El fiscal pide condenar al diputado de Podemos que «asaltó» TVE

La Fiscalía del Tribunal Supremo ha pedido que se rechace el recurso del secretario primero del parlamento extremeño, el diputado de Podemos Eugenio Romero, y que, por contra, se confirme la multa de 900 euros que le impuso el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura por un delito de desórdenes públicos, por su participación activa en el «asalto» al centro de TVE de Extremadura, que obligó a parar el informativo que se emitía en directo el 11 de febrero de 2014. El diputado regional de Podemos se sintió «orgulloso» de esos hechos, que llegó a provocar un ataque de nervios a la periodista que presentaba el citado programa.

En el informe del fiscal del Tribunal Supremo Álvaro Redondo, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, se destaca que los acusados, entre los que estaba el citado diputado, llevaron a cabo con su actuación una «grave perturbación del orden», derivada de la «energía invasiva desplegada», ya que accedieron al centro emisor «de modo avasallador, profiriendo gritos, inhibiendo coactivamente la función de los colaboradores» de TVE; e incluso fue necesaria la presencia de las fuerazas de seguridad.

Junto a ello, rechaza igualmente que la única pretensión de los «asaltantes» fuese el leer un comunicado con sus reivindicaciones: «La verdadera intención de los asaltantes del centro de TVE de Extremadura no era comunicar sus ideas, sino acceder de modo tumultuoso a las instalaciones del centro emisor, alcanzar los estudios de transmisión, avasallando cuantos obstáculos se interpusieran en su camino. Y una vez asegurado el clima de desorden que emanaba de su provocadora presencia, rodear a una periodista que en ese momento comunicaba informaciones a los televidentes, desplegando una pancarta ante la mirada de los espectadores, asegurando así, por la vía de los hechos, la coactiva difusión de sus planteamientos sociales», descata el dictamen del fiscal Álvaro Redondo. Pero, además, deja claro que todos ellos, entre los cuales estaba el diputado Eugenio Romero, «sabían a qué iban», y, por contra, ninguna fue « convidado de piedra» de esos «indeseables acontecimientos.