son fuentes de proteínas. «Confunde una situación de riesgo con la realidad», sentenció la diputada nacionalista apoyándose en la reacción de la Sociedad Catalana de Pediatría al informe que negó que exista desnutrición por motivos económicos.

«Hasta ahora, nadie había negado la existencia de la malnutrición», contestó Ribó y consternado, añadió, «significa negar la evidencia». El Síndic defendió que el informe se basa en datos del Instituto de Estadística de Cataluña, del propio gobierno catalán y de las entidades sociales e instó a tomar medidas urgentes.